Política

Caso Pujol

Pujol Ferrusola negociaba durante meses sus comisiones

La UDEF señala que tras el contrato había «un largo proceso de discusión»

Junior tendrá que declarar ante el juez Ruz en septiembre
Junior tendrá que declarar ante el juez Ruz en septiembrelarazon

Jordi Pujol Ferrusola, primogénito del ex presidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol, se ha acreditado como un duro negociador a la hora de establecer las comisiones que percibía por «asesorar» o «intermediar» en distintas compraventas. De hecho, según se desprende del informe realizado por la Unidad de Delitos Económica y Fiscal (UDEF), no tenía por costumbre fijar un porcentaje a priori, sino que esperaba a que la operación se cerrase, y, a partir de ahí, comenzaba el proceso de negociación, que, en más de una ocasión, se prolongaba durante varios meses.

Sobre esta cuestión, el informe policial alude a cómo las sociedades del Grupo Copisa, que facturaron muy altas cantidades de dinero a las empresas del primogénito del ex Presidente de la Generalitat, «pagaban únicamente por la información proporcionada, y nunca se documentaba con carácter previo la cantidad o forma de pago con que resarcirían los servicios de Jordi Pujol Ferrusola». En muchas de estas operaciones, el «valor» de sus actuaciones se circunscribía únicamente a «dar información sobre posibles negocios, limitándose a ejecutar una gestión personalista, limitada a simples llamadas telefónicas en las que les informaba sobre posibilidades concretas, no necesitando por ello trabajador alguno ni sede social».

Sin embargo, esa presunta relación contractual no se reflejaba en ningún documento, ni, por tanto, las condiciones de la misma. Es decir, afirma la UDEF al respecto, «no había contrato previo en el que se reseñaran porcentajes sobre el volumen de negocios, o cantidades independientes fijas». El motivo de ello, al parecer, y en los casos relacionado con el mencionado Grupo Copisa, no era otro que la «confianza entre las partes».

De esta forma, a partir de que se consigue el negocio en cuestión, es cuando se abre el momento en el que, según las declaraciones recibidas por la Policía, se abre un «proceso de discusión sobre el importe a recibir» por Pujol Ferrusola.

Ese proceso de negociación era a veces más que complicado. Así, por ejemplo, las facturas expedidas por la empresa en favor de las sociedades de «Pujol junior» por la «intermediación» de la compra de un terreno en Tarrasa no coinciden con la fecha en que se produjo esa operación. En concreto, esa factura no se emite hasta el 20 de abril de 2007, cuando la escritura notarial fue otorgada el 19 de octubre de 2006, «estando, evidentemente, el acuerdo cerrado con mucha antelación», por lo que, en opinión de la UDEF, parece «excesivo que estuvieran cinco meses discutiendo la remuneración adecuada con Jordi Pujol Ferrusola».

De esta forma, las facturas emitidas por sus sociedades «son siempre posteriores a los contratos mercantiles, escrituras u otros documentos, en los que se materializa el negocio donde habría intermediado Jordi Pujol Ferrusola», en los que no se ha encontrado mención alguna su participación en esa compraventa.

En otra operación , la vinculada a unas promociones en el Club de Campo y Golf de Ronda (Málaga), la UDEF no cuestiona que se llevara a cabo el negocio de fondo, aunque sí que Pujol Ferrusola tuviese una actuación relevante en ella, toda vez que lo percibido puede deberse a una «comisión ilegal».

«Desfase inexplicable»

En este caso, el informe policial pone de relieve la existencia también de un «desfase temporal inexplicable», entre el momento de llevarse a cabo la operación y el pago al primogénito de Jordi Pujol. Y ello, porque se expidió la factura en favor de su sociedad «más de ocho meses después de que se eleve a público el negocio, denotando también que las negociaciones» con Pujol Ferrusola, «de su comisión, se prolongaron más de lo debido».

En este caso concreto, habría sido remunerado por el representante legal de Copisa Constructora «para que intermediara en la compra de una sociedad, en la que ya estaba como socio y consejero delegado, para adquirir el porcentaje de capital social restante, hasta hacerse con el 100% de la compañía». De ahí la sorpresa de la Policía, ya que se desconoce «qué tipo de información preferente pudo aportar en este caso concreto Jordi Pujol Ferrusola que no supiera el propio accionista», se afirma en el informe remitido por la UDEF al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.

De hecho, se tiene identificado a quien realizó de forma efectiva «alguna gestión de intermediación» en esa operación, persona que, incluso, estuvo presente en la firma de la escritura.

En este caso concreto, además, se pone de manifiesto el temor de algunos empresarios a la hora de negociar con Copisa. Así, quien representaba a la empresa vendedora en esa operación inmobiliaria, que tenía también fuertes inversiones en Cataluña, declaró a la Policía que «sufrió presiones por parte de Copisa debido a sus relaciones de poder». Además, expresaba su temor a que se conociese su identidad, ya que ello podría perjudicar «sus negocios en Cataluña» y el que no volviese a trabajar en esa comunidad.

Del Barça a Convergencia Democrática

Empresas de un cofundador de Convergencia Democrática de Catalunya o de un ex directivo del Barça fueron algunas de las que, presuntamente, favorecieron el cobro de comisiones ilegales por parte de Jordi Pujol Ferrusola. Así, las sociedades de Carles Sumarroca, uno de los confundadores de CDC, «que desde antaño ha tenido vínculos» con el ex presidente de la Generalitat, habrían pagado más de 150.000 euros a las sociedades de Pujol Junior. Por su parte, las de Jaume Ferrer, ex vicepresidente del Barca, constituirían un «escalón intermedio» en la facturación que realizaba Pujol Ferrusola.