Gobierno de España

Rajoy ante la «censura» de la izquierda

El PP asume que Sánchez abrió ayer la veda para que hoy todos los grupos carguen contra el presidente en funciones.

Rajoy, ayer, junto a Sáenz de Santamaría minutos antes de la intervención de Pedro Sánchez
Rajoy, ayer, junto a Sáenz de Santamaría minutos antes de la intervención de Pedro Sánchezlarazon

El PP asume que Sánchez abrió ayer la veda para que hoy todos los grupos carguen contra el presidente en funciones.

Mariano Rajoy no se someterá hoy a la investidura como candidato de la lista más votada, pero sí a la censura de la mayoría de los grupos parlamentarios. La izquierda seguirá teniendo a su alcance formar gobierno, aunque falle en este primer intento de Pedro Sánchez. Y todo ese bloque, unido a los representantes independentistas, dirigirán hoy la mayoría de sus energías al objetivo de dinamitar todas las opciones para que el líder popular lo intente después de que lo haya hecho Sánchez. Ciudadanos será más amable, pero no dejará pasar la oportunidad de presionar al PP para escorarlo a la derecha por votar en contra de su acuerdo con el PSOE. El camino lo abrió ya Sánchez al iniciar ayer su discurso excluyendo al PP, la fuerza más votada en las elecciones de diciembre, del «cambio» que necesita España. Rajoy y la idea de echar al PP del poder como elemento aglutinador. Y ante ese argumento, multiplicado, se tendrá que enfrentar hoy Rajoy, en una suerte de representación de la moción de censura que el PSOE no pudo promover en la pasada Legislatura porque no tenía apoyos para materializarla.

Para defenderse el presidente del Gobierno en funciones cuenta con el cierre de filas de su partido, que hoy harán especialmente visible frente a lo que han acuñado como el «segundo pacto del Tinell». Rajoy ha conseguido mantener al PP unido, y ésa seguirá siendo una de sus fortalezas ante el bloque de izquierdas. Con su grupo detrás, con el que ayer se reunió en el Congreso de los Diputados, el líder popular defenderá sus reformas y sus políticas de la pasada Legislatura; defenderá su oferta de gran coalición como única salida al bloqueo institucional; y tratará de desmontar el acuerdo entre socialistas y Ciudadanos.

Rajoy se ha preparado un duro discurso contra Sánchez, pero también trae dardos contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. En un debate en el que todos toman sus posiciones mirando hacia la posibilidad de que haya elecciones de nuevo en junio, en la dirección popular creen que el «todos contra el PP» les puede ayudar de cara a esas elecciones. Asumen que el desgaste por los casos de corrupción que les afectan, y que han revivido en las últimas semanas, les resta, «sin duda». Pero también confían en que el acuerdo de los socialistas con Ciudadanos conlleve costes para las dos partes.

En ese «todos contra el PP» Rajoy subrayará especialmente el papel de Rivera, al que desde las filas de su partido ya han llegado incluso a calificar de «traidor» a sus principios y a lo que prometió al electorado en la campaña de diciembre. El líder popular intentará su investidura si en esta semana se confirma el fracaso del secretario general socialista, pero esta idea es más un mantra que una convicción real de que ese objetivo será posible. «O elecciones o acuerdo del PSOE con Podemos, vestido de la manera que crean, y no hay más opciones», al menos en el análisis interno que hacen en Génova. Y, de hecho, la experiencia autonómica y municipal asienta internamente la sensación de que al final, en el último momento, puede producirse ese acuerdo que aleje al PP de La Moncloa. Ahora bien, el PP no cejará en su esfuerzo por presionar a los socialistas y a Ciudadanos con su condición de lista más votada y con su oferta de gran coalición.

El líder del PP se presenta ante el Parlamento dispuesto a dar la batalla ante la moción de censura virtual a la que le someterán, aunque el que se examine sea el líder socialista. Este combate a cara de perro contra él fue de hecho una de las ideas que pesó en el debate que afrontó el PP sobre la conveniencia de presentarse a la investidura sin tener los apoyos para tener éxito.