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Rajoy, contra «la España negra» de Podemos y el «radicalismo» de Mas
En su visita número 18 a Cataluña como presidente reprocha a Mas que vaya «a lo suyo»
Un día después de que los ciudadanos descubrieran en su primera nómina del año que han cobrado unos pocos euros más, Mariano Rajoy salió ayer a explicar que este dinero sale de la reforma fiscal que acaba de aprobar el Gobierno.
Un día después de que los ciudadanos descubrieran en su primera nómina del año que han cobrado unos pocos euros más, Mariano Rajoy salió ayer a explicar que este dinero sale de la reforma fiscal que acaba de aprobar el Gobierno. En su 18ª visita a Cataluña como presidente del Gobierno, y la 117ª como líder del PP, Rajoy erigió a su partido –en unas jornadas sobre empleo y rebaja de impuestos que el PP organizó en Barcelona– como el único partido capaz de consolidar la recuperación económica, «ahora que empezamos a crecer y crear empleo».
A un año de las generales y a pocos meses de las municipales, andaluzas y plebiscitarias catalanas, y con Podemos exhibiendo músculo en la capital, Rajoy llamó a los ciudadanos a seguir confiando en el PP y a no fiarse de unos «tristes» –Pablo Iglesias y su «troupe»–, que «pintan una España negra porque así creen que sustituirán a los que hemos estado gestionando la salida de la crisis». Además, hizo un llammiento a huir «de la radicalidad tan desgraciadamente de moda» en España, aunque deseó que «por poco tiempo». También advirtió a los catalanes de que no se fíen de la propuesta rupturista de Mas al adelantar las elecciones. Sólo va, recalcó, «a lo suyo».
El presidente del Gobierno expuso un sinfín de cifras para avalar su gestión. Explicó que después de seis años de destrucción de empleo y decrecimiento económico, 2014 cerró con un incremento del PIB del 1,4%. Y pronosticó que 2015 será «un año muy bueno para la economía española», que España será el país que más crecerá de la Unión Europea, «lo hará por encima del 2%», y que los ciudadanos empezarán a notar los efectos de esta recuperación económica porque «entre 2014 y 2015 se crearán un millón de puestos de trabajo».
Rajoy hizo mucho hincapié en explicar de manera muy didáctica por qué la rebaja de impuestos llega tres años después de acceder al Gobierno, cuando era la medida estrella de su programa electoral. Recordó que en 2012 el Gobierno tuvo que hacer un «durísimo» esfuerzo de contención fiscal porque «no podíamos vivir con una deuda que acumulaba 90.000 millones cada año». Y que no ha podido cumplir hasta ahora con su palabra de bajar impuestos. Esta reforma fiscal permitirá que 1,6 millones de españoles estén exentos de realizar la declaración de la renta en 2015. Supondrá una rebaja media de impuestos del 12,5 por ciento, aunque para las rentas inferiores a 24.000 euros, que representan el 74 por ciento del total el ahorro, será del 23,5%.
El presidente del Gobierno añadió que en 2016 los ciudadanos notarán más los efectos de esta reforma, pues seguirá el descenso de tributos. Por ejemplo, el Impuesto de Sociedades bajará del 28 al 25% y las retenciones de los autónomos, del 19 al 18%, dijo.
Fiel a su apuesta de centrar su discurso electoral en la economía, Rajoy dejó en un segundo plano el debate soberanista. Explicó que en el último encuentro del G-20, España fue exponente de «cómo las reformas estructurales pueden llevar a la recuperación de la economía». Pero también hizo un llamamiento a esa mayoría silenciosa de catalanes que no votó en la «farsa» del 9-N. Elogió la diversidad de la nación española –«hace de nuestra cultura algo más rico»– y, dirigiéndose a la nutrida representación de empresarios catalanes, concluyó que «de esta crisis hemos sacado una lección: si los españoles nos ponemos, somos imparable, por Cataluña y por España». Alicia Sánchez-Camacho añadió que Rajoy tiene intención de «recuperar la confianza de los catalanes frente a populismos rupturistas y bolivarianos».
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