El desafío independentista

Rajoy, dispuesto a reunirse con Mas para reforzar la estabilidad

No pondrá obstáculos al diálogo institucional pese a los desplantes. «La respuesta a planteamientos ilegales se mantendrá», dicen en Moncloa

Artur Mas, ayer en la reunión semanal con sus consejeros
Artur Mas, ayer en la reunión semanal con sus consejeroslarazon

No pondrá obstáculos al diálogo institucional pese a los desplantes. «La respuesta a planteamientos ilegales se mantendrá», dicen en Moncloa

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no va a poner obstáculos al diálogo institucional con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, pese a sus recientes desplantes y a que en los últimos meses haya tensado «intencionadamente» la cuerda con Madrid, según explican fuentes del Ejecutivo. Rajoy está dispuesto a volver a reunirse con él en privado para hablar de la situación de Cataluña «las veces que haga falta dentro de la Constitución y del marco de la ley», como siempre ha hecho hasta ahora, añaden en su entorno.

En Moncloa señalan que el presidente no hace distinciones entre Cataluña y las demás comunidades autónomas y que, por tanto, «no hay vetos» para recibir «a su máximo representante, al presidente de la Generalitat, y hablar con él de todas las cuestiones que éste tenga a bien poner encima de la mesa».

«La respuesta a los planteamientos que se salen del marco legal ya se le han dado, y esta respuesta se reiterará en todas las ocasiones en las que haga falta. Pero el Gobierno cree en el diálogo y en la necesidad de buscar marcos de encuentro que rebajen una tensión que perjudica a Cataluña, a los catalanes, y al conjunto de España», explican las fuentes consultadas.

Al jefe del Ejecutivo le constan las presiones que Mas está recibiendo de sectores sociales claves en el tejido productivo catalán para que reconduzca el «enfrentamiento». Y en lo que esté a su alcance, hará lo posible para facilitar una salida «por mucha que sea la desconfianza» hacia la voluntad real del presidente de la Generalitat de rectificar. Esas mismas quejas han llegado también a Moncloa.

Para el Gobierno, «el problema es Mas». Pero es consciente de que el problema trasciende ya la política y exige llegar con un mensaje de Estado a la sociedad catalana. Ayer, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tendió de nuevo la mano a la Generalitat para reforzar el diálogo y apostar por la estabilidad, dentro de la ley y la «sensatez». Como ayer adelantó este diario, la vicepresidenta promovió el pasado sábado un encuentro privado con el presidente de la Generalitat, aprovechando la coincidencia de los dos en un acto social. Este movimiento se enmarca en la decisión de Rajoy de no entrar en las «provocaciones» y seguir buscando espacios para el diálogo institucional. En esta estrategia, el Gobierno se está apoyando en dos dirigentes de Unió Democrática de Cataluña (UDC), el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida; y el portavoz económico en la Cámara Baja, Josep Sánchez Llibre.

La conversación del sábado entre Artur Mas y la vicepresidenta sirvió para enfriar la tensión alimentada por el líder de CiU con su plante a la patronal catalana porque no le dejaron saltarse el protocolo y clausurar un acto en el que ese honor correspondía a Sáenz de Santamaría. Ésta ejercía de presidenta en funciones porque Rajoy estaba de viaje oficial a Panamá para participar en la Cumbre Iberoamericana. Rajoy se ha implicado personalmente en esta ofensiva para recuperar el canal de diálogo dinamitado por Mas en los últimos meses.

Ayer, durante la clausura en Jerez de la Frontera del XVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, la vicepresidenta defendió que hay que evitar las tensiones políticas para garantizar la estabilidad, clave para consolidar la recuperación económica. «El empeño del Gobierno es mantener esa estabilidad política e institucional mediante dos instrumentos: el irrenunciable cumplimiento de las leyes y de la Constitución; y la apertura de un diálogo en ese marco en el que todos estamos llamados a trabajar y entendernos», informa Europa Press. En su mensaje, la vicepresidenta subrayó que la estabilidad es un valor que «sólo se tiene en cuenta cuando se pierde» e instó «a todo el mundo» a mantener la sensatez.

A su entender, «se puede hablar de muchos temas, pero muchos corresponden al conjunto de los ciudadanos, que se han dado un marco de convivencia y de concordia que hay que preservar. A veces no somos conscientes de lo que ha sido trabajar juntos estos años, de lo que nos necesitamos los unos a los otros. La obligación de cualquier Gobierno es cimentar una sociedad unida desde el entendimiento», puntualizó.

Por otro lado, Sáenz de Santamaría también sacó a relucir su preocupación porque «cualquier conflicto se traduzca en una fractura social a niveles personales». Por este motivo, insistió en la necesidad de ser «conscientes» de lo que supone «estar juntos y trabajar juntos». Y concluyó: «La convivencia no puede ponerse en riesgo».