El desafío independentista
Rajoy mantiene la inversión en Cataluña en 2014 frente al órdago rupturista de Mas
Sobre el discurso victimista del nacionalismo están las cifras. Cataluña ha sido una de las comunidades más favorecidas por las inversiones en los últimos años, dentro de una política general de reducción de la inversión pública en todos sus capítulos por las necesidades impuestas por el déficit público. Y este comapromiso con Cataluña se ratificará en los Presupuestos Generales del Estado para 2014, según confirmaron fuentes del Gobierno. El miércoles el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ratificó en el Debate de Política General de la región que sigue donde estaba, o al menos así lo han interpretado en el Gobierno. Es decir, que «no se baja del caballo aunque cabalgue hacia su suicidio político», en palabras de un «fontanero» de Moncloa con papel en la gestión del problema de las relaciones con Cataluña.
Pese a que la interpretación es que Mas no se ha movido de donde estaba en lo que afecta a su desafío independentista, aunque juegue «de manera oportunista con varias cartas y con los matices», el Gobierno tampoco lo va a hacer. La respuesta del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, es ratificarse en su estrategia: un perfil no estridente, mostrar una cara amable a los catalanes y mantener el apoyo económico y financiero «a los catalanes, a quienes hay que distinguir del poder político que ahora mismo controla la Generalitat», precisan en el entorno de Rajoy. Esto explica el apoyo inversor y las gestiones para buscar un acercamiento a algunos sectores de la sociedad catalana con el objetivo de que desde dentro de Cataluña presionen al nacionalismo para que vuelva hacia la moderación. En estas presiones deberían entrar en juego los empresarios, otras élites influyentes y también Unió Democrática de Cataluña (UDC), según el análisis sobre el que se basa la estrategia de Rajoy, opuesta a la combatividad del Gobierno de David Cameron con el independentismo escocés.
En 2013, la inversión presupuestada en Cataluña fue más del doble que la media nacional. Pero esta política viene de lejos. De 2000 a 2012 se han invertido más de 21.000 millones de euros, un 40 por ciento más que en Madrid, por ejemplo. Buena parte de la inversión presupuestada en el presente ejercicio tenía como destino el Corredor del Mediterráneo a su paso por Cataluña. Es verdad que en los Presupuestos del Estado la inversión en Cataluña ha caído en los últimos ejercicios, pero la estrechez del gasto afecta a todas las comunidades y la catalana es la que menos la ha sufrido, junto con Andalucía.
Para 2014, año para el que Mas sigue anunciando una consulta ilegal sobre la independencia, Rajoy mantendrá su esfuerzo inversor en Cataluña, pero sin someterse a las exigencias del Estatut en esa materia, sobre las que se pronunció el Constitucional declarándolas no vinculantes. «La política sigue su camino, y responderemos a las decisiones políticas que se salten la Constitución con la ley por delante. Pero esto no va a interferir en una política económica que tiene como objetivo garantizar los servicios públicos a los catalanes», sostienen en Moncloa.
Vías legales
Respecto al desafío de mantener viva la consulta para 2014, el Gobierno responde con el argumento de que Mas tiene a su alcance vías legales para examinar el apoyo social a la independencia: desde las elecciones plebiscitarias a la tramitación por parte del Parlamento catalán de un proyecto de ley al respecto para cambiar la Constitución y que sea remitido a las Cortes para su posterior ratificación.
«Mas sabe que la sociedad catalana está dividida entre los independentistas, que no son mayoritarios; los constitucionalistas; y los que escuchan los cantos de sirena sobre la tercera vía. No tiene asegurada la victoria», dicen en el PP catalán.
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