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Rajoy: «No me gustan los pactos que estoy viendo»

La vicepresidenta del Gobierno advierte de la deriva «radical» del PSOE

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro marroquí, Abdelilah Benkirán
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro marroquí, Abdelilah Benkiránlarazon

Mariano Rajoy ha advertido a Pedro Sánchez de que la "exclusión"del PP es "muy mala para España", como también lo es "darle el poder"a formaciones que "no han tenido el apoyo de los ciudadanos"y que en muchos casos son de "extrema izquierda".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, calificó ayer de «profundamente antidemocrático» que se vayan a constituir gobiernos municipales y autonómicos conformados por «cuatro o cinco fuerzas de extrema izquierda que no tienen cabida en el gran proyecto europeo».

El jefe del Ejecutivo aseguró también –tras el encuentro mantenido en el Palacio de la Moncloa con su homólogo marroquí, Abdelilah Benkiran– que «en el siglo XXI los políticos responsables deberían olvidarse del sectarismo y de la exclusión».

Rajoy insistió en el riesgo que supone la llegada al poder en comunidades y ayuntamientos de determinadas formaciones emergentes –a las que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se refirió antes como «izquierda radical»– para la «estabilidad» y para la «recuperación» de España.

Al abordar el tema de los pactos, Rajoy dio también su opinión sobre los pentapartitos, cuatripartitos o tripartitos, que «no acaban de funcionar», sobre todo si su objetivo principal no es otro que el de aislar a una fuerza, como el PP, que en muchos lugares ha sido la lista más votada. El presidente se refirió a esa tendencia como el germen de lo que puede desembocar en el «sectarismo y la exclusión», dejando claro que está muy preocupado por la «deriva del PSOE», debido a que el partido que lidera Pedro Sánchez «está abandonado la centralidad».

Según avanzó la rueda prensa, Rajoy se mostró muy crítico con el secretario general del PSOE por amparar estos pactos y excluir al Partido Popular de cualquier futura negociación tras los resultados del 24-M y aprovechó también para hacer hincapié en la incoherencia de que los socialistas pidan al PP su apoyo para conseguir gobernar en Andalucía mientras que en el resto de España intenten cerrar el paso a los populares en comunidades y ayuntamientos. En esa línea, Rajoy reprochó al PSOE que facilite el acceso al poder de formaciones «de extrema izquierda» que no han tenido en las urnas el apoyo mayoritario de los ciudadanos.

El líder del PP subrayó, eso sí, que no tiene previsto reunirse con Pablo Iglesias y advirtió de la «lectura» que se va a hacer de los pactos postelectorales que se cierren en España tanto dentro como fuera del país, algo que, insistió, «afecta mucho» a los intereses generales del país». Rajoy concluyó subrayando que «sectarismo y exclusión deberían ser cosas de las que se olvidaran los dirigentes políticos responsables».

En cuanto a los asuntos de política económica, el jefe del Ejecutivo dijo que no iba a realizar ningún cambio, ya que eso supondría «un disparate», un «error descomunal» y algo «enormemente negativo» para los españoles, preguntado por hipotéticos cambios en el Gobierno. El presidente del Gobierno recurrió de nuevo a los datos macroeconómicos para avalar el acierto de sus políticas y afirmó que la economía española crecerá «como mínimo» a un ritmo del 2,9% este año, lo que permitiría crear al menos 600.000 puestos de trabajo.

Rajoy no quiso, sin embargo, comentar posibles relevos en su gabinete, aunque afirmó que “conviene no cambiar lo que funciona”.