Política

Empleo

Rajoy ofrece a CiU apoyo para los Presupuestos si no se entrega a ERC

El Gobierno, dispuesto incluso a un «pacto a la vasca» para dar estabilidad a Mas si aparca la consulta independentista y cumple el déficit

Oriol Junqueras y Artur Mas, ayer, en el Parlament
Oriol Junqueras y Artur Mas, ayer, en el Parlamentlarazon

El contenido del pacto de CiU con ERC se ve desde Madrid como un asunto de Estado, y como tal se está gestionando con la máxima discreción entre bambalinas. El Gobierno explora las voces críticas con ese acuerdo, en su mayoría de Unió. Y está utilizando, asimismo, todas las posibilidades que tiene a su alcance para hacer llegar al presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, el mensaje de que si renuncia a ponerse en manos de Esquerra, facilitarán su investidura y también la aprobación de sus Presupuestos. Siempre y cuando deje aparcada la consulta.

El diálogo directo con Mas está roto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habló con él varios días después de las elecciones autonómicas, y desde entonces no han vuelto a cruzar palabra. Pero hay «otros cauces» –precisan en Moncloa– para dejar constancia en la Generalitat de que tienen otras opciones a la de «renunciar a la moderación para dejarse llevar por la marea independentista». Sostienen que si CiU no pacta con ERC tendría la estabilidad garantizada, por el lado del PP, e incluso también del PSC. Que incluso habría margen para una salida parecida, con sus lógicos matices, a la que en su día permitió el Gobierno de Patxi López en solitario en el País Vasco, pese a su precaria mayoría. El PSE consiguió gobernar Ajuria Enea durante cuatro años gracias al apoyo que desde fuera le ofreció el PP vasco, sin nada a cambio, ya que el partido que lidera Antonio Basagoiti no exigió entrar en el Ejecutivo y se limitó a sostenerle en el Parlamento autonómico.

Moncloa es consciente de que dentro de Convergéncia, el núcleo está con Mas. Y que éste cree personalmente en la «transición nacional» que reivindican los de Oriol Junqueras, «con otros ritmos y otras formas». Pero en Moncloa también observan cómo empiezan a producirse desmarques de la liturgia independentista, incluso por parte de algunos de los que en campaña propugnaron esa vía. No sólo en Unió, también empresarios y hasta significativos medios de comunicación catalanes han comenzado a distanciarse del guión que propugna Esquerra.

«Nuestra obligación es dejar constancia de que hay salidas distintas al pacto con ERC. La opinión pública también tiene que saber que si Mas pacta con Esquerra, es porque así lo ha querido. No porque no se le haya tendido la mano para evitar un mal mayor al que ya tiene que administrar la Generalitat», sostienen en Moncloa. El «mesianismo» de Mas alimenta el escepticismo en Madrid. Pero las enmiendas que se empiezan a escuchar desde distintos sectores políticos y económicos animan al Gobierno a explorar todas las opciones posibles para frenar el acuerdo independentista. Si éste se concreta, el PP votará, lógicamente, en contra de la investidura del líder de CiU. En lo que afecta a la relación con la Generalitat, indican que «se ajustará a la ley». Y que no habrá diferencia de trato con respecto a otras comunidades autónomas, en tanto ésta cumpla con sus compromisos financieros y con la ley vigente.

Ayer, el jefe del Ejecutivo insistió en su advertencia a Mas de que no se equivoque en las prioridades que en estos momentos convienen al interés de los catalanes y al interés general. «Los ciudadanos no perdonarán a nadie adentrarse en caminos de incertidumbre que no llevan a ningún sitio y que sólo conducen a profundizar en la crisis», sentenció durante su intervención en el cónclave nacional de parlamentarios del PP que se celebra en Toledo. Rajoy ofreció formalmente diálogo a la Generalitat para fijar objetivos comunes para salir de la crisis, crear empleo y avanzar en la recuperación económica, pero no para enredarse en debates artificiales. Y también recordó que Europa es la llave para el crecimiento y el empleo y defendió la ley. «Situarse en la periferia de la ley es alejarse del sentido común y de la moderación que necesita Cataluña y todo el país», puntualizó.

El presidente insistió en que las políticas que generen división son «un lujo que no podemos permitirnos». «España tiene que ser noticia porque es capaz de recuperarse y no por los problemas artificiales que muchos pretenden generar», concluyó.