Política

Barcelona

Rajoy reforzará el apoyo a la sociedad civil no independentista

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sale del Palacio de la Moncloa
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sale del Palacio de la Moncloalarazon

Tras el paréntesis de las elecciones europeas, Cataluña pasa a ser prioritaria en la agenda del Gobierno y del PP. «De aquí a noviembre nos lo jugamos todo», sentencian en la dirección del PP catalán. Los comicios han colocado ya todas las piezas en el mapa y la primera decisión es mantener el «no» a abrir una negociación con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, mientras no rectifique su pulso al Estado. Dicen en las filas populares que el argumento de que hay que andarse con cuidado para no movilizar más al independentismo ha caducado porque «ellos ya están completamente movilizados». Y que, por tanto, ahora no hay otra alternativa que la de responder «con contundencia y absoluta firmeza» a su ofensiva, apoyando más a la sociedad civil catalana que no quiere la fractura soberanista. «El independentismo no ha recibido más apoyo en estas elecciones que el que tiene en el Parlamento catalán», advierten.

En esta causa las carencias se acumulan posiblemente desde la etapa de Gobierno de Aznar, sobre todo si se contrapone lo que se ha hecho desde el Gobierno de la Nación y desde los dos principales partidos nacionales con los recursos que la Generalitat multiplica en apoyo de los voceros de la bandera soberanista.

En el PP se han dado cuenta de que ha llegado la hora de intentar subsanar esta debilidad reforzando el respaldo a los movimientos ciudadanos que defienden una Cataluña integrada en España. «Necesitan más recursos y no sólo que se apoyen los actos reivindicativos que puedan organizar. Hay que ayudar a que su voz se escuche con más fuerza», sentencian.

El PP nacional y el PP catalán han decidido además reactivar el grupo de trabajo que constituyeron el año pasado para diseñar una estrategia conjunta con la que plantar cara a Artur Mas y a ERC. Las elecciones dejaron en el aire algunas de las propuestas sobre las que trabajaron, como la campaña sobre el «derecho a saber». Y por ahí van a comenzar los trabajos. En estas reuniones previas a las elecciones participaron los «primeros espadas» de la dirección nacional, entre ellos, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y los tres vicesecretarios, Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons. Pero, además, en esta definición de la estrategia también está implicada la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y, por supuesto, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien mantiene contactos periódicos la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho.

De momento, el primer análisis de los resultados electorales en Cataluña deja estas reflexiones y estas primeras decisiones, hacia las que el PP va a encaminar todas sus energías en los próximos meses. En aquellas reuniones de trabajo previas a las europeas los populares llegaron incluso a abrir una ronda de entrevistas con empresas de comunicación para ser más eficaces en la difícil tarea de romper el «bloqueo y la manipulación» que sus mensajes sufren antes de llegar a los catalanes. Ahora insistirán de nuevo por esa vía, y también están estudiando la manera más eficaz de reforzar los contactos sectoriales del Gobierno con representantes de la sociedad catalana.

Y es que el plan de acción en Cataluña incluirá, asimismo, una revisión de la estrategia de comunicación. «No basta con ir a Barcelona, hacer un discurso y volverse a Madrid»», sentencian en el PP. Casi todo lo que hace el Gobierno en Cataluña queda tapado por el discurso de la Generalitat y por la «propaganda» que de él hacen todos sus «satélites» mediáticos. Para contrarrestarlo los ministros recibirán la instrucción de tener más presencia, pero no para hacerse una foto, sino implicándose en contactos sectoriales que sirvan para trasladar de primera mano la acción del Gobierno en su área, «anular el eslogan nacionalista de que Madrid sólo esquilma a Cataluña», y explicar las medidas de apoyo a esta comunidad autónoma adoptadas por cada ministerio.

En el PP catalán han decidido también reforzar su estructura de partido en respuesta a los últimos resultados electorales y las exigencias que impone la etapa que se abre hasta la fecha marcada por Artur Mas para convocar el referéndum de autodeterminación. Tras el resultado del 25-M, la dirección regional ha concluido que necesita una mayor presencia territorial con dedicación exclusiva. Más política, trabajo de partido y contundencia en el discurso y en la pedagogía.

Sobre estos mimbres el PP abre una nueva etapa en Cataluña que tendrá como punto final el 9 de noviembre. De aquí a entonces, salvo que Mas rectifique, mantendrán el apoyo institucional y financiero a esta comunidad autónoma y a los catalanes. «Pero no hay que darle ni agua» al presidente de la Generalitat –puntualizan– porque «él se ha metido solo en su laberinto y él solo tendrá que salir de él». Sostienen, además, que no mantenerse firmes en esta posición debilitaría al Gobierno y al PP ante un órdago en el que España «se está jugando su futuro».

Este sábado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, volverá a Barcelona para participar en un acto del Círculo de Economía. Un discurso con el que el PP dará el pistoletazo de salida a este refuerzo de su plan de acción para plantar cara al órdago que sigue manteniendo vivo el presidente de la Generalitat. Según Génova, «la discusión no está en si habrá o no una consulta ilegal, porque no la habrá. Si no en cómo frenamos la fractura social que están alimentando CiU y Esquerra».