El desafío independentista

Moncloa no publicará el Govern de presos y huidos de Torra

Frenará su oficialización y mantendrá el artículo 155 hasta que haya un Gobierno «efectivo»

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención, en Las Palmas de Gran Canaria/Efe
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención, en Las Palmas de Gran Canaria/Efelarazon

Frenará su oficialización y mantendrá el artículo 155 hasta que haya un Gobierno «efectivo».

Moncloa ha confirmado que no permitirá que se forme un Gobierno de la Generalitat con consejeros en prisión o en el extranjero (Jordi Turull, Josep Rull, Lluis Puig y Toni Comín), tras acordarlo con PSOE Y Cs. En estos momentos, el Boletín Oficial de la Generalitat de Cataluña depende directamente de la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, y no oficializará la orden de que se publique la lista del nuevo Ejecutivo catalán si en ella aparecen, tal y como anunció ayer el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ex consejeros en prisión o fugados por el referéndum de autodeterminación y que fueron cesados por la aplicación del artículo 155.

Este periódico adelantó ayer que una decisión en esta dirección por parte de Torra implicaría que su nuevo equipo no sería considerado un Gobierno eficaz y viable, en la medida de que tanto los ex consejeros que están encarcelados como los que se encuentran en el extranjero no pueden cumplir con sus obligaciones ni tampoco responder al control del Parlamento catalán. De hecho, incluso el portavoz del Gobierno central, Íñigo Méndez de Vigo, advirtió también de que Rajoy tomaría medidas para evitarlo. Desde el Tribunal Supremo han anticipado igualmente que no se permitiría que salieran de la cárcel para tomar posesión de sus cargos, a lo que el independentismo respondió que barajan la posibilidad de que fuera Torra el que se trasladara a la cárcel o incluso que se utilizara la vía de un acta notarial.

La restitución de los dirigentes encarcelados o que en su momento huyeron al extranjero va en contra de las advertencias que ha realizado Moncloa. Torra sabe de antemano que el Gobierno no va a permitir que avance por esta vía y ya ha amagado con explorarla para forzar una reacción del Gobierno y alimentar el discurso del victimismo. Moncloa emitió ayer un comunicado en el que certificó que la voluntad de diálogo de Torra no ha durado ni 24 horas. El Ejecutivo «analizará la viabilidad del nuevo Govern», que demuestra que se quiere sostener la estrategia de confrontación con el Estado.

Por su parte, Rajoy reiteró ayer que está abierto al diálogo sobre cualquier asunto «salvo de lo que no puede ser por ser ilegal». Fuentes de Moncloa confirmaron que el presidente del Gobierno responderá a la carta del presidente de la Generalitat, Quim Torra, a lo largo de la próxima semana, pero su contenido puede adelantarse ya porque se ajustará a lo que viene manteniendo desde que Carles Puigdemont activó su ofensiva independentista. Está abierto al diálogo pero dentro de los límites de la Constitución y de la ley.

Torra anunció el pasado viernes que enviaba una carta al presidente del Gobierno para reclamarle una reunión «sin condiciones y sin límite temporal». En su carta Torra insiste en que defenderá el proyecto político fiel a la expresión del 1 de octubre, es decir, al referéndum ilegal. Rajoy se mantiene en la misma posición de siempre, y, por lo tanto, su estrategia es esperar a ver cómo evolucionan los acontecimientos y tomar las decisiones de acuerdo con los hechos que materialice la parte independentista. Moncloa es muy pesimista sobre lo que pueden esperar de Torra y de su Gobierno. «La clave está en si sólo desafía para alimentar el conflicto, y luego vuelve a la legalidad, aunque no haya otro programa de gobierno, o si está dispuesto a dar pasos en falso que obliguen a mantener la intervención de la Generalitat», explican.

La oposición consideró ayer una provocación los nombres del nuevo Gobierno de Torra. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aseguró que «no quieren gobernar sino desafiar a la mayoría de los catalanes y a la legalidad democrática. Un president supremacista, un plan ilegal anunciado en el Parlament, y un Govern con dos presos y dos fugados que dieron un golpe contra la democracia. Así no se puede levantar el 155». El presidente del PP catalán, Xabier García Albiol, señaló que «la composición del nuevo Govern es un claro mensaje de la voluntad de seguir instalados en la bronca, el conflicto y la provocación». Mientras que el primer secretario de los socialistas catalanas, Miquel Iceta, sostuvo que es un error incorporar al Govern «a personas que no se podrán dedicar plenamente y de forma efectiva».