Cataluña

Rajoy se prepara para resistir y «rentabilizar» la moción de censura

Dicen que pueden «rentabilizar» de nuevo a su favor una moción de censura en contra del presidente

Mariano Rajoy insistió ayer en que el PP se enfrenta a «casos aislados» de corrupción
Mariano Rajoy insistió ayer en que el PP se enfrenta a «casos aislados» de corrupciónlarazon

Dicen que pueden «rentabilizar» de nuevo a su favor una moción de censura en contra del presidente.

La sentencia del «caso Gürtel» no sorprendió ayer en las filas populares. Pero no por esperada dejó de caer como un golpe en la nuca. El Gobierno y la dirección popular ajustaron de inmediato su estrategia de defensa a dos argumentos que tenían un mismo objetivo, minimizar el alcance de la sentencia fuera del partido, pero también internamente.

Esa línea de defensa la plasmaron en un argumentario en el que destacan que la condena como partícipe a título lucrativo implica obligatoriamente desconocimiento del hecho delictivo. «No se le acusa al PP de ningún delito ni se le puede imponer ninguna pena (ni cárcel ni multa ni inhabilitación), pero se le obliga a responder civilmente».

El PP también recordó de nuevo que fue Rajoy quien puso fin a la relación del partido con Francisco Correa, el «cabecilla» de la trama. Y en su documento con el ideario al que quieren ajustar el discurso de todo el partido también razonan que los hechos juzgados se circunscriben a las elecciones municipales de 2003 en los Ayuntamientos de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, «dos localidades madrileñas de los más de 8.000 ayuntamientos que hay en España». «El Partido Popular no puede conocer los gastos que asuman en nombre propio los candidatos a título particular, sin poder para representar al partido, e incluso a escondidas, a espaldas del partido, fuera de la campaña aprobada por el PP». Aquella imagen de 2009 de toda la Ejecutiva del PP con Rajoy para sostener la denuncia de que detrás de las investigaciones por corrupción había una trama contra el PP, y no del PP, fue ayer actualizada con el mensaje de que son «casos aislados» y hechos que la dirección no conocía. «Ningún miembro de la dirección actual o direcciones anteriores ha sido imputado en esta causa, y algunos acudieron al juicio como testigos, lo que acredita una absoluta falta de responsabilidad en los hechos juzgados».

Ésta es la defensa inmediata, mientras que a medio y largo plazo Rajoy se prepara para resistir a esta sacudida, como ha hecho en otros momentos de máxima dificultad a los que se ha enfrentado. Quedan más sentencias vinculadas a casos de corrupción por publicarse, entre ellas la de los «papeles de Bárcenas», pero la cúpula asegura que no hay motivos para ver en riesgo la continuidad del presidente del Gobierno. Incluso sostienen que si hubiera moción de censura, sería un «revival» de lo que pasó con la que presentó en su día Pablo Iglesias. No sólo no temen que desestabilice a Rajoy –o eso afirman–, sino que para la dirección del PP una moción de censura puede ser una oportunidad de volver el viento a su favor. No prosperaría, y «es más una pelea de Pedro Sánchez con Albert Rivera, que con nosotros». «En esa clave hay que entender las presiones, y ellos verán si tiene sentido amagar o presentar otra moción de censura para perderla», apostillan en Moncloa. Este optimismo no es compartido en las filas populares, pero la dinámica en la que se mueve el PP pasa por esta tensión entre la presión de la dirección para mantener las filas prietas y serenas y los nervios crecientes entre los dirigentes autonómicos y provinciales. «Este momento había que pasarlo, pero todavía queda mucho para las elecciones. Que no se apresuren algunos», continúa el razonamiendo de Moncloa.

De momento, Rajoy confirmó ayer que la próxima semana volverá a Cataluña, su primer viaje desde las elecciones autonómicas de diciembre. Asistirá a las jornadas del Círculo de Economía en Sitges. También la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, visitará Tarragona.