Política

Elecciones europeas

Rajoy tampoco moverá a Pons de Génova pese a su salto a Europa

El número dos de la candidatura del PP a las europeas, Esteban González Pons, ayer en el Foro Europeo de Agricultura
El número dos de la candidatura del PP a las europeas, Esteban González Pons, ayer en el Foro Europeo de Agriculturalarazon

La candidatura europea tampoco traerá cambios a Génova. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirma de nuevo su apuesta por la estabilidad y la continuidad, y la salida al Parlamento Europeo del vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, no servirá de excusa para que se revise la estructura orgánica del partido y se introduzcan cambios en la misma, aunque sólo sea para reforzarla ante una etapa ya marcada por las exigencias de la movilización electoral hasta las próximas generales de 2015.

González Pons compatibilizará sus actuales responsabilidades con sus nuevas tareas en la Eurocámara, aunque se traslade a vivir a Bruselas. Un trabajo como número dos de la candidatura que podría verse reforzado notablemente si se confirma la «hoja de ruta» de Rajoy, que apuesta por que el ex ministro de Agricultura y «cabeza de lista», Miguel Arias Cañete, entre en la nueva Comisión Europea en otoño. El camino diseñado es muy parecido al que en su día, en la etapa de Gobierno de José María Aznar, siguió Loyola de Palacio, también utilizando como trampolín el Ministerio de Agricultura.

En ese escenario, lo lógico es que el número dos de la candidatura asuma la portavocía del PP en el Parlamento Europeo. En cualquier caso, González Pons mantiene su vínculo con la dirección nacional y como vicesecretario guarda también su puesto en el Comité de Dirección, que habitualmente se reúne todos los lunes para analizar la estrategia semanal del partido.

En el lado inverso está el todavía portavoz del PP en el Parlamento Europeo, el ex ministro Jaime Mayor Oreja, por dos veces candidato en las elecciones europeas. Tras la decisión del presidente del Gobierno de que no repitiese por tercera vez como «cabeza de lista», ha roto con la dirección nacional de su organización, y como adelantó este periódico, no asiste a las reuniones del Comité de Dirección. Tampoco estará en la campaña electoral: «Me voy a mi casa con todas las consecuencias», declaró ayer a Servimedia. «Cuando tomo la decisión de ir a la actividad privada, voy con todas las consecuencias. He abierto un paréntesis que creo que será definitivo», añadió.

Génova, por su parte, sigue atando cabos de su campaña dentro de una estrategia en la que conceden una relevancia especial a Cataluña, Andalucía y Madrid. No es casual, sino que tiene una potente carga simbólica, la decisión de Rajoy de que el primer acto de campaña en el que coincidirá con el candidato sea, precisamente, en Barcelona el próximo día 17.

Allí las elecciones se juegan en un doble escenario: el europeo y el que afecta al proceso independentista, ya que el reparto de fuerzas entre CiU y ERC puede variar la velocidad con la que Artur Mas impulse el camino soberanista.

Si los republicanos de Oriol Junqueras se imponen de manera evidente, Mas tendrá menos margen para buscar una salida que le permita ganar tiempo frente a su compromiso de seguir adelante con la convocatoria de una consulta ilegal sobre la independencia.

Rajoy irá a Barcelona para explicar junto a su candidato las consecuencias que la independencia tendría para Cataluña, «a hacer pedagogía y a defender el diálogo dentro de la ley», según explican en Moncloa.

Génova ha organizado hasta 40 actos electorales –de campaña y precampaña– en Cataluña y del cierre se encargará la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, uno de los miembros del Gabinete de Rajoy con mejor imagen y más «tirón» en esa comunidad autónoma. El acto será en Badalona el día 23.

Rajoy y Cañete volverán a coincidir en Valencia, Málaga y en el cierre de campaña en Madrid. Su principal objetivo sigue siendo atraer el apoyo de votantes tradicionales del PP que pueden estar barajando la opción de la abstención.

Victoria al alcance

La encuesta que ayer publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirma que la mitad de los encuestados que piensa ir a votar el 25 de mayo se debate entre los dos principales partidos. No obstante, en Génova afrontan el arranque de la campaña electoral convencidos de que la victoria está a su alcance y de que la noche electoral les garantizará más estabilidad y colocará de nuevo al PSOE en el centro del debate por el agravamiento de su crisis de liderazgo.

Para el PP, las europeas son una oportunidad «para ganar tiempo», para consolidar la recuperación económica y solventar los problemas que tienen en algunas comunidades autónomas, en feudos históricos del partido como Valencia o Madrid, antes de los comicios del próximo año. Ésa será la prueba de fuego para que Rajoy encare con más o menos tranquilidad las generales de meses después.