Elecciones autonómicas
Rajoy: «Todos prometen el cambio, pero ya empezó en 2011 y no hay que pararlo»
El presidente del Gobiernpo asegura que «el Partido Popular es el único que garantiza la recuperación de España. Se ha convertido en la referencia de eficacia y estabilidad».
Quedan cinco días de campaña electoral que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afronta con la decisión de no moverse de la guía que ha seguido hasta ahora en su estrategia electoral. Rajoy ha apostado por una campaña intensa en presencia, pero esquiva con el tono bronco. En la que no ha dado titulares distintos cada día, sino que ha preferido ajustarse a su mensaje económico y repetirlo por cada una de las «plazas» que está visitando.
El ex presidente José María Aznar, que está también de campaña, era más de buscarse un titular distinto para cada jornada electoral cuando él era el líder del partido. Rajoy tiende a elegir varias ideas fuerza, y a repetirlas en cada uno de sus actos. Y ante estas autonómicas y municipales, estas giran, todas ellas, alrededor del mensaje de la recuperación económica y de la defensa de la estabilidad política.
«El Partido Popular es el único que garantiza la recuperación de España. Nuestro partido se ha convertido en la única referencia de eficacia y estabilidad», asegura el presidente del Gobierno a este periódico en un receso entre los mítines que le han ocupado durante este fin de semana. En esta recta final para captar el voto de la importante bolsa de abstención y de indecisos que detectan las encuestas, el presidente va a redoblar la insistencia en el mensaje de advertencia sobre los riesgos de que de las urnas salga un panorama político que haga saltar por los aires la estabilidad política. Condición imprescindible, a su juicio, para que se mantenga la recuperación del empleo, otro de los elementos centrales de su discurso de campaña. «La estabilidad política nos ha ayudado a salir de la crisis, por eso no podemos jugarnos ahora nuestro futuro a la ruleta de la inestabilidad, las ocurrencias o las frivolidades».
El jefe del Ejecutivo maneja datos internos que sostienen que su partido está remontando posiciones en la campaña. Creen en el PP que ellos están moviendo más voto que el PSOE, mientras que las formaciones nuevas, Ciudadanos y Podemos, no estarían ganando apoyos.
Para apuntalar esa mejoría que ellos perciben, Rajoy también acentuará en estos últimos cinco días de campaña las referencias al empleo y a su compromiso de alcanzar los 20 millones de empleados en la próxima Legislatura si se mantienen sus políticas. El PP ha hecho del empleo su principal prioridad y así será mientras sea el asunto que más preocupa a los españoles. Nosotros planteamos al conjunto de la sociedad española un objetivo común, una meta compartida: lograr un país con 20 millones de personas trabajando», enfatiza el líder de los populares. Rajoy cree que no se puede desperdiciar ni un solo día de campaña y que hasta el último momento todo esfuerzo cuenta. Cada voto es decisivo en un tablero tan ajustado y en el que las mayorías van a ser un bien muy escaso. En su estrategia está prefiriendo un perfil plano, insistente en su discurso y esquivo con las polémicas que plantean sus adversarios. Ha polemizado lo justo con el PSOE, y también con las fuerzas emergentes. Rajoy prefiere su libro. Y de aquí al domingo no va a separarse del tono moderado y del discurso que coloca la gestión por encima de cualquier otra consideración. «Todos prometen el cambio, pero el cambio empezó en 2011 y sus resultados están ya a la vista. Ahora se trata de no pararlo y, menos aún, de volver atrás. Eso sería imperdonable después de tanto esfuerzo», explica a LA RAZÓN. El presidente ha demostrado que es previsible también en lo que afecta a su estrategia electoral. Desde que asumió las riendas del PP optó por un modelo de campaña poco agresivo y que movilice a los suyos limitando al máximo la movilización de la izquierda. Y éste es el modelo que ha seguido de nuevo en esta ocasión. Ante estas autonómicas y municipales el presidente ha impuesto su criterio frente a los que desde dentro de su partido, y fuera, le han reprochado que se lo jugase todo a la baza económica. Él entiende que ésta es la principal preocupación de los españoles y de ahí no se va apartar hasta la noche del cierre de campaña. «Lo que ha hecho España en estos años es extraordinario; es la historia de un gran éxito colectivo, de una recuperación que debería ser motivo de orgullo para todos, incluso para los nuestros adversarios políticos», argumenta el presidente. En esta afirmación explica su firme convicción de que su estrategia electoral es la única posible para convencer a sus votantes de 2011 de que pasen página de aquellas decisiones que han podido defraudarles y vuelvan a apoyar al PP para mantener la creación de empleo y el crecimiento. Rajoy cree que el 24-N su partido tendrá más apoyos de los que hasta ahora le han pronosticado las encuestas y que el voto útil funcionará en favor del PP. También cree que los dos partidos nuevos ya tocaron su techo electoral. Se trata de aguantar el 24-M y enfilar la carrera hacia las generales subido a lomos de la secuencia de datos que confirmarán el «cambio» económico. De aquí al viernes seguirá buscando fotos amables y «venderá» las medidas sociales que acaba de aprobar el Gobierno. «La campaña no nos ha restado, y Aguirre y Aznar tal vez hayan movido a los nuestro de siempre», completan en el PP su balance de campaña.
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