Premios Princesa de Asturias
El Rey destaca que las "soluciones llegarán de la unidad, nunca de la división"
Felipe VI alerta en su discurso sobre el «regreso terrible» de los conflictos y subraya «la ilusión y entrega» con la que Leonor afronta su futuro
Considerado uno de los discursos anuales más importantes del Rey, quizá solo por detrás del que pronuncia en Navidad, Felipe VI quiso lanzar durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias un mensaje de advertencia ante «el vértigo» de que se extiendan los conflictos bélicos en un momento especialmente crítico por la guerra en Ucrania y en Oriente Medio. «Este Siglo XXI nos ha traído el regreso terrible de la guerra, de los conflictos bélicos en su versión más descarnada, destacó el Monarca ante los más de 1.300 invitados que asistieron a la gala en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Si el año pasado el Monarca centró parte de su alocución en la invasión rusa de Ucrania, en esta ocasión quiso centrarse en el nuevo frente abierto en Israel tras el cruel atentado de Hamas. No en vano, sus palabras durante la ceremonia de los Premios de Asturias suelen mirar desde una perspectiva analítica hacia el contexto global. De hecho, Felipe VI quiso advertir de los estragos que las guerras suponen para las sociedades tanto desde el punto de vista económico como social. Causan «auténticas tragedias de gran magnitud y alcance global, llenas de horror y devastación que ignoran y desprecian la vida, la dignidad y los derechos humanos de millones de personas», recordó Felipe VI ante la atenta mirada de sus dos hijas y su esposa la Reina Letizia.
En este contexto el Jefe del Estado lanzó una advertencia y recordó que el enfrentamiento entre naciones «ponen a prueba el orden internacional y sus reglas», una idea que ya repitió en varias ocasiones en referencia a la decisión del ruso Vladimir Putin de bombardear Ucrania. «Cuestionan el consenso necesario para mantenerlo», añadió. Además, prestó especial hincapié en los efectos que las guerras y los conflictos tienen sobre las economías. «Se resienten con efectos para todos, especialmente para los más vulnerables». No es un asunto baladí ya que durante el invierno pasado Europa fue rehén del gas ruso, obligando al Viejo Continente a diversificar sus fuentes energéticas. Lo mismo sucede con el grano. Moscú está asfixiando las exportaciones mundiales y los más afectados son los países africanos cuya dependencia del cereal es mayor. Es por ello que el regreso de la inestabilidad a la región de Oriente Medio puede repercutir en la débil recuperación económica tras la pandemia, especialmente, en todo los relacionado con el petróleo.
El Monarca también mostró su preocupación ante el debilitamiento de las democracias y los valores que «garantizan nuestra convivencia» como consecuencia de las guerras. Volvió, en cierto modo, al igual que en la edición anterior a llamar a la unidad y defender la vigencia del proyecto europeo aunque advirtió que «su fragilidad es un recordatorio para no caer en la pasividad».
En su análisis, Felipe VI insistió en que en estos tiempos que vivimos y teniendo en cuenta todos los desafíos es la hora «de mayor sentido de la responsabilidad». «Siempre lo es, ciertamente, pero en estas circunstancias, ese deber debe extremarse», recordó el Monarca que recordó que la paz, el bienestar, económico y social de millones de personas y la preservación de los valores democráticos exigen el mencionado sentido de la responsabilidad.
A renglón seguido, puso en valor que la unión es el camino para alcanzar las soluciones a los conflictos. «Son muchos nuestros problemas, y las soluciones llegarán –como siempre ha sucedido y demuestra la historia de España de la unidad–, nunca de la división». Unas palabras que desataron un contundente aplauso del auditorio. Estas palabras pueden interpretarse también como una reflexión sobre la situación política actual de España donde la inestabilidad y falta de consenso político están provocando un deterior nunca antes visto de las instituciones.
En sus palabras, Felipe VI también recordó a dos protagonistas del conflicto en Oriente Próximo, que fueron galardonados por la Fundación de manera conjunta. Fue en el año 1994 cuando el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat. En este sentido subrayó el acta del jurado que textualmente valoró «su decisivo esfuerzo por crear las condiciones de paz en la región».
A tan solo diez días de que la Princesa Leonor cumpla 18 años y jure la Constitución en una sesión conjunta del Senado y el Congreso en la Cámara Baja, Felipe VI aprovechó la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias para subrayar la «enorme trascendencia institucional, simbolismo histórico y compromiso personal» del acto del próximo 31 de octubre.
Asimismo, sacó su lado más humano y personal al destacar que a medida que su primogénita avanza en su formación tanto él como la Reina están «profundamente orgullosos de su sentido del deber, de su entrega y de la ilusión con la que afronta su futuro». Unas palabras que concuerdan con los gestos de emoción que el Jefe del Estado y su esposa mostraron tanto durante la jura de bandera de la Princesa a medidos de mes como durante su presencia en los actos de la Fiesta Nacional cuando debutó en la recepción en el Palacio. Real. También destacó la formación y valores de la Infanta Sofía –presente también en la gala– para «servir y ayudar a los demás».
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