Rubalcaba busca otro tapado

Conmoción, malestar e inquietud. Mucho enojo se respira estos días entre los cuadros del PSOE. Y es que en esto de más democracia interna, más participación y más apertura, una cosa es la militancia y otra, los cargos orgánicos. Y los cargos, no todos, pero los que más influyen hoy en el socialismo bullen contra la dirección federal de Alfredo Pérez Rubalcaba.

El motivo esta vez (es rara la semana en que no haya uno) es el improvisado anuncio de que habrá primarias, no para designar candidato a las generales, que ésas ya se daban por descontadas, sino para elegir también secretario general. Giro de 180 grados del «aparato», que receló hasta ayer de una fórmula que rechazó el Congreso de Sevilla, plantea un serio problema de legitimidad entre el próximo líder del PSOE y su Ejecutiva y no pocas dudas sobre su desarrollo y articulación. Eso por no hablar de la impresión de que Rubalcaba se deja llevar por la corriente, en lugar de controlarla.

¿Por qué ahora sí y antes no? La respuesta, no se queden en lo obvio –en el pulso del socialismo gallego a la dirección federal para elegir en primarias a su secretario general–, echen, mejor la vista atrás. No muy atrás, sólo unas semanas. En los movimientos de Patxi López, en las indiscreciones de Zapatero, en los cenáculos en los que ha participado Felipe González, en las citas secretas de Chacón y Griñán –la última dicen que fue en Semana Santa en Marbella–, en las llamadas recibidas por Eduardo Madina... En resumen, en las intrigas para alterar la ruta trazada por una dirección empeñada en frenar el debate sucesorio. Demasiada gente había entrado ya en la pista de baile. No todos para bailar, pero sí para elegir pareja.

La convulsión que provocó la semana pasada la información adelantada por LA RAZÓN de que Madina exploraba sus posibilidades para la sucesión, después de que Patxi López hubiera tomado la delantera y tomado el pulso, con o sin consentimiento de Rubalcaba, a distintas federaciones se pasó por alto en la Ejecutiva del pasado lunes. Antes, había habido consigna. El secretario general no hablaría en su informe político sobre el asunto y los miembros de la dirección tampoco opinarían.

Ya había fijado posición la número dos, Elena Valenciano, el sábado por la noche en un programa de televisión: las primarias no están convocadas, Madina no ha abierto la boca y el PSOE está ocupado en la construcción de un nuevo proyecto. Al joven diputado vasco se le recomendó que hiciera unas declaraciones a la puerta de Ferraz, antes de la reunión de la Ejecutiva, para saldar el asunto. Y así lo hizo para verbalizar el respeto a los tiempos y posponer su decisión hasta que se abriera el proceso. Hasta entonces, lealtad a la dirección y a su proyecto.

Perplejidad

Para ayudar en la estrategia de desviar la atención, esa misma mañana dos periódicos publicaban buena parte de la propuesta de reforma territorial del PSOE, un documento que no se pensaba hacer público hasta la segunda semana de mayo, pero que se llevó para su debate ante una dirección federal, perpleja por la celeridad con la que se pretendía abordar un debate de tanta enjundia, sin discusión previa.

El documento, que no recibieron previamente todos los miembros de la Ejecutiva, sumó todo tipo de críticas. Tantas que fue devuelto a su autor, Ramón Jáuregui, para que hiciera las correcciones precisas, y no pudo ser aprobado como se pretendía.

Otro asunto centró el debate de la Ejecutiva: el pulso del PSdG a Rubalcaba para celebrar primarias. Aquí también hubo consigna y se pidió expresamente a los miembros de la dirección que opinaran en contra de la propuesta gallega. Hasta ocho intervenciones se escucharon para avalar la posición oficial sobre los impedimentos estatutarios y las consecuencias de que una federación, de forma unilateral, impusiera un modelo que había rechazado el máximo órgano entre congresos.

72 horas después, algunos de los que intervinieron el lunes en favor de las tesis de Ferraz y en contra de los gallegos, se desayunaron, y nunca mejor dicho, con el anuncio en un desayuno informativo de Óscar López, secretario de Organización, de que la Ejecutiva propondría primarias para elegir secretario general. Ninguna federación se atrevió el jueves a cuestionar la decisión en público. Pero se cruzaron todo tipo de llamadas entre los secretarios generales preguntándose el porqué de la cesión/rectificación. El secretario de Organización tuvo que calmar las revueltas aguas, telefonear a los barones y darle todo tipo de explicaciones que no convencieron a todos.

Al día siguiente, viernes, ya se pudieron escuchar algunas voces de recelo. La de Griñán para, sí, apostar por la «democracia interna», pero sin dar «saltos en el vacío», ni «reinventar todos los días» el PSOE, «ni descomponer una organización que funciona bien»; la de García-Page para llamar la atención entre la diferencia de unas primarias abiertas «y unas desparramadas»; la de Fernández-Vara para avisar de que habrá que analizar los «matices», y en los órganos que corresponde.

De nuevo, marejada interna y decenas de lecturas. La más extendida, la de aquellos barones que temen que Rubalcaba y los suyos pretendan añadir confusión, ganar tiempo e impulsar un candidato desde Ferraz. Todo sería, según un destacado barón, una operación para neutralizar a Madina. El «aparato» teme al joven diputado vasco, da por amortizada a Carme Chacón y desconfía ya de Patxi López y sus posibilidades. Así que anda ya buscando otro «tapado».

De ahí la advertencia de algunos de que en los próximos meses se hablará de otros nombres. Hay uno, joven también, que mira desde la barrera el espectáculo cainita, no se moja, se protege y le protegen... Habrá nuevos capítulos y nuevos protagonistas, no lo duden.