Crisis del PSOE
Rubalcaba llevará al Comité Federal de diciembre la fecha de las primarias
Incapaz de taponar el debate, pactará un calendario con los barones tras la conferencia política de noviembre
Harto de esquivar preguntas, incapaz de taponar el debate interno, presionado por los barones y convencido por fin de que es lo mejor para el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba llevará al Comité Federal del próximo diciembre –que podría retrasarse hasta enero– la fecha de las tan cacareadas primarias. Lo hará después de pactar el calendario orgánico con los barones, que le habían dado un margen para contener el debate del liderazgo hasta después de la Conferencia Política que se celebrará dentro de tres semanas.
Noviembre y diciembre serán meses de propuestas encontradas, seguro, porque sobre la fecha de elección del candidato hay división de opiniones, como siempre en el PSOE. Está la de Emiliano García-Page, que siempre ha defendido que deben celebrarse antes de las elecciones europeas, pese a proclamar que más importante que la fecha es que el procedimiento y la fecha sean pactados. Ayer mismo volvió a reiterarlo en sendas entrevistas en la Ser y Onda Cero poco antes de hacer de anfitrión en Toledo de la Ejecutiva Federal, que celebró allí su reunión ordinaria para arropar al secretario general de Castilla-La Mancha frente a la reforma electoral que pretende perpetrar María Dolores de Cospedal con el objetivo de mermar las posibilidades de la izquierda en la región. Pero también la todopoderosa federación andaluza, como ayer contamos en estas mismas páginas, había hecho saber a Rubalcaba la necesidad de llevar ante el máximo órgano entre congresos del PSOE una propuesta de calendario orgánico para que fuera refrendada. En la misma línea, el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, se desmarcó la semana pasada de la línea oficial para reclamar que se abra la espita de las primarias. Precisamente López regresó ayer a la Ejecutiva, tras meses de buscado distanciamiento con Rubalcaba y la dirección federal a cuentadel futuro liderazgo y de los plazos dilatados. De la misma opinión que Page o López son los secretarios generales de Madrid, Extremadura y Valencia, entre otros. Pero uno de los motivos por los que Rubalcaba había orillado hasta ahora el debate sobre el liderazgo era la falta de «quórum» entre los secretarios generales sobre la fecha más adecuada. No obstante, la dirección federal parece ya convencida de que la elección de candidato a las generales deberá hacerse antes de las elecciones autonómicas y muncipales. Eduardo Madina, uno de los aspirantes al baile de candidatos, que hasta ahora se había mantenido silente sobre fechas y estrategias, se despachó ayer con unas declaraciones que siguieron a las de García-Page sobre las primarias: «Deben celebrarse con tiempo para que la persona elegida tenga el recorrido suficiente». Bastó una simple frase a la salida de la reunión de la Ejecutiva para que algunos interpretaran que el joven diputado vasco cuestionaba en público la agenda oficial. Nada más lejos de su intención siempre discreta y respetuosa con la dirección, pese a no compartir algunas estrategias. Madina cree, aunque nunca lo ha dicho en público, que la mejor fecha para elegir candidato sería otoño de 2014, después de las europeas y antes de las autonómicas, para que el candidato elegido tenga un año por delante para recorrer España y Europa.
Ni él ni ningún miembro de la dirección abordó el asunto de las primarias en la reunión de ayer de la Ejecutiva, que sí discutió, sin embargo, el contenido y el recorrido de la Conferencia Política con la que el PSOE quiere «resetear» su mensaje y hacer una puesta a punto de su organización. Y el propio Rubalcaba, que fue interpelado en la rueda de prensa posterior, volvió a orillar el debate con un «no cambio de opinión cada 24 horas» para decir que su posición se mantenía inalterable. La verdad es que el número uno del PSOE nunca ha puesto fechas sobre la mesa, pero siempre se mostró partidario de que las primarias se celebrasen tan sólo unos meses antes de las elecciones por su efecto movilizador.
Es evidente que la presión interna y externa han podido más y que, por eso, el secretario general accede ahora a poner sobre la mesa un calendario siempre y cuando éste sea acordado por todos los secretarios generales, algo complicado cuando hablamos del PSOE.
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