Crisis del PSOE
Rubalcaba se blinda tras rechazar la renuncia de López como número tres
Valenciano avisó de las consecuencias, pero no fue escuchada en Ferraz
No habrá consecuencias orgánicas. El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, se ha erigido en responsable único del «tsunami de Ponferrada» y como tal puso su cargo a disposición de la dirección federal, que decidió ayer no aceptar su renuncia. López cargó con la culpa, se inmoló, eximió a Alfredo Pérez Rubalcaba de toda omisión y dejó claro que a Elena Valenciano «nunca le gustó» la operación... Esto no lo contó él, pero la número dos le avisó un día antes de las consecuencias de lo que se proponía y él no atendió sugerencias ni de su inmediata superior ni de la responsable de Igualdad. Pese a todo, seguirá en la dirección, aunque adquirió el compromiso de que «se revisará el protocolo en la toma de decisiones».
Con gesto grave, compareció en Ferraz tras la reunión de la Permanente y fue directamente al grano: «Voy a contar la verdad de lo ocurrido». Y su verdad fue que el secretario general no conoció nunca los detalles de la operación y que él se cegó con la posibilidad de «sacar de la política a Ismael Álvarez», el ex regidor del PP condenado en sentencia firme por «acoso». Asumió mil veces el «error» de no exigir la dimisión previa a la moción de censura de Álvarez y mil veces dijo que el yerro se corrigió el domingo con la salida del nuevo alcalde, Samuel Folgueral, y de sus otros siete compañeros, del PSOE.
Lo importante, a su juicio, es que se han pedido disculpas por algo que «nunca» debió haberse producido y que fue «rectificado».
Hacía tiempo que la sala de prensa del PSOE no registraba un lunes un lleno como el de ayer, y pese a las reiteradas preguntas, el número tres no dio demasiados detalles ni de cómo se produjeron los hechos, ni de quiénes estuvieron al tanto de la operación, mucho menos sobre el por qué no se abortó antes de que se produjera, pese a que el escándalo estuvo circulando horas antes por las redes sociales. En resumen, López hizo lo que muchos esperaban, hacer de cortafuegos para blindar a Rubalcaba. Y para ello insistió en que su jefe no conocía «los pormenores» de la moción, conocida desde el 25 de febrero y ampliamente difundida por los medios. López queda tocado.
Petición en cadena de dimisiones mientras el alcalde toma el mando
La polvareda no cesa. Tras un «discreto» silencio, la Junta de Castilla y León se pronunciaba sobre lo acontecido en Ponferrada. Su consejero portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, invitaba al número 3 del PSOE, Óscar López, que es portavoz en las Cortes de Castilla y León, a dejar el acta de procurador. Una idea que secundaban también desde las filas socialistas. Concretamente, desde la corriente interna Izquierda Socialista. Desde el PP, Alfonso Fernández Mañueco entendía que, en este caso, «no basta con entonar el mea culpa». El secretario general del PSOE de Castilla y Leónl, Julio Villarrubia, trataba de poner paz, mientras otros pedían la dimisión del líder provincial del Partido, Celestino Rodríguez. Ajeno al revuelo, Samuel Folgueral se incorporó a su nuevo trabajo, con la baja en el partido en mente –que formalizó ayer– y el diseño de su equipo de gobierno, informa J. M. S.
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