Política

Balance del Gobierno

Rubalcaba sobre el año de Gobierno: «No es la herencia, es la derecha»

Rubalcaba hace un duro balance de la política de ajustes de Rajoy y anuncia su intención de bloquear la reforma educativa de Wert y la de la Sanidad madrileña

Alfredo Pérez Rubalcaba, durante la rueda de prensa ofrecida en la sede de su partido para hacer un balance de su primer año como líder de la oposición
Alfredo Pérez Rubalcaba, durante la rueda de prensa ofrecida en la sede de su partido para hacer un balance de su primer año como líder de la oposiciónlarazon

«Un año para olvidar». Así empezó ayer Alfredo Pérez Rubalcaba su comparecencia para hacer balance de 2012. Reforma laboral, recorte de derechos, subida de impuestos, desaparición de la dependencia, incertidumbre sobre el sistema de pensiones... Un resumen letal el que hizo del primer año de un Gobierno del que «ya nadie espera nada, salvo que siga repartiendo dolor», afirmó.

El secretario general del PSOE habló mucho de Rajoy, un poco de Cataluña y nada del PSOE. No quiso entrar en valoraciones sobre la fortaleza o la debilidad de su partido, ni responder a preguntas que tuvieran que ver con las primarias o su futuro político... Cada día tiene su afán y ayer no tocaba, por lo visto, hablar de socialismo, sino de un Gobierno que ya no puede justificar sus políticas de recorte con la herencia recibida, sino con su ideología. «No es la herencia, es la derecha», proclamó. «Es una política genuinamente de derechas. La herencia recibida -añadió- es el burladero detrás del que se esconden los malos gobernantes para huir de sus responsabilidades (...) Si baja becas y recorta derechos es porque quiere», prosiguió.

Y todo esto en un contexto en el que acusó al PP de engañar «conscientemente» a los ciudadanos al incumplir, a su juicio, todos los «sueños» y promesas electorales sobre la subida de impuestos, el empleo, las pensiones o los derechos sociales.

Acto seguido anunció su propósito para 2013: bloquear dos reformas que calificó de «peligrosas»: la de educación promovida por el ministro José Ignacio Wert y la de la Sanidad madrileña que la derecha llama externalización y la izquierda privatización.

Así avanzó que para el caso de la Sanidad, el PSOE constituirá un grupo de juristas expertos para recurrir ante los tribunales la privatización, que teme que pueda extenderse a otras comunidades autónomas gobernadas por el PP. Y en ello, solemnizó, pondrá todo su «empeño personal», además de una lupa en cada euro de dinero público que se gaste en el nuevo modelo al que avanzó dará «la vuelta» en cuanto los socialistas regresen al Gobierno.

Y hasta aquí llegó un resumen en el que ya hemos dicho eludió cualquier cuestión sobre el debate interno de la marca a la que representa, salvo para decir que los suyos han hecho la oposición «útil» que era «conveniente» para España en las actuales circunstancias de crisis económica, para construir una alternativa y servir a los ciudadanos. «Tenemos que merecer el voto y eso es lo que estamos haciendo», ha declarado. Su deseo para 2013: una alternativa responsable y de izquierdas. Nada más y nada menos.

Ofrece diálogo sobre Cataluña y descarta la ruptura con el PSC

Hay desacuerdo en el derecho a decidir y lo seguirá habiendo. Ahora, de ahí a que el PSOE se aproxime a la ruptura con el PSC, hay un trecho que Rubalcaba no está dispuesto a recorrer. Niega a la mayor y descarta la explosión. «Dos no rompen si los dos no quieren», dijo. Es de los convencidos, que ya quedan pocos en el PSOE, de que al PSC y la partido de Pablo Iglesias les unen muchas cosas, entre las que él destacó que decidieron estar juntos hace mucho tiempo, que creen que Cataluña no debe ser independiente y su voluntad de diálogo para avanzar en una senda federal que les permita resolver los problemas de Cataluña.

Y esto pese al desacuerdo sobre el derecho a decidir y pese a que Pere Navarro ha anunciado que no hará oposición con la hoja soberanista de Mas, una decisión que Rubalcaba ayer no quiso valorar.

Sí ofreció diálogo al PP y al resto de los partidos antes la fractura territorial que, a su juicio, no irá a menos. Por eso pidió a Rajoy que mueva ficha y que espere a que lo haga Artur Mas. «Tenemos que hacer cosas y el PSOE las hará» proclamó antes de mencionar el necesario diálogo para encontrar una solución al desencuentro y reformar aspectos de la Constitución «que no hay que sacralizar». Diálogo, pues, «con pocas restricciones».