Sánchez acepta la foto con la Heredera y posará como González en el 86

Pedro Sánchez no quería repetir hoy con la Princesa de Asturias la foto que sí se hizo Felipe González con su padre, el Rey Felipe VI, cuando en su mayoría de edad juró la Constitución, aunque al final aceptó tras un intenso pulso de protocolo.

Durante la organización protocolaria del acto que hoy se celebra en el Congreso, desde Casa Real se transmitió que se debía seguir el precedente de enero de 1986 del Juramento del entonces príncipe. En aquella ocasión, como recoge la hemeroteca gráfica, el jefe del Ejecutivo, Felipe González, se situó al lado del heredero al trono, que a su otro flanco estaba escoltado por Don Juan Carlos y la Reina Sofía. El borrador de protocolo remitido en la tarde del pasado jueves mantenía estas indicaciones señaladas por Zarzuela.

Sin embargo, desde Presidencia del Gobierno solicitaron establecer una ubicación diferente del presidente del Gobierno en funciones. Querían que se situase entre la presidenta del Congreso y el presidente del Senado, en lugar de al lado de la Princesa de Asturias, es decir, justo en el flanco contrario de la imagen del posado que pasará a la historia de la democracia española. La jornada parlamentaria de esta mañana no es un acto protocolario más sino un hito muy relevante dentro del proceso constitucional previsto para que Doña Leonor pueda llegar a heredar el trono de su padre. Contra el criterio de Zarzuela, los representantes de protocolo de Presidencia del Gobierno volvieron a insistir en la última reunión de ayer en su demanda: una propuesta que, por cierto, tampoco era bien vista por los servicios de protocolo ni del Congreso ni del Senado. Finalmente, Moncloa cedió anoche in extremis.

La batalla empezó el pasado viernes por la tarde, cuando Moncloa comunicó a protocolo del Senado la siguiente instrucción: Presidencia del Gobierno ha pedido a Protocolo del Congreso que dibuje dos escenarios. Uno con el presidente del Gobierno en el lado izquierdo, junto al Rey, y otro con el presidente entre medias de la presidenta del Congreso y del presidente del Senado.

El sábado por la mañana trasladaron que optaban por que el presidente del Gobierno se situara entre la presidenta del Congreso y el presidente del Senado, ante lo que el presidente del Senado, Pedro Rollán, habló con su homóloga en el Congreso, la socialista Francina Armengol, para que se reconsiderase esa postura. La última comunicación, de ayer por la mañana, fue que Pedro Sánchez se situaría tras el presidente del Senado, sin posar al lado de la Princesa de Asturias, que tendría a su lado a la Infanta Sofía.

En medios parlamentarios interpretan este movimiento de Moncloa como otro gesto dirigido a los socios con los que está cerrándose el acuerdo de investidura. Junts, ERC, Bildu y el BNG no acudirán al Congreso, como tampoco lo harán las ministras de Podemos. La nueva legislatura, si arranca, estará marcada por la presión antimonárquica de los partidos que sostendrán a Sánchez en Moncloa. Una de las ausencias más llamativas es la del PNV, que de esta manera evita ser el único partido nacionalista (con la excepción de Coalición Canaria) que se retrata con la futura reina. Es un aviso a Sánchez sobre el compromiso incumplido de adecuar las estructuras del Estado para el reconocimiento nacional de Euskadi y de Cataluña. Esta condición está encima de la mesa de negociación de la investidura.

Por cierto, la jura de la Constitución de Felipe VI sí contó con la presencia del entonces lendakari, José Antonio Ardanza. Y a diferencia de la decisión tomada ahora, el lendakari Urkullu y el PNV también han participado en otras ocasiones en los actos protocolarios de la Corona. Su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, asistió a la ronda de consultas de Felipe VI para la investidura del próximo presidente del Gobierno. Desde el PNV explican también esta significativa ausencia en el enfado del lendakari Urkulllu con el Rey por no haber visitado la Casa de Juntas de Gernika.

En la anterior legislatura el PSOE ya tuvo que apoyarse en el PP para frenar algunas de las iniciativas contra la Corona que llevaron sus socios al Congreso. Ese clima contra la Monarquía estará presente en la nueva agenda parlamentaria, con un PSOE en una situación más precaria porque depende del voto de cada uno de sus aliados en todas las leyes que lleve al Parlamento. De hecho, en el principio de acuerdo para llegar a un pacto sobre la investidura los independentistas catalanes ya metieron el debate anti monárquico. Para ellos, la Corona es un símbolo de un régimen constitucional que quieren superar para avanzar hacia un reconocimiento de una España plurinacional, como paso previo, en el caso catalán, para el referéndum de autodeterminación.