Gobierno de España

El Rey ciñe su decisión a la Constitución

Designa al líder socialista por ser el candidato con más posibilidades de formar Gobierno

El líder socialista, Pedro Sánchez y el Rey, Felipe VI
El líder socialista, Pedro Sánchez y el Rey, Felipe VIlarazon

Ayer fue un día histórico no sólo para el país, sino también para la Monarquía española: por primera vez desde 1977, es decir, en nuestra democracia, el Jefe del Estado ha nombrado candidato para la investidura en una segunda vuelta. Según informan fuentes de Zarzuela, el escogido en cuestión, Pedro Sánchez, fue el primero en enterarse de la decisión de Felipe VI: al término del encuentro con el presidente en funciones, Mariano Rajoy, Don Felipe telefoneó a Sánchez para proponerle ser candidato, y acto seguido la Casa del Rey convocó en Zarzuela al presidente de la Cámara Baja, Patxi López, para transmitirle su decisión.

El Monarca ha seguido escrupulosamente la línea que le marca la Constitución, y más concretamente, el artículo 99, dentro de su papel como Rey. Según éste, el Jefe del Estado, «previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria», y a través del presidente del Congreso, «propondrá un candidato a la presidencia del Gobierno». Pero la Carta Magna no le permite la posibilidad de que no se decante por ninguno, disuelva las Cortes y se convoquen nuevas elecciones. Lo que no establece la legislación es el plazo del que dispone para nombrar candidato, por lo que cabía la posibilidad de que el Rey aplazase la designación del aspirante a La Moncloa con el objetivo de ampliar el tiempo para que las fuerzas políticas pudieran negociar los pactos de gobernabilidad. Sin embargo, el líder socialista no estaba por la labor de sentarse a dialogar hasta que el Monarca señalase con el dedo al escogido, por lo que Don Felipe ha designado a quien ha considerado que aúna más posibilidades de formar gobierno y, principalmente, a quien se ha ofrecido a ser quien opte a la presidencia del Gobierno. No hay que pasar por alto que el Jefe del Estado no puede tener color político y se le exige neutralidad como máximo representante de los españoles. El propio Rajoy le comunicó ayer al Monarca sus escasas posibilidades para conseguir los apoyos necesarios de los grupos parlamentarios, por lo que la carta estaba clara, después de que en primera instancia propusiera al líder del Ejecutivo en funciones por encabezar la lista más votada.

Don Felipe cerró así ayer la segunda ronda de consultas tras recibir a Sánchez y a Rajoy en La Zarzuela, un día al que él mismo le otorgó trascendencia al llevar la misma corbata que lució en el mensaje de Navidad. Tras el periodo de tres semanas, o de un mes, que Patxi López estimó necesario para las negociaciones, Sánchez será sometido a la investidura, y desde la primera votación se abrirá un plazo de dos meses para que consiga los apoyos necesarios en caso de no resultar investido. Sólo en caso de fallar, Don Felipe podrá disolver las Cortes y convocar nuevamente elecciones generales.