Gobierno de España
Sánchez busca “recomponer relaciones” con Casado y Rivera
Descartan hablar de la formación de gobierno, pero intentarán consolidar su entente con Iglesias
Descartan hablar de la formación de gobierno, pero intentarán consolidar su entente con Iglesias.
Sin haber revalidado todavía su condición de presidente del Gobierno en una investidura en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez ejercerá hoy y mañana de anfitrión en el Palacio de la Moncloa para recibir a los líderes de los partidos que las urnas arrojaron a la oposición. La primera cita será con Pablo Casado a quien los socialistas se afanan ahora por otorgar un liderazgo frente a Albert Rivera que le negaron sistemáticamente durante la campaña, contribuyendo incluso a su cuestionamiento en el espectro de la derecha. En la pasada legislatura, Sánchez se reunió antes con Quim Torra que con Casado. La del 2 de agosto fue su primera y última reunión con el líder del PP. A este encuentro se limitó la interlocución entre ambos, una sequía que contrastaba con el esfuerzo de diálogo que desde el Gobierno se hacía hacia la Generalitat y que se recriminó continuamente por parte de los populares.
«Normalización» política
Ahora, después de haber ganado su condición en las urnas, Sánchez parece dispuesto a enmendar esta actitud y, según confirman a LA RAZÓN fuentes de Moncloa, el «propósito» de esta primera toma de contacto será «recomponer la relaciones» con Casado y con Rivera y «consolidar» las ya existentes con Pablo Iglesias. La «normalización» de las relaciones con los partidos con los que se ha mantenido un encendido enfrentamiento durante la campaña creen en el Gobierno que contribuye a «lanzar un buen mensaje al país», una España que después de tres años de profunda volatilidad política demanda un periodo de «estabilidad con independencia de la ideología y los votos» de cada cual. «Hoy y mañana queremos trasladar la imagen de que ya han acabado las elecciones y es necesaria la unidad del país», señalan. Esta unidad pasaría por poder alcanzar pactos de Estado en materias sensibles como la violencia de género, la crisis territorial o el ámbito europeo.
Ya en agosto de 2018, Sánchez estableció cinco asuntos de Estado en los que trabajar juntos: la situación de la inmigración, la política europea, Cataluña, la violencia de género y las infraestructuras para la cohesión territorial de España. En ese momento, Casado declinó cualquier frente de acción común, pero parece que en esta ocasión se mostrará más permeable a aunar esfuerzos sobre alguna de estas materias. Sin embargo, en Moncloa son conscientes de que aunque las generales hayan pasado, en apenas 20 días se producirán las europeas, autonómicas y municipales, una suerte de segunda vuelta en la que algunos buscarán resarcirse de las derrotas y otros, apuntalar las victorias.
Por ello, desde el entorno de Sánchez rechazan que en las reuniones de hoy y mañana se vaya a poner sobre la mesa la conformación del gobierno nacional, un escenario que no comenzará a operar hasta después del 26 de mayo. No obstante, dejan entrever que sí se podría sondear el equilibrio de fuerzas de la Mesa del Congreso, el órgano encargado de gestionar la actividad de la Cámara Baja. Los socialistas otorgan una importancia capital a esta composición, que durante sus últimos diez meses de gobierno les supuso un bloqueo sistemático en la acción legislativa. En Moncloa rechazan calificar de «ronda de consultas» las reuniones con Casado, Rivera e Iglesias, de las que se ha excluido a los nacionalistas, porque consideran que ese papel le corresponde al Rey.
En algunos sectores, de hecho, sorprendió que se priorizara a los partidos de derecha sobre su socio preferente: Unidas Podemos. Pero fuentes gubernamentales han querido dotar de un cierto halo institucional a estas citas, ordenándolas en función de la representación parlamentaria, una forma de «reconocer» a Casado respecto a Rivera. Sin embargo, Sánchez sienta un controvertido precedente con esta iniciativa que persigue sentar las bases de una legislatura sólida. Una legislatura y una investidura que, no obstante, asumen que van a estar «condicionadas» por el resultado que salga de las urnas el 26-M. Este mapa territorial y autonómico condicionará la búsqueda y fijación de alianzas, porque tras la cita con las urnas los partidos tendrán que posicionarse, ya sin guardar las apariencias de cara a los comicios.
Hasta que se conozca el resultado y los pactos que arrojarán las urnas del 26-M, son conscientes de que la pugna abierta entre PP y Ciudadanos se recrudecerá para el ansiado «sorpasso» de Rivera a Casado en los territorios. Por su parte, los pactos autonómicos serán también una medida de presión de Unidas Podemos al PSOE para intentar entrar en el Gobierno, aunque desde Moncloa se quiere establecer una entente programática en lugar de una coalición. Por el momento, en el entorno de Sánchez esperan que «ojalá haya parabienes» en la primera toma de contacto que se producirá hoy con el líder del PP y mañana con el de Ciudadanos e Iglesias.
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