Cumbre de Sevilla

Sánchez busca recuperar con la ONU el peso internacional que perdió en la OTAN

Aprovecha la cumbre de Sevilla y la ausencia de Trump para mantener bilaterales con mandatarios extranjeros y ganar protagonismo en materia de cooperación

La imagen con la que Pedro Sánchez salió de la cumbre de la OTAN de La Haya se resume en la de un líder aislado frente al resto de los socios. Su rechazo al aumento del gasto militar, frente al compromiso de los aliados, le supuso numerosas críticas, sobre todo las que llegaron desde Estados Unidos a través de su presidente, quien amenazó a España con una guerra comercial.

Por este motivo, el jefe del Ejecutivo español ha puesto toda su confianza –y empeño– en que la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU que arranca mañana en Sevilla le sirva para un más que necesario lavado de imagen, tanto personal como de país. Y para ello quiere aprovechar la presencia en la capital hispalense de un centenar de mandatarios extranjeros: 35 jefes de Estado, 12 jefes de Gobierno y una treintena de representantes de organismos internacionales. Y, sobre todo, sin Donald Trump.

En ese contexto, el objetivo de Sánchez es el de reforzar el protagonismo de España –y el suyo– en materia de cooperación y desarrollo. De ahí que la Conferencia, de la que será su presidente, sea clave para él ya desde antes incluso de su inicio, pues hoy tenía agendadas una serie de reuniones bilaterales con varios líderes mundiales, como el presidente de Panamá, José Raúl Mulino; el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyal, o el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. Además, esta tarde ha participado en un acto de "Global Citizen Now", junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

Y como anfitrión del mismo, ha puesto toda la carne en el asador durante la inauguración del mismo. Un discurso en el que ha hecho constantes llamadas al "multilateralismo", a la "unidad" y en el que ha pedido al resto de países a "levantarnos y luchar contra los desafíos", como alcanzar el objetivo del 0,7% de ayuda para el desarrollo. Unas palabras totalmente opuestas a las de esta misma semana en la cumbre de la OTAN, en la que se alejó beligerantemente de la posición aliada.

El "ejemplo" español

"España es un ejemplo". Con estas palabras del presentador del acto ha sido recibido Sánchez, quien se ha situado en el escenario sonriente y con seguridad. Ante numerosos líderes internacionales, el jefe del Ejecutivo español ha comenzado destacando que España "se siente muy orgullosa de celebrar esta reunión porque estamos comprometidos con el esfuerzo global para financiar el desarrollo".

Y ha tratado de atraer a los asistentes con frases medidas con las que busca un golpe de efecto: "Pese a la situación en el mundo, quiero compartir un mensaje de esperanza, de que podemos terminar con la pobreza y conseguir el desarrollo sostenible y contener la emergencia climática", ha dicho para remarcar que "debemos escribir esperanza en mayúsculas y negrita. El hecho de que esta conferencia se celebre con conflictos en todo el mundo es motivo para tener esperanza".

También ha querido mirar directamente a los mandatarios internacionales y empresarios presentes, a los que les ha recordado que "el desarrollo sostenible está en riesgo y la financiación es clave", dando así una imagen de liderazgo y de toque de atención al mundo. "Esta conferencia es una llamada a la acción. Debemos actuar con coraje", ha dicho, destacando el compromiso de España con ese objetivo del 0,7%: "Llamamos a nuestros socios para hacer lo mismo", ha añadido pidiéndoles "trabajar en unidad".

Esta cita de la ONU que arranca mañana y en la que Sánchez busca ese lavado de imagen tendrá lugar días antes de que el PSOE celebre su Comité Federal en un difícil momento para el partido. Pero también para él, pues llega muy debilitado y con numerosas peticiones de dimisión. De ahí que el arranque de la semana con un baño de masas internacional puede darle un cierto respiro ante lo que el sábado se presenta como una batalla interna por el liderazgo del PSOE, aunque en la dirección socialista respiran con la tranquilidad de la confianza que les da pensar que lo «tienen todo controlado».

Eso sí, tampoco olvidan que mañana, prácticamente al mismo tiempo que Sánchez intervendrá en la inauguración oficial de la cumbre de la ONU, Santos Cerdán estará declarando ante el Tribunal Supremo.