Ley de vivienda

Sánchez culmina la entente con ERC y Bildu antes del 28-M

El Gobierno permite que sus socios capitalicen el acuerdo de la ley de vivienda mientras en Podemos critican a Díaz por tratar de «invisibilizarles».

El portavoz presupuestario de EH-Bildu, Oskar Matute, y la portavoz de ERC, Pilar Vallugera, a su salida de una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, a 14 de abril de 2023, en Madrid (España). El Gobierno ha llegado a un acuerdo con ERC y Bildu para la aprobación en el Congreso de la Ley de Vivienda tras una larga negociación. Según confirmaron a Europa press fuentes parlamentarias, el acuerdo implica entre otras cosas limitar la subida de los alquileres al 2% en 2023 y al 3% en 2...
El portavoz presupuestario de EH-Bildu, Oskar Matute, y la portavoz de ERC, Pilar Vallugera, a su salida de una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados sobre la ley de ViviendaCarlos LujánEUROPA PRESS

El Gobierno cerró ayer con ERC y EH Bildu el acuerdo para aprobar la ley de vivienda. Una ley capital para la mayoría de la investidura que permite culminar, en vísperas del 28-M, la entente con los partidos soberanistas que Pedro Sánchez fraguó para llegar a La Moncloa. El pacto se certifica después de casi cuatro años de negociación, primero entre los socios de coalición y después con ERC y Bildu, que comparecieron en primer lugar en el Congreso para capitalizar el acuerdo.

Entre las propuestas destacan dos asuntos que han generado fricciones durante las conversaciones. El primero, en lo relativo a los «grandes tenedores» de vivienda, que pasan de los 10, que proponía el PSOE, a los cinco inmuebles, como querían sus socios. Las comunidades autónomas podrán, en función de sus competencias y en virtud de sus realidades, rebajar la condición de «gran tenedor» de esos 10 hasta los cinco. Una previsión que deja la norma a salvo de recursos por invasión competencial, pero que condiciona su aplicación en regiones como la Comunidad de Madrid. En cuanto al alquiler y para evitar aumentos descontrolados de los precios, se establece que para 2023 se mantendrá el 2% de tope actual y que a partir de 2025 se creará un nuevo índice de referencia, más estable e inferior a la evolución del IPC, para limitar el alza en las renovaciones anuales. Durante el año 2024 operará el 3%.

Más allá del contenido del texto, en clave netamente política, resulta muy significativa la forma en que se presenta el acuerdo, el hecho de que el Gobierno permita que sean sus socios de ERC y Bildu quienes rentabilicen políticamente el pacto. Una escenografía, desde el Congreso, de la que queda descolgado otro socio prioritario para la coalición como es el PNV, en su pugna electoral con los abertzales por la capacidad de influencia vasca en Madrid. Todo, a un mes y medio de la celebración de los comicios municipales del 28 de mayo, en los que los partidos concernidos en el acuerdo tienen electorados frontera y al PSOE, en algunos territorios, le penaliza su alianza con los independentistas. De hecho, el portavoz de Bildu, Oskar Matute, reivindicó que son «las fuerzas soberanistas» las que permiten que se materialicen estos avances», en concreto, «los 18 votos de ERC y Bildu los que permiten la ley de vivienda». En Podemos celebran que sus aliados hayan contado con este foco mediático en el final de la negociación. En el espacio morado se apuesta por ayudar a los socios de investidura, de cara a la consolidación del bloque de izquierdas. Prueba de ello fue el mensaje de Pablo Iglesias, aludiendo a esta pinza para «mover» al PSOE. Fuentes moradas también reconocen que el momento ahora era el de los socios, y que el Ejecutivo ya capitaliza rédito por aprobar la ley «porque es del Gobierno de coalición».

También ha generado suspicacias en el ámbito de Unidas Podemos que no se haya permitido capitalizar el anuncio por parte de la ministra de Derechos Sociales,Ione Belarra, que compareció desde la sede del Ministerio. Belarra lleva desde que asumiera la secretaría de Estado en 2020 y después los mandos del Ministerio trabajando en esta normativa. Es, de hecho, la norma más reconocible a día de hoy de este departamento y de la que pueden sacar rédito el partido morado en un momento clave para la reconfiguración de la izquierda, donde los morados se sienten ninguneados. Desde el espacio morado se critica que en la última fase de la negociación se les ha tratado de «invisibilizar», y apuntan directamente a la vicepresidenta Yolanda Díaz, a la que acusan de «intentar marcarse el tanto» del desbloqueo de las negociaciones. Hasta desde ERC y Bildu han desmentido que la vicepresidenta haya mediado en la negociación y que hayan recibido llamadas de su equipo para mediar con el PSOE, según explican fuentes de estos grupos.

Desde el Gobierno só reconocen que el presidente del Gobierno y la vicepresidenta se encargaron de cerrar los flecos de la negociación final, pero en el partido morado limitan la importancia de esa cita a dos y ponen en valor el trabajo desde «el minuto uno» de la ministra de Derechos Sociales. «Todo el mundo sabe que la ley se la peleó ella», explican para minimizar el impacto de su intermediación. La ministra morada también eludió publicitar este nuevo desencuentro y en rueda de prensa puso el foco en la importancia de la aprobación de la ley. «Es un día muy importante, histórico, en el que nos felicitamos por este acuerdo para que podamos aprobar la primera ley de vivienda». Ha sido la negociación más difícil de toda la legislatura. Gana la ciudadanía y pierde la banca». Respecto a la falta de apoyo de la vicepresidenta, se limitó a contestar: «Creo que son muy interesantes los debates de la corte para los medios, pero a la ciudadanía lo que le interesa es que tenemos ley de vivienda», zanjó.

En el partido morado no sentó bien la primera reacción de la vicepresidenta tras conocerse el pacto en vivienda, donde no mencionó el trabajo de Ione Belarra para la aprobación de la ley. Más tarde, la ministra de Trabajo sí agradeció desde Portugal la implicación de la ministra, junto al de titular de Transportes, Raquel Sánchez y al presidente Sánchez. En el equipo de la vicepresidenta se evita la polémica y se pone el foco en que «lo importante» es que se va aprobar la ley. «Era imprescindible para nuestro país. Es un ejemplo de la política útil», destacó la vicepresidenta. Con todo, en el sector morado se celebraba ayer la «victoria» y analizaban que con este tipo de leyes se demuestra «para qué sirve pelear por entrar en el gobierno con el PSOE».