Gestión de la DANA

Sánchez asume que la respuesta del Gobierno ante la DANA "no es suficiente" pero descarta el estado de alarma para asumir el mando

Pide dejar a un lado las "ideologías" y actuar como un país "unido" ante la tragedia, pero remarca que es Mazón quien debe solicitar más ayuda si la necesita

Cinco días después de la devastadora DANA que ha azotado al país, el Gobierno sigue rehuyendo su responsabilidad directa. Renuncia, de hecho, a las mismas, al dejar en manos del gobierno valenciano la gestión de la crisis, al no declarar el estado de emergencia nacional. Sí asume las «carencias» y la respuesta «insuficiente» que está dando ante la devastadora situación y redobla los recursos del Estado hacia Valencia, pero decide alejar las responsabilidades políticas para poner el foco en la importancia de la coordinación entre la Administración Central y la autonómica para dar una respuesta ante la emergencia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, descartó ayer asumir el mando de la situación, lo que le conferiría todas las responsabilidades directas en la gestión de la crisis, tal y como sí ocurrió en la pandemia. Es más, quiso dejar claro que es el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, el responsable máximo. «No se trata de que la Administración General del Estado reemplace a la autonómica», advirtió, para descartar la declaración de la emergencia nacional. «Hay que apoyarla con recursos y reorientación técnica» porque es la forma «más rápida y eficaz de actuar» en este momento, se justificó para desligarse así de la toma directa de decisiones. El martes el Consejo de Ministros aprobará la declaración de zonas gravemente afectadas aquellos lugares afectados de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña y Aragón.

Sánchez alejó así el reparto de culpas en estos momentos y aseguró que ya habrá «tiempo» de analizar «negligencias» y reflexionar sobre «cómo mejorar el reparto de competencias ante situaciones tan extremas». A su juicio, hay que dejar atrás las «ideologías» y las «discrepancias» para actuar como un «país unido», dijo, garantizándose así la libertad de culpas. De esta manera, dejó clara la forma de proceder a partir de ahora, donde será el presidente valenciano quien reclamará la ayuda al Estado si lo necesita: «El Gobierno central está listo para ayudar. Si necesita más recursos, que los pida», comenzó. Para que quedase claro, el presidente recalcó otra vez que si la Comunidad Valenciana requiere de más efectivos, maquinaria o financiación, «lo que tiene que hacer es pedirlo». De hecho, el presidente se justificó en que son las autoridades valencianas «las que conocen el terreno mejor que nadie». «Están allí, están trabajando, viven allí, saben lo que hay que hacer y si no tienen recursos suficientes para hacerlo, que los pidan de nuevo a la Administración General del Estado». Aseguró que esta fórmula es la que ha permitido al país «superar con éxito numerosos desastres naturales y crisis anteriores que todos tenemos en nuestra cabeza y en nuestro corazón».

Con 211 fallecidos ya a causa de la tragedia, el presidente sí reconoció que no se había dado la respuesta «suficiente» ante la «inundación» más grave en este último siglo. «Se que hay problemas y carencias severas», es una de las únicas frases que admite el Ejecutivo como autocrítica.

El Gobierno ha encapsulado así su responsabilidad, y frente a eso, ha decidido redoblar los recursos del Estado para hacer frente a la situación. Ayer anunció el despliegue de hasta 10.000 efectivos más entre militares, guardia civiles y policías, unido a un buque de la Armada que servirá de quirófano, alojamiento y que transportará vehículos de apoyo junto a camiones con comida agua y material de apoyo. También en esto reconoce el Gobierno la tardanza. «La magnitud de esta catástrofe natural hace que estos números sean insuficientes, porque sabemos que la ayuda está tardando en llegar a muchos puntos», lamentó. El Gobierno también autorizará a la Comunidad Valenciana la posibilidad de realizar todos los gastos de urgencia que necesite sin límite de recursos» para hacer frente a la crisis.

La respuesta del Gobierno a la tragedia unió ayer tanto a socios como a la oposición en su rechazo a descargar las actuaciones en la Comunidad Valenciana. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, reclamó una respuesta política «a la altura» ante la emergencia. «En una emergencia nacional ningún gobierno espera, sino que actúa», recriminó Feijóo ante la intención de Sánchez de esperar a que el presidente valenciano le pida más recursos al Estado. En la misma línea se pronunció el líder de Vox, Santiago Abascal que tachó de «bochornosa» la comparecencia de Sánchez y le acusó de ser el «principal responsable» de los estragos de la DANA. Denunció, además, que el Gobierno había «abandonado» a los valencianos y había decidido «señalar a otros por no haber pedido ayuda a tiempo», lo que consideró un «juego político miserable».

Como aliado en el Congreso de los Diputados, Podemos cargó también contra Sánchez y le reclamó que ordenara la entrada en vigor del estado de alarma. Según su secretaria general, Ione Belarra, el presidente del Gobierno dio la «impresión de que no puede hacer nada más que lo que pida una comunidad cutónoma». «El estado de alarma está para estos casos», le volvió a insistir. « Es hora de poner todos los recursos estatales y europeos al servicio de Valencia», incidió la diputada morada. «Un presidente del Gobierno creo que ni puede, ni debe hacer una declaración así», le afeó. Compromís, socio de Gobierno dentro de Sumar, avisó al presidente que «no vale ponerse de perfil» porque «hay vidas en juego», denunció.