Elecciones generales
Sánchez recupera a Robles y mantiene a Cantera pese a las presiones internas
La magistrada del Supremo representa el perfil de independiente con prestigio que busca el PSOE. Madina acepta repetir como «siete» por Madrid confiado en lograr escaño si el líder socialista se ve obligado a dimitir
La magistrada del Supremo representa el perfil de independiente con prestigio que busca el PSOE. Madina acepta repetir como «siete» por Madrid confiado en lograr escaño si el líder socialista se ve obligado a dimitir
El PSOE no está para fiestas. La pompa y el boato con los que se anunciaron los fichajes de la lista por Madrid para el 20 de diciembre brillan ahora por su ausencia. El hermetismo y el perfil bajo actual contrastan con el acto público organizado a finales del mes de septiembre para presentar a Meritxell Batet y Zaida Cantera como números dos y seis, respectivamente, por la capital. Más de dos semanas antes de ratificar sus nombres en la Comisión Federal de Listas, el partido organizaba un encuentro informal con periodistas en las modernas naves del Matadero de Madrid para anunciar oficialmente a sus candidatas. Hoy -cuando se aprueban–todavía existen lagunas sobre la configuración final de la lista madrileña, que comenzó a hacer aguas hace dos semanas cuando la propia Batet recuperó sus aspiraciones naturales por Barcelona e Irene Lozano abandonó un lugar que nunca la correspondió como «número cuatro». Y es que los fichajes de Pedro Sánchez para la candidatura que encabeza se siguen contando más por descarte que por inclusión.
Ayer, el líder socialista despejaba una de las principales incógnitas y presentaba a través de un vídeo casero en Facebook –al más puro estilo Podemos e IU- a Margarita Robles como número dos de su candidatura. La magistrada del Tribunal Supremo representa el perfil de independiente de reconocido prestigio y vinculado a la judicatura que Sánchez buscaba para la lista. «Una mujer progresista y feminista» –según el propio secretario general- que vuelve a reconciliarse con la política que ya ejerció como subsecretaria del Ministerio de Justicia durante la presidencia de Felipe González en 1993. Si el líder socialista llega a La Moncloa, Robles sería la titular de esta cartera. Otro de los «ministrables» que presentará Sánchez el domingo será el ex ministro Josep Borrell.
Como número seis, no se esperan cambios, por lo que Zaida Cantera repetirá en la candidatura que ya integró para el 20-D, siguiendo el criterio de Sánchez de no realizar cambios. Su llegada a la lista de Madrid causó cierto asombro y malestar, aunque nada comparable con el rechazo que acompañó al fichaje de Irene Lozano. El puesto que dejó vacante la ex diputada de UPyD sigue libre después de que –como adelantó ayer LA RAZÓN- Luz Rodríguez no vaya a concurrir como «cuatro». Sus críticas a la dirección y su malestar con Sánchez, tras ser relegada a Guadalajara en diciembre, fueron el principal desencadenante de la nula relación entre ambas partes, que ha hecho imposible su actual encaje en la candidatura, aunque ella haya preferido argumentarlo en su decisión de volver a la docencia.
Donde no se esperan sorpresas es en el sector masculino de la lista madrileña: los puestos impares. Sánchez será el número uno; Antonio Hernando, el «tres»; Rafael Simancas, el «cinco»; Eduardo Madina, el «siete» y José Enrique Serrano, el «nueve». El ex diputado vasco, que no obtuvo escaño el 20-D, aceptó –a propuesta de César Luena– repetir en la posición que con escaso rédito ocupó en diciembre. Desde su entorno se apuntó, en un primer momento, a su nula intención de repetir en un proyecto que no comparte y en un puesto que no le asegura ser diputado, pero Madina reconsideró su posición con vistas a un futuro sin su rival en las primarias al frente del partido. No obstante, el propio interesado no se ha pronunciado y la confirmación de que había aceptado el puesto vino del propio secretario general, en una exhibición de inclusión. Tal como adelantó este diario, la configuración de las listas para el 26-J se ha orientado de cara a la «era post-Sánchez», un escenario en el que el exiguo resultado electoral obtenido por el PSOE en junio obligue al líder socialista a abandonar sus obligaciones y dejar paso a un nuevo liderazgo, para el que todos miran hacia Andalucía. Los dirigentes se afanan en colocar afines en las listas para pilotar este proceso.
La jugada de Eduardo Madina es casi perfecta. Con los pronósticos de las encuestas en la mano –que dan al PSOE entre cinco y seis diputados en Madrid– si el vasco vuelve a quedarse a las puertas de obtener escaño por su posición de «siete» en la lista, entraría automáticamente si ésta corriera un puesto. Este movimiento sólo se produciría si Sánchez abandonara su escaño, como consecuencia de verse removido de la dirección federal. En este contexto, Madina ejercería las veces de portavoz de Susana Díaz en el Congreso, ya que, al no ser diputada, no podría dar la réplica al presidente del Gobierno en las sesiones de control. Si, por el contrario, esta circunstancia no se produce, Madina se vería relevado de la obligación de compartir bancada con quien ha demostrado no compartir su visión de partido.
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