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Sánchez elimina la “plurinacionalidad” del programa del PSOE

Desecha la “nación de naciones” en campaña y apuesta por el Estado de las Autonomías. Queda también “totalmente descartada” su aparición en la oferta electoral para el 28-A.

Pedro Sánchez durante un acto del partido en Huelva / Efe
Pedro Sánchez durante un acto del partido en Huelva / Efelarazon

Desecha la “nación de naciones” en campaña y apuesta por el Estado de las Autonomías. Queda también “totalmente descartada” su aparición en la oferta electoral para el 28-A.

Hay que recuperar una de las frases lapidarias de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo: «El Pedro Sánchez presidente no es el mismo que el de la oposición». Solo así se pueden llegar a entender los cambios discursivos del líder del PSOE desde que recuperó las riendas del partido –clarificando que «Somos la izquierda»–, hasta su llegada a La Moncloa. Algunas de las promesas que Sánchez se ha dejado por el camino al poder se han fundamentado en la «falta de tiempo material» de una legislatura en su ocaso y de un Gobierno afectado por una grave debilidad parlamentaria. Otros, no obstante, no obedecen ni al reloj ni a la calculadora, sino a la estrategia. Varios son los ámbitos en los que el PSOE se ha visto obligado a modular su discurso tras la moción de censura, pero quizá el más relevante ha sido Cataluña. Tras ganar las primarias a Susana Díaz, Sánchez dejó por escrito en la resolución del 39º Congreso del partido lo que había llevado en su programa «Por una nueva socialdemocracia»: su intención de impulsar una reforma de la Constitución en clave federal para «perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución».

Esta era para Sánchez la receta para solucionar la crisis política, institucional y de convivencia en Cataluña. Sin embargo, desde que desembarcó en Moncloa estos postulados se han dejado de lado. No se han dado pasos para encauzar la reforma federal de la Constitución, asegurando que «en el año de su 40 aniversario no se daba el contexto propicio para abrir este foco de incertidumbre» y no solo se han desterrado del discurso las alusiones a la «plurinacionalidad», sino que la «nación de naciones», que acuñó el líder socialista tampoco aparecerá en el programa electoral. Fuentes socialistas consultadas por LA RAZÓN aseguran que está «totalmente descartado» que en el grueso de la oferta con la que el PSOE concurrirá a las urnas el 28 de abril aparezca alusión alguna a la «plurinacionalidad». La pista ya la dieron en la presentación de los «110 compromisos para la España que quieres», un compendio de las principales medidas con las que se presentaban a las urnas. La idea era sintetizar y huir del centenar de páginas de un engorroso programa tradicional, pero el ejercicio de síntesis fue tal que se obvió cualquier referencia a Cataluña. En su versión extendida tampoco habrá referencia alguna a la «plurinacionalidad».

No obstante, Calvo aclaró públicamente que «no abandonamos nada de lo que hemos decidido en nuestro 39º Congreso, porque para hacerlo tenemos que convocar un congreso, que es donde el Partido Socialista, de manera muy democrática y muy seria» toma sus decisiones. Sin embargo, la renuncia parece clara ya que en el futuro el partido no solo no apostará por la «plurinacionalidad», sino que lo hará por «fortalecer el modelo autonómico como instrumento fundamental de reconocimiento de la singularidad y las opciones políticas propias de cada comunidad autónoma, del desarrollo equilibrado de todas ellas, de la mejora de los servicios públicos y la garantía de la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos en España».

En el partido defienden este cambio de criterio apoyándose en que «Cataluña es parte de España y hacemos un programa para toda España». Asumen que «existe una crisis institucional» y que también se han hecho gestos diferenciados en financiación autonómica o inversiones, pero de forma global «el proyecto es para el conjunto, no separando partes de España». En realidad lo que quieren evitar tanto en Moncloa como en Ferraz es añadir un nuevo elemento de inestabilidad a una campaña de perfil bajo en la que se han propuesto no cometer errores.