Elecciones generales
Sánchez evitará sentarse con Rajoy y asume la ruptura con C’s de cara al 26-J
Sí permitirá que la delegación socialista negocie con los populares «grandes reformas»
El fracaso de la mesa a tres y el portazo de Podemos al Gobierno de cambio que perseguía Pedro Sánchez han dado el pistoletazo de salida a la campaña, en previsión de la más que probable repetición de las elecciones. Los socialistas quedaron el viernes noqueados por la rueda de prensa de Pablo Iglesias en la que se escudaba en una pilotada consulta a la militancia para cercenar las opciones del líder socialista de llegar a La Moncloa a través del pacto firmado por su partido y Ciudadanos. Tras el «shock» inicial, el PSOE pasó a la acción y ya trabaja en un nuevo escenario que consiste en asumir que no habrá acuerdo y rearmarse para acudir a los comicios con garantías. El planteamiento crucial de su estrategia pasa por la redefinición ideológica, esto es, dar un paso atrás desde la transversalidad adoptada para formar gobierno, para coger impulso con una candidatura electoral de izquierdas.
Los socialistas son conscientes de que en su afán por hacer presidente a Sánchez han apostado demasiado fuerte, realizando importantes cesiones para lograr alumbrar una alianza con Ciudadanos que acercara el objetivo. El PSOE renunció a aspectos sociales, económicos y laborales fundamentales de su programa electoral para alcanzar un pacto con Albert Rivera que se ha demostrado a todas luces insuficiente. En este sentido, desde un sector del partido se apremia al líder socialista a comenzar a guardar las distancias con la derecha para evitar dejar vía libre a Podemos en el espectro de la izquierda de cara al 26-J.
Sánchez asume, por tanto, que más pronto que tarde deberá romper con su socio Ciudadanos y recuperar el discurso que enarboló en diciembre, cuando identificaba a Rivera con una nueva generación del PP. En el partido causa preocupación que la ficción que ha mantenido viva el líder del PSOE –con su pacto imposible con C’s– para sobrevivir internamente pueda perjudicar ahora las opciones de la formación en la nueva cita con las urnas. Por ello, animan a Sánchez a recuperar su perfil de izquierdas y desligarse cuanto antes de los postulados liberales que defiende la formación naranja. El rol transversal que asumió como virtud el PSOE para identificarse como un partido capaz de pactar con formaciones de distinta ideología se ha quedado cojo de la pata izquierda, dando alas a Podemos en ese nicho electoral, y escorado hacia una derecha para la que los socialistas nunca han sido una opción real de voto.
Así se entiende que Sánchez tampoco vaya a escenificar un acercamiento con el PP en los 22 días que restan para la disolución automática de las Cortes. Si el diálogo con Mariano Rajoy no se ha explorado hasta el momento, mucho menos le interesa al PSOE promoverlo ahora. «Con el PP no vamos a hacer nada. En absoluto vamos a buscar un encuentro», señalan fuentes de la dirección a LA RAZÓN. En Ferraz palpita el sentir de que no hay acuerdo posible con los populares en torno al pacto PSOE-C’s, porque este único marco de entendimiento supone «una enmienda a la totalidad de su proyecto». «¿Cómo se van a querer sentar para negociarlo?, se cuestionan. «Rajoy nos pide un gesto sobre su documento de cinco puntos y no lo habrá», señalan al tiempo que reconocen que sí estarían dispuestos «por cortesía parlamentaria» a enviar a la delegación negociadora socialista para tratar «reformas de calado» como la constitucional.
La misma negativa que provoca el PP se dedica a Podemos. Los socialistas han recuperado el discurso de la pinza entre ambas formaciones para frenar el cambio y responsabilizan a Pablo Iglesias de haber dilapidado la única opción de impulsar un ejecutivo alternativo a Rajoy. Del pacto de no agresión a la lucha sin cuartel. Podemos será el blanco de las críticas de este nuevo PSOE en «modo campaña». Culpabilizarles de la repetición de elecciones será la principal baza de Sánchez para sortear los ataques de un Iglesias que le acusará de temblor de piernas para explorar la vía de la izquierda y de haberse dejado «secuestrar» por el inmovilismo y la derecha de Ciudadanos.
Sin embargo, en la estrategia del PSOE no todo será hacer borrón y cuenta nueva. De esta arriesgada apuesta con infructuoso final, los socialistas sacan un importante rédito interno para reafirmar la candidatura de Pedro Sánchez de cara a los nuevos comicios. El líder socialista se presenta a las elecciones con el debe de su viraje a la derecha pero con el haber de intentar a toda costa sacar a España del bloqueo político.
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