Decisión inesperada

Sánchez fue por libre: nadie conocía su «carta a la ciudadanía»

El presidente sorprendió a su núcleo duro cuando les informó de su decisión minutos antes de publicarla

Ljubljana (Slovenia), 16/04/2024.- Spanish Prime Minister Pedro Sanchez talks with Slovenia's prime minister during their meeting in Ljubljana, Slovenia, 16 April 2024. The Spanish prime minister is on an official visit to Slovenia. (Eslovenia, España) EFE/EPA/IGOR KUPLJENIK
Spanish Prime Minister Pedro Sanchez visits SloveniaIGOR KUPLJENIKAgencia EFE

Nada hacía prever que el miércoles por la tarde, tras escribir de su puño y letra la «carta a la ciudadanía», Pedro Sánchez pondría en jaque a su Gobierno con una decisión de alto riesgo: la posibilidad de dimitir tras unos días de reflexión. Lo cierto es que su rostro al abandonar el Congreso de los Diputados tras su intervención durante la sesión de control al Ejecutivo delataba que la procesión iba por dentro: semblante serio, rictus severo, disgusto... Todos se dieron cuenta de que no estaba pasando por un buen momento, incluso, por el tono de su voz cuando señaló: «A pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia».

Pero nadie sabe si fue en ese momento cuando decidió redactar la controvertida carta que solo unas horas más tarde publicaría. Y tampoco nadie tenía conocimiento de sus intenciones porque el jefe del Ejecutivo fue por libre, se dejó llevar por una reflexión interna, íntima, en la que no quiso ninguna interferencia externa. Era solo él frente a un papel en blanco, pues se ha confirmado que la redactó con bolígrafo y papel.

Sus asesores más cercanos aseguran que no les consultó lo que iba a hacer. Tampoco pidió la opinión de sus ministros ni preguntó a sus más cercanos. Su núcleo duro fue ajeno a lo que en esos momentos daba vueltas por la cabeza del líder socialista. Fue como una bomba cuando solo un grupo reducido de ellos tuvo conocimiento de su inesperada decisión, solo unos minutos antes de que diera al botón de publicar. No dio tiempo de advertir sobre lo que estaba en juego desde el punto de vista político, ni de analizar las distintas salidas que se abrían si daba ese paso. Sánchez actuó en solitario y por instinto.

En las filas socialistas ocurrió algo semejante al «me enteré por la prensa» de Felipe González, pero en versión actual. La propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero, confesó en una entrevista radiofónica que conoció la decisión de Sánchez a través de las redes sociales. «Me enteré en el momento en que colgó la carta en Twitter. Justo después de la sesión de control se retiró a esa reflexión. Y me enteré como el resto de los ciudadanos», admitió la también ministra de Hacienda. Por su parte, en otra radio, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, aventuró la percepción que tenía de la inesperada comunicación el líder del Ejecutivo. «Será una decisión personal que adopte con su familia, con su mujer. Yo no sé qué decisión va a tomar el presidente», reconoció.

Esa misma tarde, los más cercanos de su Gobierno acudieron a Moncloa, después de que la noticia acaparase todas las portadas. El objetivo era estudiar los distintos horizontes que se dibujaban para el presidente y para el Ejecutivo. Entre ellos estaban los miembros de su gabinete, algunos de sus ministros con los que tiene una relación más próxima y personal, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

Tras el varapalo inicial, desde su entorno se han puesto manos a la obra para convencerle de que continúe liderando el Ejecutivo socialista. Se han organizado hasta manifestaciones de apoyo para este fin de semana. El lunes será «el día D» para Sánchez, que mantendrá en la incertidumbre a toda la opinión pública. También a quienes le apoyan y a sus críticos. Sus más cercanos aseguran que el anuncio lo publicó sin pedir permiso a nadie, sin las ataduras que suponen los compromisos de partido ni de Gobierno. Y por eso, precisamente, provocó un cataclismo en las filas socialistas. Ahora todos, adeptos y contrincantes, están pendientes de revertir una posible dimisión el 29 de abril.