Si Sánchez se fuese y se llevase a Tezanos

El CIS de Tezanos no ha defraudado. A pesar de que al PSOE se le acumulan los problemas en Cataluña y en Euskadi, le acorrala la corrupción en la compra de mascarillas y, a partir de junio, tendrá una situación de ingobernabilidad, el último estudio publicado por el instituto le otorga una importante recuperación.

Según este sondeo, se situaría a un punto de los populares. Hay que recordar que hace un mes, el PP aventajaba a los socialistas en 2,7 puntos. Por desgracia, Tezanos ha renunciado al rigor demoscópico para ser miembro en la sombra de la dirección del PSOE.

Lejos quedan los tiempos del CIS de Julián Santamaría y Rosa Conde en los que logró el prestigio y reconocimiento de la sociedad y de todas las formaciones políticas. Sánchez, a través de Tezanos, ha dilapidado ese patrimonio.

Cuando las instituciones se ponen al servicio partidista dejan de tener sentido. Llegados a este punto, el CIS no solo recuperará parte de la solvencia que tenía con la salida de Tezanos de su dirección, el problema es que está contaminado por la presunción de estar al servicio de Pedro Sánchez.

No es el único caso, la Resistencia es un programa de televisión fresco, distinto, alternativo y, hasta el momento, independiente. Sin embargo, es conocido que Moncloa solo da espacio en los medios a tertulianos y periodistas favorables al líder socialista y que libra batallas abiertas con quienes son críticos.

La disputa en RTVE sobre el contrato ha dañado al propio Broncano que, a partir de ahora, será percibido y analizado como alguien que ha tenido un hueco millonario en la televisión pública a cambio de apoyo más o menos disimulado a Sánchez. El deterioro de las instituciones públicas está íntimamente ligado a la figura del presidente del Gobierno y el CIS o RTVE no son una excepción.

La única utilidad que tienen los estudios publicados por Tezanos es que ayudan a leer entrelíneas la estrategia de Sánchez. Vaticinar un empate técnico entre PSOE y PP, cuando el sentido común dicta otra cosa, apuntala la idea de que en noviembre habrá elecciones y que se está empezando a engrasar la maquinaria electoral. Para ello, lo primero es movilizar insistiendo en la idea de que ambos partidos están igualados. Cuando Sánchez se vaya y se lleve a Tezanos con él, el CIS habrá recuperado buena parte de su credibilidad.