Comité Federal
Sánchez pide la confianza el 28-M para "consolidar" los "avances" de cuatro años de gestión
El presidente ve nervios en el PP: "Están atacados porque hay un Gobierno que gobierna para la mayoría y no se inclina ante los poderosos"
El PSOE se conjura para proteger el poder territorial que consiguió en 2019. Los socialistas son conscientes de que parten de una posición privilegiada, por lo que es más fácil retroceder que ampliar la implantación que lograron hace cuatro años. El reto es mayúsculo y Pedro Sánchez intenta trasladar ánimo a las huestes, asumiendo que necesitan una mayor movilización de su electorado para lograr dar la vuelta a las encuestas que, salvo el CIS, le son adversas.
La primera parada del examen electoral será el 28 de mayo en las municipales y autonómicas, el partido ha ido calentando motores y da ya el pistoletazo definitivo con la aprobación de las listas. En ellas, estarán dos ministras del Ejecutivo, lo que obligará al presidente a acometer, tras la moción de censura, la remodelación del Gobierno. Reyes Maroto, titular de Industria, será cabeza de cartel de Madrid y Carolina Darias, Sanidad, hará lo propio por Las Palmas.
El discurso de Sánchez ante el Comité Federal consistió en un ejercicio de reivindicación interna, de la gestión desplegada durante los últimos cuatro años en circunstancias tan adversas como la pandemia y la guerra de Ucrania, en las que, sin embargo, se han producido "avances". Por ello, el presidente pide la confianza del electorado para poder seguir en el futuro, tras las metas volantes electorales, consolidando esos avances que se han producido. "Si todo lo que hemos logrado lo hemos hecho en medio de tantas adversidades, imaginaos qué haremos con el viento a favor. Ese tiempo va a llegar y va a llegar pronto. Vamos a ganar las elecciones para defender lo que piensa la mayoría y gobernar como gobierna el PSOE: para la gente", arengó a los suyos.
El secretario general de los socialistas utilizó una fórmula de retrospectiva inversa para defender la gestión desplegada por el Ejecutivo socialista, animando a los asistentes a hacer un ejercicio de "política ficción", imaginando que las sucesivas mociones de censura que se han planteado contra él -la última se debatirá los próximos martes y miércoles en el Congreso- hubieran fructificado. "¿Cuál sería hoy el resultado?", interpeló a los socialistas, para enumerar inmediatamente que no se habrían aprobado ni la reforma laboral, ni la de las pensiones, ni las subidas del Salario Mínimo hasta los 1.080 euros, ni el aumento de las becas, ni los impuestos a la banca y las energéticas, entre otras medidas.
"Se entiende por qué reclaman elecciones anticipadas y quienes están detrás de esa reclamación", dijo, insinuando veladamente una afirmación que también dejó clara de manera explícita, la de los intereses de la Patronal con la derecha política. "Nosotros estamos haciendo algo muy importante. Gobernando para la mayoría de a pie, llevando al BOE todo aquello que se movilizó durante los años de respuesta neoliberal a la crisis", apuntó. En este punto, Sánchez reconoció ver al PP "nervioso". "Están atacados porque hay un Gobierno que gobierna para la mayoría y no se inclina ante los poderosos", señaló.
El presidente también recordó que esta es la segunda moción de censura a la que se enfrenta, la primera se presentó "en medio de una pandemia" y esta "en medio de una guerra". Sánchez buscó las diferencias entre ambas, ahora "el líder de la ultraderecha no da la cara y busca un candidato interpuesto" y "el PP que en la primera marcó una distancia nítida, ahora se acerca a Vox". "El proyecto de Feijóo pasa por gobiernos de coalición con la ultraderecha allá donde sumen" anticipó el secretario general, apuntando que en su relación han pasado "de la colisión, de tiempos de Casado, a la colusión en tiempos de Feijóo".
Cuatro presidentes ausentes y la presencia de Escrivá
Del Comité Federal se ausentaron cuatro de los nueve presidentes autonómicos que iban a ser confirmados hoy y que se juegan revalidar el poder el próximo 28 de mayo. No asistieron los líderes territoriales más críticos y que más distancias marcan con Pedro Sánchez, los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y de Aragón, Javier Lambán. Tampoco estuvieron el valenciano Ximo Puig, por la celebración de las Fallas, y la balear Francina Armengol. El Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, ha perdido toda la capacidad de debate, decisión y crítica, por el rediseño de las estructuras que hizo Sánchez cuando recuperó las riendas de la formación.
A las ausencias se suma una presencia simbólica, la del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá. El que fuera presidente de la Airef no tiene carné socialista, pero Sánchez le invitó a participar en el Comité Federal para que explicase a los asistentes la reforma de las pensiones que aprobó el jueves un Consejo de Ministros extraordinario. Una reforma de la que Sánchez sacó pecho durante su discurso, asegurando que protege a los pensionistas y garantiza los subsidios futuros.
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