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Rajoy y Sánchez frenarán con un 155 duro el Gobierno en el exilio

Acuerdo total entre Ejecutivo y PSOE para hacer frente a cualquier ilegalidad del Govern.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se saludan momentos antes de la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa. Emilio Naranjo/Efe
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se saludan momentos antes de la reunión que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa. Emilio Naranjo/Efelarazon

Acuerdo total entre Ejecutivo y PSOE para hacer frente a cualquier ilegalidad del Govern.

Gobierno y PSOE hicieron ayer ostentación de su acuerdo de Estado frente al nuevo desafío independentista que, a su juicio, representa Quim Torra como presidente de la Generalitat. Esa ostentación del consenso se visualizó en los gestos que se vieron en la entrevista en La Moncloa que mantuvieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; en el comunicado conjunto que emitieron, y, también, en la rueda de prensa que celebró después el jefe de la oposición en Ferraz. Hay acuerdo en el fondo del alcance del problema secesionista. Y en reactivar de nuevo el artículo 155 de la Constitución, «con toda la contundencia» necesaria, en palabras de Sánchez, si el nuevo Govern presidido por Quim Torra se salta la legalidad vigente. Y esto incluye la posibilidad de que Torra intente utilizar su cargo como president para sostener una doble estructura de Gobierno catalán, el llamado Gobierno en el exilio, o lo que es lo mismo, para trampear las decisiones del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para restituir al Ejecutivo cesado en octubre del año pasado por la declaración unilateral de independencia. En ese sentido, las dos partes coincidieron en subrayar el acuerdo para «rechazar cualquier intento de poner en marcha estructuras políticas distintas a las únicas válidas, que son las contempladas en la Constitución y en el Estatuto de autonomía de Cataluña».

Rajoy y Sánchez quedan a la espera de las decisiones que adopte Torra para decidir si vuelven a activar el artículo 155, pero mantienen vigente el control por parte de Hacienda de las cuentas de la Generalitat para impedir que se dedique dinero al proyecto secesionista que Torra se comprometió a implementar de nuevo en su discurso de investidura. Asimismo, Gobierno y principal partido de la oposición ofrecen a los demás partidos, no sólo a Ciudadanos, que se sumen a este consenso constitucionalista. En este espíritu de consenso interfirió el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que se entrevistará con Rajoy el jueves, cuando el jefe del Ejecutivo regrese de Bruselas. De momento Rivera mantiene el pulso al Gobierno, y también al PSOE, por estar haciendo dejación de funciones. A Rajoy le acusó de salir corriendo de Cataluña y advirtió, en relación al comunicado pactado por los dos principales partidos, que «los españoles merecen más» porque «no basta con decir cosas obvias y hay que tomar decisiones».

Al contrario, la estrategia elegida por el líder socialista es evitar mostrar fisuras en el discurso que debiliten el frente unitario para la defensa de la legalidad. Para el PSOE, el artículo 155 de la Constitución sigue en vigor hasta que el Govern legítimo tome posesión y volverá a ponerse en marcha si «como hizo Puigdemont, se quiebra de nuevo la legalidad vigente». En estos términos se expresó el propio Sánchez, después de su reunión en Moncloa para estudiar el nuevo escenario que se abre en Cataluña. «Hay que ver qué camino toma el nuevo Govern», señaló. Entre estos caminos fuera de la ley estaría la promoción de «estructuras paralelas de la Generalitat» como la Asamblea de Electos o el impulso a la República catalana.

Para Sánchez «no hay debate» sobre la eventual aplicación del 155 ante la quiebra unilateral de la legalidad, eso «está ya superado». «El debate no es si habrá o no 155. Lo habrá. El debate es qué tipo de 155», destacó, al tiempo que reconoció que la «naturaleza» de ese artículo será ya «diferente», partiendo de su objetivo mismo, ya que ahora no estará abocado a la celebración de elecciones. El líder socialista evitó concretar en qué sería distinto, aunque dejó ver que «por sentido común» en el inicio de la legislatura no sería práctica la repetición de los comicios.

Sánchez valoró como «razonablemente positiva» la aplicación hasta ahora del 155. «Todos hemos aprendido», destacó y volvió a circunscribir el fin de su vigencia en la «constitución de un Govern legítimo», evitando –eso sí– entrar a valorar si la designación de consellers en la cárcel o fugados incurriría en un ilícito. «Lo que es legal no me corresponde decirlo a mí. Eso sí, desde el punto de vista político me parece una provocación y un despropósito», señaló.

El secretario general socialista también se dirigió a los nuevos partidos, cargando duramente contra Albert Rivera por utilizar Cataluña «como elemento de confrontación territorial para arañar votos», una estrategia que –según Sánchez– ya llevó a cabo José María Aznar cuando estaba en la oposición. «Si hay reproches a Rajoy se los haré en privado, para que los independentistas no vean que existen discrepancias y se debilite la respuesta unitaria contra la ilegalidad», apuntó el líder socialista para sostener inmediatamente, en forma de reproche a Ciudadanos, «esa es la diferencia entre los partidos de gobierno y los que no lo son». Sánchez pidió a Rajoy que llame y haga partícipe a Pablo Iglesias de los pasos a dar en Cataluña y al líder de Unidos Podemos que abandone la autoexclusión y se sume al frente por la legalidad.