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Casado no se fía de Sánchez sobre Cataluña: «No voy a pasar ni una»

El líder popular le traslada su apoyo para aplicar el 155 si Torra insiste en su hoja de ruta

Pedro Sánchez y Pablo Casado, en la primera reunión que mantienen desde que asumieran sus respectivos cargos
Pedro Sánchez y Pablo Casado, en la primera reunión que mantienen desde que asumieran sus respectivos cargoslarazon

El líder popular le traslada su apoyo para aplicar el 155 si Torra insiste en su hoja de ruta.

«No vamos a pasar ni una con Cataluña». El presidente del PP, Pablo Casado, expresó de esta forma tan gráfica las exigencias que le planteó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en relación con el desafío independentista catalán. Fue uno de los temas clave que ambos líderes abordaron en la reunión de ayer en Moncloa que se prolongó durante casi tres horas. El nuevo dirigente del principal partido de la oposición le dejó claras cuáles son las líneas rojas que no están dispuestos a que el Gobierno del PSOE rebase en su negociación con la Generalitat de Cataluña: «Ningún referéndum ni estructuras de Estado, ni chantajes ni escraches a servidores públicos. Si hay alguna cesión solicitaremos la aplicación del 155». Y es que Casado insistió en que la unidad de España es una de sus prioridades al frente del PP. Al mismo tiempo, dejó entrever que es uno de los asuntos que más le preocupan tras los primeros pasos de Sánchez dados al frente del Gobierno: «He dicho que quiero fiarme de Sánchez por no decir que no me fío. Quiero pensar que lo que dicen los independentistas no es cierto. Y que el Gobierno no va a ceder». Si se traspasan las líneas planteadas por los populares Casado ofrecerá la mayoría absoluta que su formación tiene en el Senado para volver a aplicar el 155 e incluso ir más allá con medidas, avanzó ayer, en torno a la televisión autonómica catalana y el adoctrinamiento en las escuelas.

Al margen de Cataluña, Casado planteó el resto de exigencias que el PP tratará de negociar con el PSOE en lo que resta de legislatura en materia, por ejemplo, de inmigración–cuestión en la que Casado auguró acuerdos en lo que se refiere a la implementación del Plan Marshall y en la capacidad de España de hacerse escuchar en la UE–, contra el terrorismo –a través de una ley de Memoria que impida los homenajes a etarras–y sobre economía. Entre otras cosas porque, cómo trató de subrayar el presidente popular en varias ocasiones, el Gobierno de Sánchez se encuentra en una situación de extrema debilidad: «Es inédito que el presidente no sea el más votado y que el líder de la oposición sea el que sacó 50 escaños más y que tiene mayoría absoluta en el Senado. Que sea el presidente fruto de una moción de censura y con aliados poco recomendables. Nuestras reclamaciones las ejercemos con conocimiento de causa».

Desde Moncloa quisieron dotar de contenido a este encuentro, que bien podría encuadrarse dentro de la cortesía debida tras el reciente nombramiento del dirigente popular. El jefe del Ejecutivo ha querido priorizar su entrevista con Casado, como líder del PP, sobre la de Albert Rivera (Ciudadanos) al que todavía no ha llamado para reunirse. También en las formas desde Moncloa quisieron tener un gesto con Casado y le facilitaron la sala de prensa reservada a los miembros del Gobierno. Gestos, que más allá de las diferencias políticas, demuestran la voluntad de ambas formaciones de subrayar la importancia del bipartidismo frente a Podemos y Ciudadanos.