Cataluña

Santi Vila: «No afirmaría que Llarena actúa influido por el poder político»

Santi Viila
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Santi Vila (Granollers, 1973) conversa con LA RAZÓN tras publicar su libro «De héroes y traidores» (Península), en el que relata sus vivencias en el Govern durante los meses más convulsos del «procés», y una semana después de que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena le haya procesado por desobediencia y malversación de fondos.

¿Se arrepiente de haber formado parte del Govern de Puigdemont?

Siendo muy autocrítico conmigo mismo, es evidente que o pequé de ingenuidad o sobrevaloré mis fuerzas, porque algunos estuvimos convencidos de que, hecha la movilización del 1-O, aquello desembocaría en una negociación o en elecciones.

¿No se sintió engañado?

No, porque en el seno del Govern había un amplio sector que pensaba que esto desembocaría en elecciones o en una negociación. En nuestro foro interno había una actitud serena que iba más allá de lo que algunos decían en los mítines. Uno de los temas que tendríamos que analizar es el de la trazabilidad de los discursos, es decir, qué decía cada uno en cada momento. En toda la legislatura hubo dos sensibilidades en el Govern: una pragmática y otra maximalista.

¿En algún momento se les advirtió que se podía llegar a este punto judicial?

Ese es un tema muy controvertido. Fíjense que para algunos esto era un pulso entre gobiernos y en este pulso se consideraba que si se conseguía ganar con la movilización ciudadana todo quedaría en nada. La línea es muy delgada sobre lo que está ajustado o no a Derecho; una cosa puede estar mal hecha y no por eso ser penalmente reprobable. El Código Penal es lo último para dirimir un conflicto. El Congreso en la legislatura de Zapatero quita cualquier connotación penal a una consulta.

En todo momento se está cuestionando al juez que instruye la causa del «procés», Pablo Llarena. ¿Usted cree que actúa influido por el poder político como sugieren los encausados?

En ningún caso. Eso es algo que cuesta mucho explicar en Cataluña. En primer lugar, estamos todavía en una fase de instrucción. Es reprobable la decisión política de judicializar el «procés». Creo que en ningún momento se tuvo que poner en manos de los jueces el «procés» y eso es algo tan cierto como si en un estado de derecho nos equivocaríamos si pusiéramos en duda la división de poderes. El TC ha estado muy politizado, pero de ahí a decir que la política invade el lado judicial, no lo afirmaría. Por ejemplo, la justicia decidió ordenar ir a recoger las obras de Sijena una semana antes del 21-D y eso perjudicó al PP.

¿Confía en un pronto excarcelamiento de los presos?

Ahora todos son presos provisionales y todos han jurado la Constitución y han dicho que están dispuestos a renunciar a su carrera política, esto es un acto de constricción en toda regla. Yo creo que hay un principio rector que nos debería inspirar a todos que es el de la proporcionalidad. Deberemos dar explicaciones judiciales, pero eso no obliga a tener ya gente en prisión.

¿Tiene algún contacto con sus antiguos compañeros en el Govern? ¿Ha escrito a los que están en prisión?

Tengo contacto con algunos, como los consellers Borràs o Mundó. Con otros ha habido una ruptura política importante porque lo que ha pasado es muy grave y hemos discrepado respecto a lo que ha hecho cada uno. Por tanto, somos muy críticos los unos con los otros.

Decía que tenía contacto con gente cercana a Puigdemont. ¿Qué le comentan sobre él?

El último contacto con su círculo fue a raíz de la publicación de mi libro «Héroes y traidores» porque quería que lo tuviera y que lo leyera. Con Puigdemont tenía amistad y quiero creer que aún la tengo.

¿Ha mantenido relación con políticos de formaciones adversarias los últimos meses?

He seguido hablando con gente del PP y PSOE, pero hablamos de la vida, porque es humano que empaticemos. He recibido mensajes muy empáticos.

¿Qué perfil de president necesita ahora Cataluña?

Se debe configurar un ejecutivo que rompa el frentismo, un gobierno de concentración. El presidente debe tener la capacidad de superar el bloque de soberanistas y constitucionalistas. Es una legislatura excepcional porque deberíamos hacer renuncias de tipo ideológico. El president debe tener autoridad moral para combinar la capacidad de ofrecer a la ciudadanía un proyecto vinculado a lo cotidiano (que nos hable de infraestructuras o Sanidad) y que recuerde que hay una herida abierta sangrando, y mientras tengamos gente en prisión, todavía es más explícito.

¿Qué le parece la actuación del presidente del Parlament, Roger Torrent?

Está haciendo algo que valoro mucho y es que en esta legislatura, el Parlament no ha tomado ninguna iniciativa reprobable desde la legalidad. Está haciendo un gran esfuerzo para poner el tren sobre la vía. El riesgo que hay en Cataluña es que quien se modere reciba el palo, y deberá combinar gesticulación con hechos, y los hechos objetivos es que está centrando la actividad política. ¿Tardará mucho en cerrarse la división social que ha provocado el «procés»?

Es evidente que lo que ocurrió en la legislatura pasada fue grave y eso nos interpela para trabajar por la reconciliación y restablecer la convivencia. ¿Cómo se consigue? Serenando y moderando el discurso. Siendo autocríticos, asumiendo los errores. Haciendo como he hecho ahora con el libro, que he sido muy duro conmigo mismo.

¿Cree que TV3 informa con rigor e independencia?

He recibido tantos palos que cualquier respuesta puede suponer más. Creo que en el periodismo durante el «procés» ha habido un exceso de militancia, en general. Y es cierto que dos tercios de la audiencia de TV3 es independentista, y eso te complica desde el punto de vista comercial. Es muy importante que la comisión de control haga bien su trabajo.