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Abascal agitará la campaña con un «Vistalegre en Cataluña»

El líder de Vox considera ya a su partido como el «gran ganador» de los comicios del próximo 28 de abril porque «Sánchez ha tenido que doblegarse ante el clamor de la Plaza de Colón».

El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención en La Razón. Foto: Luis Díaz
El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención en La Razón. Foto: Luis Díazlarazon

El líder de Vox considera ya a su partido como el «gran ganador» de los comicios del próximo 28 de abril porque «Sánchez ha tenido que doblegarse ante el clamor de la Plaza de Colón».

El líder de Vox detalló ayer en «LA RAZÓN DE...» las claves por las que considera ya a su partido como «ganador» en los próximos comicios del 28 de abril. Además, adelantó que el próximo Vistalegre, donde mostraron la fuerza del partido llenando la plaza de toros, esta vez se hará en Cataluña. Santiago Abascal inició su intervención agradeciendo el tiempo de aquellos que habían acudido a escucharle porque aseguró «es un bien muy valioso». Además, reflexionó sobre la velocidad a la que se suceden los acontecimientos políticos, sociales y económicos en Europa y en el mundo. Y es que, destacó cómo en poco más de tres años nos encontramos ante unas terceras elecciones generales que «todos sentimos que llegan demasiado tarde». El líder de la formación emergente se mostró convencido de que en la noche electoral «veremos a todos los partidos tratando de presentarse como los auténticos ganadores de la cita», pero para él su partido es ya «el gran ganador».

Consideran a Vox ganador porque la primera misión de su formación era «que los partidos se pusieran al servicio de la nación» y se mostró convencido de que la gran mayoría de los españoles «votarán a favor de la continuidad histórica de la nación española». Vox «será quien gane» porque «Sánchez ha tenido que doblegarse ante el clamor de la plaza de Colón por mucho que sus esbirros mediáticos trataran de minimizar la convocatoria que se produjo en las calles de Madrid».

El líder de la formación, que logró doce escaños en las elecciones andaluzas, recordó que el «sentir de la pasada concentración de Colón ya empezó en octubre de 2017 cuando Denaes convocó a los españoles en esa misma plaza para hacer frente al golpe separatista».

Recordó que ellos no han variado su discurso, siguen diciendo lo mismo de entonces: que «la soberanía nacional no se negocia, que los gobiernos por cobardía o por complicidad» deben atenerse a las consecuencias de sus actos.

Recordó tanto a PP y Ciudadanos, aunque sin citarlos, y se congratuló de que ambas formaciones aunaran sus fuerzas en la concentración por la unidad de España y en la que exigieron elecciones ya. «Se unieron al grito» de Colón, algo que «celebramos». Hasta en tres ocasiones reiteró que su formación resultará como el «gran vencedor» de las próximas elecciones generales porque han conseguido incluso marcar los temas de los debates.

Recordó cómo hace pocos meses nadie cuestionaba «la avalancha migratoria, el feminismo supremacista, el tinglado autonómico, el animalismo enloquecido, la sumisión total a Bruselas o el globalismo cultural». «Todas estas cuestiones, por dogmas impuestos por un consenso totalitario y progre que infectaba a medios de comunicación en todos los niveles, sin excepción» y afirmó que todo eso lo cuestionarán en la próxima campaña. «Por abrir todos los debates prohibidos podemos decir que Vox es el gran triunfador de unas elecciones que aún no se han celebrado». Y es que, para Vox la segunda misión de su partido era que «se escuchara la voz de una España silenciada» y se congratuló de que se haya conseguido.

A pesar del triunfo adelantado que anunció, Abascal tiene que promover ahora políticas que nos afectan como «la falta de libertad en muchos terrenos, la educación, los obstáculos administrativos y fiscales para crear riqueza y empleo, la protección de la familia y la vida, la amenaza del islamismo, la defensa de nuestra identidad y tradiciones desde la libertad».

Vox quiere llegar al Congreso con la idea de «desterrar de cualquier gobierno el golpismo separatismo y el comunismo chavista». Se mostró muy crítico con los independentistas a quienes quiere desterrar de la Cámara Baja. Son «fuerzas enemigas de la unidad y la libertad de los españoles» por ello apuesta por «espantarles» de las instituciones porque «no deben gobernar nunca más, ni siquiera un ayuntamiento, quienes amenazan nuestra soberanía, nuestra libertad y nuestra convivencia». Insistió en que «no pueden tener influencia en el gobierno de España aquellos que la odian y pretenden destruirla». También cargó contra los medios que dan espacio al discurso separatista o le sirven de altavoz. «Los medios de comunicación no pueden alimentar irresponsablemente a quienes han amenazando la soberanía, nuestra libertad y nuestra convivencia».

A Vox y sus líderes no les afectan los insultos y ayer Abascal recordó que se los cuelgan como medallas «no por los insultos sino por quienes los perpetran».

Para aquellos españoles que sienten miedo de su discurso o les ven como «radicales» les invitó a ir a los mítines a escucharles. «¿Por qué nos ven como radicales?», se preguntó. «Quizá porque cuando nos escucharon estaban a punto de robarnos la soberanía. Estábamos muy enfadados, como todos los españoles que no dormían perplejos por el fallo de las instituciones, porque el Rey tenía que salir a dar al cara y ante el silencio de un gobierno acobardado», afirmó. «Quizá nos ven como radicales porque no aceptamos ni un solo de los dogmas impuestos por la dictadura progre por muy poderoso que sean sus lobbies».

Recordó que Hillary Clinton no está en la Casa Blanca, y que se puede seguir otro camino, aunque matizó: «Mejor a la derecha». Destacó que en los actos de Vox encontrarán a «la España viva, la que madruga, la que trabaja, la mujer harta de que hablen en su nombre, el empleado que contempla cómo se rebajan los salarios, o el parado que recobra la esperanza».

«No encontrarán conspiraciones sino esa España viva que muchos daban por muerta y que se ha puesto en pie para acabar con la legislatura de la infamia». Y frente a los que creen que esa otra España no existe destacó que «está viva para gran sorpresa de los que pensaban que podían romper nuestra comunidad política, la nación». Aprovechó su discurso para cargar contra los separatistas «que confundieron a los políticos con los españoles, que pensaron que su desafío golpista sería un paseo militar y los que pensaron que la identidad nacional y la idea de España se podía arrinconar» y puntualizó, por si alguno tuviera alguna duda que nunca ha dicho que quieran salir de Europa «como manipulan algunos».

Tildó de «anomalía democrática» que quien reclama la «vía eslovena» no haya sido aún detenido y puesto a disposición judicial. «Los que permiten esta anomalía son los que más se quejan de que Vox ostente la acusación popular» en el juicio contra el «procés». «Lo dicen los que desde el gobierno han mantenido la zarpa de los partidos de la justicia o intercambiaban WhatsApp diciendo sus planes para controlar el poder judicial». Vox se personó como acusación popular en su día porque «confiamos en la Justicia» y por ello denunciaron a Mas, a Puigdemont e incluso a todos los cómplices del proceso e incluso a Rajoy. Además, recordó que han pedido la detención de Torra y ante quienes les critican desde otros partidos por hacer declaraciones a las puertas del Tribunal Supremo pensando en réditos electores les dijo que «hablaremos a las puertas del tribunal siempre que lo creamos necesario».

Anunció que el próximo Vistalegre de Vox tendrá lugar en Cataluña, «en la tierra en la que algunos piensan que no tenemos nada que decir y, sin embargo, están deseosos de que lleguemos miles y miles de catalanes». Bromeó con la idea de que ayer le pudieran preguntar por temas muy específicos como el lince de Extremadura o los residuos sólidos urbanos y adelantó que «no tengo el Estado en la cabeza, pero tengo a España en el corazón». Finalmente aseguró que su partido pretende poner a España en el sitio que le corresponde.