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Santos Cerdán: el negociador humillado protagonista de la foto de la infamia

Protagonizó la foto de la infamia junto al fugitivo Carles Puigdemont bajo una gran imagen de las urnas ilegales en Cataluña aquel uno de octubre

Santos Cerdán
El secretario de Organización del Partido Socialista, Santos Cerdán, posa tras una entrevista para Europa PressIlustraciónPlatón

Protagonizó la foto de la infamia junto al fugitivo Carles Puigdemont bajo una gran imagen de las urnas ilegales en Cataluña aquel uno de octubre. El Secretario de Organización y número tres del PSOE, Santos Cerdán, ha sido un negociador humillante y humillado por el prófugo de la justicia hasta el punto de que algunos diputados de su propio partido le llamaban «el otro exiliado en Bruselas». Por expresa decisión de su jefe Pedro Sánchez el socialista navarro se instaló en la capital belga a merced de los caprichos de «El Puchi», rendido de pies y manos a su agenda y a todos sus movimientos. Un espectáculo delirante, una afrenta a la dignidad de España al socaire de un delincuente que ha logrado atacar el Estado de Derecho como nunca en nuestro país. La ruptura del pacto constitucional por la desmesurada ambición de un líder sin escrúpulos le parece a Cerdán «una ocasión histórica en una nueva etapa». La amnistía, el referéndum, la autodeterminación de Cataluña y hasta la figura de un mediador internacional han desfilado por la mente del negociador como si tal cosa, en el olvido de los más elementales principios que un día tuvo el PSOE, ahora denunciados por Felipe González y arrasados bajo las fauces del «sanchismo» entregado al chantaje independentista.

Santos Cerdán deambulaba por el Sofitel, establecimiento hotelero ubicado en el barrio europeo de Bruselas y dónde se alojan eurodiputados y altos cargos de las instituciones comunitarias, como alma en pena en medio de una nube de periodistas, a la espera de los caprichos del fugitivo Puigdemont. Hasta cuatro días le tuvo a pan y agua, sin recibirle en persona, únicamente comunicándose a través de mensajes y personas intermedias. Naturalmente todo lo aguantó el negociador Cerdán, comandado por el gran jefe Sánchez para no volver a Madrid sin el apoyo a la investidura. El documento suscrito por Santos Cerdán y el secretario general de JuntsxCat, Jordi Turull, presentado por el propio Cerdán en una rueda de prensa en Bruselas, produce sonrojo y es un claro atentado contra la democracia. Sonriente y satisfecho el socialista navarro se tragó la amnistía absoluta para todos los implicados en el «procés» y el escándalo del llamado «lawfare» que salta por los aires la independencia del Poder Judicial, ha provocado el rechazo de todas las asociaciones de jueces y fiscales, incluidas las llamadas progresistas, y quiebra los pilares del estado constitucional.

Cuentan los periodistas acreditados en Bruselas que el negociador se armó de infinita paciencia. Acompañado únicamente por dos colaboradores se le veía bajar de su habitación hasta la cafetería del Sofitel para almorzar una hamburguesa. Pendiente de su móvil, agachaba la cabeza, en espera de la llamada de Puigdemont. Obediente y sumiso, cumpliendo a rajatabla las órdenes del gran jefe Sánchez, a Cerdán le parece muy normal que un forajido prófugo de la justicia decida el gobierno de España. Cuentan también los informadores que algunas autoridades europeas expresaban su estupor ante la situación política en España y las cesiones al separatismo. «Todo va bien», decía en voz baja el negociador, sabedor en su fuero interno de que Pedro Sánchez está dispuesto a todo con tal de mantener el poder. Ya solo queda la firmeza del Partido Popular, cuyo líder, Alberto Núñez Feijóo, ha realizado una declaración institucional impecable. La movilización de la sociedad, la intervención de la Unión Europea y quizás el voto en conciencia de algún diputado socialista son necesarios para combatir este desatino antidemocrático.

"Escudero" de Sánchez

Hijo y nieto de militantes socialistas, Santos Cerdán León nació en Milagro, Navarra. Con nula experiencia de gestión, estudió Formación Profesional y se especializó en Electrónica Industrial. Afiliado al partido en 1999 fue miembro de la Ejecutiva Regional del Partido Socialista de Navarra (PSN), concejal de su pueblo y después dio el salto a la política autonómica en el Parlamento Foral. Durante las primarias en las que competía con Susana Díaz y Patxi López, el entonces candidato Pedro Sánchez le encargó la recogida de avales y ahí empezó su relación de confianza. En las elecciones de 2019 fue elegido diputado en el

Congreso, después presidente de la Fundación Pablo Iglesias y en el último cónclave del partido Secretario de Organización. Maniobrero y sibilino, su enfrentamiento con la entonces número dos del PSOE, Adriana Lastra, provocó la salida de la asturiana. Tras la caída de Carmen Calvo, Iván Redondo y José Luis Ábalos, es el único que se mantiene en el núcleo duro de Pedro Sánchez. Su perfil es el de todo un «apparatchik» al servicio del gran jefe y el partido.

Desde luego solo un hombre nacido en un pueblo llamado Milagro podría tener la varita mágica de negociar con un prófugo de la justicia y ceder a todas sus exigencias. Hace tiempo que Pedro Sánchez confiaba en él para humillarse ante Carles Puigdemont y tragar con el fanatismo separatista. Santos Cerdán, Santi para los amigos, fue el encargado de organizar los taxis que llevaron a Ferraz los avales de Sánchez para la secretaría general del PSOE y le acompañó en su periplo por la militancia. Entonces fraguaron una amistad y confianza que se mantienen, como lo demuestra el encargo de la rendición en Bruselas.

Muchos socialistas de bien se hacen cruces de cómo se ha podido llegar tan lejos, pero la ambición «sanchista» no tiene límites. Cabezota y tozudo, como buen navarro, el documento suscrito por Santos Cerdán y Jordi Turull es una ofensa a la democracia. Un vasallaje ante el fugitivo y la página negra de la investidura de un perdedor de las elecciones