El saqueo sindical

«Se manifestaban con nosotros y se habían llevado nuestro dinero»

La Razón
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En Jaén empezó el andamio de comisiones, sobres, estafas y prejubilaciones «regalo», que consisten en la compensación económica tras el despido de una empresa en la que nunca se trabajó. Una fórmula mágica. Intrusos, los llaman.

En la plaza de la Batalla de Jaén, el viento se ha llevado por delante el campamento de protesta. Decenas de trabajadores han permanecido allí durante casi dos años. Pero ahora, ni el tiempo se apiada de ellos. Son los últimos valientes del naufragio de Cárnicas Molina, empresa señera en los 90 de la que salió Lanzas y en la que hizo sus primeros contactos con gente «importante», como la llaman los trabajadores. Muchos miran con recelo. Saben mucho, pero no confían en nadie. El misterio, las miradas cómplices, algunas mentiras... «Ha habido mucho sinvergüenza», acaba diciendo uno de ellos. Pero lo único que quieren es que no los relacionen a todos con la corrupción y que alguien, por favor, les ayude a encontrar trabajo. La paga por desempleo va a terminarase muy pronto. Son personas de entre 50 y 60 años, con esposa, hijos y poca experiencia y/o preparación en otros trabajos.

«Los sindicatos no querían hacer nada. Muchas banderizas de CC OO y UGT y luego,nada». «En el entorno de Lanzas han repartido sobres». «Aquí han trincado mucho. Nadie ha dado la cara; algunos estaban mandados desde arriba». Y concluye: «Tú crees que una persona se puede ir después de 30 años se puede ir con las manos vacías». «Han pillado mucho dinero. Los de los sindicatos metían a gente en cargos de responsabilidades. Primero se manifestaban con nosotros y después se habían llevado nuestro dinero».

El fondo económico aprobado por la Junta de Andalucía para afrontar los supuestos despidos de empresas en crisis ascendía a 721 millones de euros. Es lo que se ha llamado «el fondo de reptiles», de los que muchos babeaban por llevarse un trozo del pastel. De ellos, 12,3 millones pagaron a 126 intrusos, 73 se otorgaron para subvenciones, entre 50 y 68, en comisiones por encima de su valor a intermediarios. Las bifurcaciones de la trama se extienden por la mayoría de las provincias andaluzas, sobre todo en Jaén, de donde sale el primer tentáculo del pulpo de la corrupción.