Jumilla
El secretario de los obispos tacha a Abascal de «falso» católico
El obispo César García Magán acusa de «sedicente» al líder de Vox por sus mensajes «furibundos»
En el diccionario de la Real Academia Española (RAE), un «sedicente» es aquella persona que se da a sí misma un determinado título o condición sin convenirle esa categoría que se le atribuye.
Este término jurídico, sinónimo de falso, es precisamente el que ha utilizado el secretario general del Episcopado y canonista, César García Magán, para referirse de forma implícita al líder de Vox, Santiago Abascal.
En la eucaristía que presidió en la catedral primada de España, en el marco del octavario de la Nuestra Señora del Sagrario, el también obispo auxiliar de Toledo, criticó duramente a los «sedicentes católicos».
Esto es, a cristianos que en realidad no lo son, equiparando de forma implícita los ataques que lanzan con los eslóganes «furibundos y tremendos» de quienes abanderaron la persecución republicana contra la Iglesia durante la II República y la Guerra Civil.
Es la respuesta del portavoz de los obispos a los ataques sin precedentes que este pasado domingo en una entrevista lanzó el presidente del partido de la derecha alternativa contra ellos, acusándoles de haberse plegado al Gobierno en cuestiones como la ideología de género o el Valle de los Caídos condicionados por las subvenciones públicas recibidas o por la lacra de la pederastia.
Abascal señalaba directamente a García Magán en la entrevista, dentro de su airado envite al comunicado del Episcopado en defensa de la libertad religiosa frente al veto del Ayuntamiento de la localidad murciana de Jumilla a los rezos públicos de los musulmanes.
Y es que el obispo toledano ya desde hace tiempo está en la diana de Vox y de su entorno mediático precisamente por su defensa de la acogida y el respeto al colectivo inmigrante desde la Doctrina Social de la Iglesia.
Y aunque la Conferencia Episcopal Española como colectivo no se ha pronunciado, García Magán decidió dar un paso al frente en la tarde de este miércoles en el octavario por la patrona toledana. Sin citar expresamente a Abascal, pero en una clara referencia a él, relató que «lamentablemente se vuelven a escuchar eslóganes que en el primer tercio del siglo XX se escucharon furibundos y tremendos contra el Evangelio y contra la Iglesia y las iglesias, que hoy son pronunciados por algunos de los supuestos herederos en los que en aquel primer tercio del siglo XX defendieron la Iglesia y, muchos de ellos al precio de su sangre con el martirio».
De esta manera, García Magán, con la «finezza» del diplomático vaticano, ha lanzado un dardo a Vox: «Algunos de esos supuestos herederos ideológicos son los que hoy lanzan eslóganes que jamás se tendrían que volver a oír en la historia de España, y muchos menos pronunciados por sedicentes católicos».
Esta acusación de falso catolicismo a Abascal y a su formación por parte de García Magán se enmarcaría en la línea de reflexión realizada este martes por el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que apuntó que «un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano». «Que este señor se repase el Concilio Vaticano II», recomendaba Planellas al líder de Vox.
Lo cierto es que en su homilía, el secretario general del Episcopado se refirió a los «sedicentes católicos», después de alertar que un creyente fiel a la Iglesia ha de reconocer la autoridad de los obispos.
«Hace unos años se escuchaba un eslogan que decía: ‘Jesucristo, sí; Iglesia, no’», comentó García Magán, que calificó esta expresión de «una auténtica barbaridad teológica, puesto que el encuentro con Jesucristo se realiza por medio de su Iglesia».
A partir de ahí, expuso que «recientemente se escucha otra barbaridad teológica sustituyendo el ‘Jesucristo, sí; Iglesia, no’, por ‘Iglesia, sí; obispos, no’».
El también obispo auxiliar de Toledo apunta que «olvidan que no hay Iglesia de Jesucristo fuera de la sucesión apostólica y que no se asiente sobre esos pilares».
«Lo demás no es construir sobre roca, sino sobre arena movediza, construir falsamente, es construir en el aire, en la nada», dejó caer después.
No hay que olvidar, en este sentido, que Abascal no se refería a Francisco como Papa, sino como «ciudadano Bergoglio», denostando así su autoridad como Sucesor de San Pedro.
El arzobispo de Oviedo y los "moritos"
«¿Dónde está la reciprocidad negada de los moritos con los cristianos que asesinan en nuestras iglesias dentro de sus territorios?».
En estos términos se refería en sus redes sociales el arzobispo de Oviedo a la luz del caso Jumilla, que calificaba de «extraña polémica». «¿Ponernos estupendos citando textos civiles o eclesiales, para que nos sigan matando?», añadía.
Las reacciones políticas a este comentario no se han hecho esperar. El consejero de Derechos Ciudadanos del Gobierno asturiano y coordinador general de IU en el Principado, Ovidio Zapico, calificó ayer de «declaraciones indecentes» esta reflexión de Sanz. Para Zapico, estas palabras sitúan al arzobispo «al borde la herejía ante su propia Iglesia».