Elecciones generales
Segunda mejor participación de la historia a las 14:00h
La participación es de un 41,49 %, cinco puntos más que en 2016
La participación a las 14:00h es del 41,49%, cinco puntos más que en las elecciones del 26 de junio de 2016, que fue a la misma hora del 36,87%. Se trata del segundo mejor dato de la historia de la democracia. Son datos oficiales facilitados por el Ministerio del Interior en su página web con una participación correspondiente al 99,99 % de mesas con 99,99 % de electores.
Con esta participación, un total de 14.273.099 personas han votado este domingo hasta las 14:00 horas, frente a las 12.755.38 que lo hicieron hace tres años.
Cataluña ha sido la comunidad que más ha subido su participación con respecto a 2016, con un 43,52% frente al 32,31%, once puntos más. En la provincia de Barcelona la participación es del 43,5% (11 puntos más que en 2016), mientras que en la de Tarragona es del 44,7 (+12 puntos), en la de Girona de 43,5 (+12 puntos), y en la de Lleida 41,9 (+13 puntos), según datos difundidos por el Ministerio del Interior.
Más de 36,89 millones de españoles están llamados a las urnas este domingo y la palabra más repetida por los políticos en esta mañana es “participación”, dado que precisamente ahí podría estar la clave de los resultados de hoy.
El primer avance (que se ofrece a mediodía con los primeros datos) que registró una mayor participación fue en el año 1993, con un 41,83%. Y el de menor participación, en el año 1989, con un 35,75 %.
Ante el reto de superar el 70% de participación
Superar el 70 por ciento de participación en los comicios de hoy se presenta como un reto para todas las formaciones políticas. Y eso porque en las dos últimas convocatorias electorales la participación se quedó muy cerca de ese 70 por ciento, con un 69,67 en las elecciones generales de diciembre de 2015 y un 69,84 en las de junio de 2016. Unas cifras inferiores en todo caso a la media del período democrático, que se sitúa en el 72,8 por ciento, con el pico más alto en las elecciones constituyentes de 1977, en las que votó el 78,83 por ciento del electorado.
La cota más baja se dio en los comicios de marzo de 1979, cuando la participación descendió hasta el 68,04 por ciento, llevando la abstención hasta un récord del 31,96 por ciento, que nunca ha vuelto a repetirse.
También tienen su peso en los comicios los sufragios de los que, aunque no se quedan en casa, optan por votar en blanco o depositan una papeleta nula, bien por error involuntario o de manera consciente a modo de protesta.
Para el voto en blanco, el CIS ha pronosticado un 2,3 por ciento en su barómetro preelectoral del 28-A, si bien el porcentaje real nunca ha llegado a ser tan alto en unas elecciones generales.
De hecho, en las elecciones de 2015 y 2016 el número de votantes en blanco descendió notablemente respecto a comicios anteriores, hasta dejar en la mitad la cota máxima alcanzada en 2000 y 2004, cuando votó en blanco el 1,58 por ciento del electorado.
Así, en las últimas generales los votantes en blanco cayeron al 0,74 por ciento (179.081 electores); en 2015 su número fue algo superior -con 188.132 papeletas que suponían el 0,75 por ciento del electorado- y antes, en 2008, el porcentaje había sido del 1,11 por ciento, con 286.182 votantes.
El menor número de votos en blanco se contabilizó en 1977, un 0,25 por ciento que fue subiendo de manera sostenible elección tras elección hasta llegar al 1,58 por ciento de 2004.
A partir de entonces se invirtió la tendencia, al descender los votos blancos al 1,37 por ciento en 2011, con un 0,75 por ciento en 2015 y el 0,74 por ciento en 2016.
El barómetro preelectoral del CIS apuntaba además que el 0,8 por ciento de los encuestados votaría nulo hoy, un porcentaje ligeramente inferior al que se registró en el Congreso en junio de 2016, que fue del 0,93 por ciento.
Tradicionalmente, el número de votos nulos en el Senado es muy superior al del Congreso, y así ocurrió en junio de 2016, cuando según el Ministerio del Interior se computaron 606.435 votos nulos en la Cámara Alta (el 2,53 por ciento del electorado) frente a los 225.504 del Congreso.
El sistema de listas abiertas en el Senado, que obliga al votante a marcar en la papeleta a los candidatos (tres como máximo en las circunscripciones con cuatro escaños; dos en las islas que eligen tres senadores y uno en las restantes) influye en estos votos nulos.
En la Cámara Baja, el mayor porcentaje de votos nulos se contabilizó en 1982, cuando alcanzó el 1,95 por ciento de los sufragios, y el menor, en 1996, con el 0,50 por ciento.
Datos de participación por comunidades a las 14:00h
- Andalucía: 38,94% frente al 37,60% de 2016
- Aragón: 44,65% frente al 37,88% de 2016
- Canarias: 30,72% frente al 28,38% de 2016
- Cantabria: 43,12% frente al 39,22% de 2016
- Castilla-La Mancha: 42,70% frente al 38,92% de 2016
- Castilla y León: 41,79% frente al 37,18% de 2016
- Cataluña: 43,52% frente al 32,31% de 2016
- Ceuta: 30,47% frente al 24,97% de 2016
- Melilla: 28,14% frente al 21,82% de 2016
- Madrid: 43,61% frente al 39,01% de 2016
- Navarra: 43,78% frente al 38,03% de 2016
- Valencia: 45,85% frente al 43,34% de 2016
- Extremadura: 42,86% frente al 39,48% de 2016
- Galicia: 36,96% frente al 34,07% de 2016
- Baleares: 38,10% frente al 34,48% de 2016
- La Rioja: 44,76% frente al 40,84% de 2016
- País Vasco: 41,72% frente al 36,05% de 2016
- Asturias: 40,15% frente al 34,70% de 2016
- Murcia: 43,41% frente al 39,96% de 2016
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