Sexagenarios y suficientemente preparados

De Churchil a Charles de Gaulle y Ronald Regan a los actuales Angela Merkel o Dilma Roussef, la historia política esta llena de los que han superado los 60.

Periódicamente, la vida política de una nación se ve sacudida por la idea de que los políticos jóvenes son más prometedores que aquellos que ya han superado cierta edad. Fue lo que sucedió, por ejemplo, cuando Atenas, en el siglo V a. de C., quedó seducida por un demagogo llamado Alcibíades justo en uno de los momentos más peligrosos de su Historia. Sin embargo, tales episodios han resultado más bien excepcionales tanto en el pasado como en el presente. Los ejemplos resultan relevantes y numerosos. Por ejemplo, Winston Churchill (n. 1874) aferró el timón del Imperio británico en 1940, cuando ya había superado holgadamente la barrera de los sesenta. Lo hizo precisamente en un momento especialmente trágico, cuando Gran Bretaña se encontraba sola frente a un victorioso III Reich. Con todo, hoy existe un consenso prácticamente generalizado en el sentido de que nadie como Chur-chill habría sabido enfrentarse con Hitler y forjar la alianza con Roosevelt y Stalin decisiva para la victoria. Aún de mayor edad era Gandhi (n. 1869) cuando, en 1939, a los setenta años, emprendió la lucha por la independencia de India lanzando la consigna de «Quit India» («Abandonad la India»). Su longevidad no fue obstáculo para doblegar a un imperio regido por hombres más jóvenes. No menores fueron los desafíos abordados por un Charles de Gaulle (n. 1890) que había sido la voz de la aislada resistencia francesa frente al invasor nazi, pero que, rozando la setentena, en 1959 se convirtió en el presidente de una república que modelaría a su imagen y semejanza. Incluso más relevante si cabe fue el caso de Ronald Reagan (n. 1911). Apenas le faltaban unos días para cumplir los setenta años cuando se convirtió en el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos. Durante su etapa en la Casa Blanca, devolvió a la nación el orgullo perdido a través de experiencias como la derrota en Vietnam, el escándalo Watergate o la crisis de los rehenes en Irán. Patriota, defensor del mercado libre y reveladoramente juvenil, Reagan sembró las semillas que condujeron al final de la Guerra Fría y marcó toda una época. De figuras como las mencionadas se podrá argumentar que no eran perfectas y que incluso cometieron errores. Sin embargo, la realidad es que fueron decisivas en la Historia de sus respectivas naciones en momentos especialmente críticos. Pero no se trata de un fenómeno limitado al pasado. Figuras actuales como el japonés Shinzo Abe (n. 1954); el italiano SergioMattarella (n. 1941); la alemana Angela Merkel (n. 1954)o la brasileña Dilma Roussef (n. 1947) superan en todos los casos – en alguno muy notablemente– los sesenta años. Por lo que se refiere a las grandes potencias, sólo Estados Unidos está regida por un político que no dejó atrás la década de los cincuenta. Se mire como se mire, unos y otras habrán sido – o son – sexagenarios, pero han dado muestras sobradas de estar más que suficientemente preparados.