Política

Sin trasvase entre bloques

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El «robo» de votos sigue produciéndose dentro de la derecha y las izquierda lo que mantiene la situación de ingobernabilidad. El sondeo apunta a un crecimiento del bipartidismo

Ocho semanas después del 28-A, el Partido Popular da señales inequívocas de recuperación electoral, en tan corto espacio de tiempo, tanto en términos absolutos, gana 694.347 votantes netos, como en relativos, avanza 3.5 puntos. Mientras que se consolida también el liderazgo socialista, que se refuerza internamente gracias a los votantes que semana tras semana va robando a su hasta ahora socio de Gobierno, Unidas Podemos. En dos meses ha logrado un saldo neto positivo de 286.000 votantes que procedían del partido de Pablo Iglesias.

La clave del avance de los populares es, que por primera vez, consigue convertir en positivo el balance de transferencias de votos con sus dos competidores más cercanos, Ciudadanos y Vox. Tras años perdiendo votantes a favor de Cs y tras varios meses de fugas de votos hacia Vox, los populares logran revertir el signo negativo de estas transferencias y las convierten en positivo.

Tras el desastre electoral del centro derecha del 28-A, el votante es el que está tomando la iniciativa y empieza a colocar las tres piezas del centro derecha en su lugar. Volviendo a dar el liderazgo al PP y dejando a Cs y Vox en la lucha por decidir cuál será la segunda fuerza del centro derecha y cuál la condenada a desaparecer. La clave de este liderazgo que avanza, sigue estando en los votantes populares de mayor edad. En la horquilla de a partir de 65 años, el PP recibe el 20,7% de su voto, mientras que entre los ciudadanos más jóvenes solo consigue el 7,6% del voto (entre 18 y 29 años). En el caso del partido de Sánchez, ocurre pero en el votante de entre 45 y 64 años, donde consolida este tipo de votante, reteniendo el 25,4% del voto, un dato que sube desde las personas de izquierda entre 30 y 44 años, donde el PSOE consigue el 17,8% del voto. En contra, Cs absorbe más voto del perfil joven entre 30 y 44 años, en un 13,1% y Podemos consigue en la horquilla de edad de entre 18 y 29 años, el 14,5 por ciento de su voto, su marca récord en la segmentación del voto por edad, mientras que tan solo un 5,7% de los ciudadanos de más de 65 años, confían en los morados.

Ahora, en el escenario postelectoral, los populares ya aventajan a los naranjas por 5, 3 puntos. El PP recibe de vuelta desde Cs la importante cantidad de 498.000 votos. Nunca antes había sucedido tal movimiento de votantes desde Cs hacía el PP. Lo mismo sucede con relación al partido de Santiago Abascal, desde las filas de Vox, vuelven al PP 601.000 votantes.

En sentido contrario, el voto popular que sale hacia estos dos otros partidos, se reduce a cantidades no registradas con anterioridad, hacia los naranjas marchan 210.000 populares y hacia Vox, 37.000. El PP de Cs y Vox 1.099.000 votantes, y tan solo pierden a favor de éstos 248.000 votantes. El saldo es positivo en 851.000 votantes en solo ocho semanas. A un rito de más de 100.000 votos por semana.

En el campo de las izquierdas, sigue la concentración de voto en el PSOE, 341.000 votantes Podemos dejan a los morados y se pasan a los socialistas. El camino inverso es seguido por tan solo 55.000 socialistas que marchan a la formación de Iglesias. El saldo neto es positivo para los de Sánchez en 286.000 votantes, a un ritmo de más de 35.000 por semana, desde el 28-A. Esta reconcentración del voto en el PSOE y en el PP hace que el bipartidismo pase del 45,4% del 28-A, al 50,7% ocho semanas más tarde. En la fuga de votos de la izquierda hacia el bloque de la derecha destacan los que Vox roba a Podemos y al PSOE: 24.000 votos en total (12.000 a cada fuerza). Al PSOE se le escapan también 28.000 que se irían al PP y hasta 88.000 a Cs. En cuanto a la abstención, el partido más perjudicado sería Cs, pues 254.000 de sus votantes ahora se quedarían en casa. Lo propio harían 244.000 de Unidas Podemos y 242.000 del PSOE.

Tras cuatro largos años de multipartidismo, fragmentación e ingobernabilidad, iniciamos un nuevo ciclo electoral marcado por el refuerzo de los dos partidos tradicionales. Seguir mes a mes su evolución será fundamental para predecir los resultados de cara a un posible adelanto electoral.