Reacción
Sánchez, sin apoyos en el Congreso para reformar la Ley de financiación para beneficiar a Cataluña
Necesita mayoría absoluta, de la que hoy carece ante el malestar entre los aliados regionales. Compromís y la Chunta lideran la rebelión, que abre a la vez un choque dentro de Sumar
Lo que se desbloquea por un lado, se bloquea por el otro. Si bien en el PSOE respiran tras llegar a un preacuerdo con ERC para conseguir la gobernabilidad en Cataluña, lejos de cerrar una carpeta importante antes de comenzar las vacaciones, abre un nuevo frente con los principales socios que sostienen al Gobierno en Moncloa.
La financiación singular para Cataluña, que se materializa en la concesión de la recaudación del 100% de impuestos por parte de la Hacienda catalana, ha soliviantado a algunos de los aliados en el Congreso, que son de quienes depende en última instancia que se cumpla el acuerdo definitivo al que ha llegado el PSC con ERC. Y es que la pluralidad territorial representada en el Congreso de los Diputados es también una variable con la que el Gobierno debe contar para que le salgan los números si quiere cumplir con Esquerra.
Compromís y la Chunta Aragonesista –miembros de la coalición Sumar en la Cámara Baja y en Moncloa– amenazaron ya con no apoyar al Ejecutivo si aceptaba una financiación singular para Cataluña hace un mes, cuando comenzaron las negociaciones. Una vez consumado el acuerdo, el malestar es evidente en ambas formaciones, las cuales ya han avisado que no apoyarán la reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. Es decir, el Gobierno contará con cinco votos menos para abordar la reforma de financiación exclusiva para Cataluña.
Desde Compromís, su portavoz en el Congreso, Agueda Micó, avisó de que para tener el «sí» de los cuatro diputados valencianistas tendrán que abordarse las «problemáticas concretas de los territorios infrafinanciados», como Valencia. En la formación recuerdan que en el acuerdo para investir a Sánchez presidente del Gobierno están reflejadas sus exigencias. En dicho pacto está plasmada la reforma del sistema de financiación de las autonomías. Por su parte, fuentes de la Chunta, consultadas por este diario, explican que votarán «en contra» de cualquier financiación singular mientras que no se pongan en marcha «las herramientas bilaterales de financiación que figuran en el Estatuto de Aragón». Inciden en que solo apoyarán una reforma de financiación si «Aragón se ve generosamente compensado». El diputado Nahuel González, valenciano adscrito a IU, ha compartido la misma posición. Ya serían seis votos que se caen, al menos, para la reforma de la Ley Orgánica, que necesita mayoría absoluta.
Formaciones como IU o Más Madrid no se han pronunciado, pero ya reclamaron una reforma de financiación que afectase a todos. Antonio Maíllo (IU) avisó de que al hablar de financiación singular se habla de «desagravio». De este modo, desechó la posibilidad de «financiaciones a la carta». Más Madrid también cerró la puerta a la posibilidad de un pacto que sirva para que «una comunidad deje de contribuir a la solidaridad interterritorial dentro de España». Así, el pacto del PSC con ERC reabre las tensiones dentro de Sumar, donde, de momento, Yolanda Díaz no se ha posicionado.
No son los únicos que expresan su rechazo frontal a una reforma a la carta para Cataluña. El BNG ( un diputado) ya avisó en el mismo sentido hace un mes. Su líder en Galicia, Ana Pontón, aseguró que no apoyaría en el Congreso ningún sistema que resultara «discriminatorio» con Galicia. En la formación avisan de que su comunidad «no es menos» que Cataluña y que cualquier reforma debe atender «a las características propias» de su territorio. Hace un mes, el propio Sánchez se comprometió con el diputado del BNG a cumplir el traspaso de competencias y una financiación singular para Galicia, como está reflejado en el pacto de investidura. Si bien ningún partido se opone a la singularidad de Cataluña, mantienen que no puede hacerse sin aplicarse lo mismo para sus territorios.
De momento, Sánchez solo cuenta con sus escaños (120) más los 7 de ERC y los 6 de Junts –previsiblemente–, porque PNV (7) también recela del acuerdo, el cual tampoco le suena bien a Podemos y Bildu opta por el silencio.
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