Ministerio de Defensa
Son los novios de la muerte
Y es que ese llevar su propia muerte asumida, no deseada, es quizás el más bello canto de amor a la vida. A una vida que se escoge libremente vivir al servicio de los demás. Son los novios de la muerte. Sobrecoge ver los tres féretros conteniendo los restos mortales de los suboficiales fallecidos días atras, a hombros de sus compañeros, los zapadores, arropados por todos los legionarios que, arrinconando su pena, con sus gargantas todas a una, les dedican su canción: «Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera...». Sublime conjunción ética y estética de unos hombres y mujeres cuyo servicio a España es la razón de sus vidas. Dicen que uno no muere mientras permanece en el recuerdo. Los brigadas Navarro, Velasco y el sargento Prieto vivirán siempre al arrullo de los guiones y banderines, y los corazones de los legionarios.
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