Cataluña

Standard & Poor’s considera a Cataluña como la región que peor se administra

Califica su situación de liquidez de «menos que adecuada» e inviable tras una ruptura.

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Califica su situación de liquidez de «menos que adecuada» e inviable tras una ruptura.

De las once comunidades autónomas a las que pone nota, la agencia estadounidense Standard & Poor’s (S&P) considera que Cataluña es la región española que peor administra sus recursos públicos. Ninguna otra comunidad presenta un rating tan bajo como el B+ catalán (cuatro escalones por debajo del bono basura), estimado según los parámetros de la firma. Éste es uno de los principales motivos por los que tanto esta agencia como Fitch y Moody’s mantienen la deuda catalana desde hace tiempo por debajo del bono basura, lo que en la práctica implica que la deuda catalana no tiene el aval suficiente para recibir una inversión. Y hay que tener en cuenta que una buena parte de los inversores necesitan de ese visto bueno de las calificadoras para poder destinar su dinero.

Tras su último dictamen, Standard & Poor’s considera que Cataluña presenta una economía fuerte, al nivel de la Comunidad de Madrid o Islas Baleares y muy por encima de Extremadura, Andalucía, o la Comunidad Valenciana. Sin embargo, el Gobierno presidido por Carles Puigdemont y la Consejería de Economía liderada por el vicepresidente del Ejecutivo catalán, Oriol Junqueras, no son capaces de trasladar este escenario a una evaluación positiva en el conjunto de parámetros.

El grado para poder invertir empieza a partir de BBB-. Valencia es la única autonomía que comparte con Cataluña ese grado de «no inversión», aunque con una nota superior: un BB. La Comunidad de Madrid, por su parte, llega al BBB+, la misma nota de España. El mejor rating es el AAA. Las comunidades con más nota son País Vasco y Navarra con A.

Otro indicador en el que la Generalitat queda muy desfavorecida es su situación de liquidez: S&P la considera «menos que adecuada». Otras seis regiones registran esa denominación al necesitar financiación del Estado. Sin embargo, ninguna de ellas pretende independizarse, un dato clave ante el último desafío secesionista en marcha liderado esta vez por Puigdemont. En su última revisión, la agencia volvió a señalar que Cataluña, además de lo mencionado, presenta una gran dependencia del Estado. Así, S&P considera que sin las ayudas del Gobierno central, que ahora están sometidas a una sensible vigilancia, la comunidad estaría en un serio riesgo de colapso. El desalentador registro sobre la liquidez apunta a que la Generalitat no contaría con recursos suficientes para operar tras la ruptura. El propio Govern reconocía que al día siguiente tendría que constituir un banco central que «podría emitir deuda pública», una solución arriesgada a la vista del informe de S&P.