Andalucía
Susana Díaz ocupa espacio federal y achica el terreno de Rubalcaba
Sondea aspirantes, se deja querer por barones y desembarca en Cataluña
Se ha visto con Carme Chacón, ha recibido en San Telmo a Patxi López, se interesa por los movimientos de Eduardo Madina, ha llevado su discurso territorial a Euskadi y se dispone ahora a hacerlo en Cataluña, donde el próximo lunes se reunirá con Artur Mas. Hoy hará de «madrina» de un desayuno informativo en Madrid de Emiliano García-Page. Hace meses que en el PSOE no se mueve un dedo sin que lo sepa o lo «bendiga» Susana Díaz. No sólo eso. Poco a poco, la heredera de Griñán ocupa un espacio federal que para unos, achica el terreno de Rubalcaba y para otros, lo hace con la venia de Ferraz. Su «periplo» por Cataluña, en efecto, está coordinado con Rubalcaba porque el PSOE tiene previsto una presencia «sostenida» y «medida» en aquella Comunidad para dar apoyo al PSC desde la responsabilidad y cautela para que no de lugar a lecturas de tutelajes. Desde la dirección federal confirman que por las distintas agrupaciones del PSC pasarán algunos secretarios generales como Patxi López, Tximo Puig, Javier Lambán o Francina Armengol y también Ramón Jáuregui. Rubalcaba participará además en varios actos con la sociedad civil en las próximas semanas.
Pero Andalucía no es cualquier federación del PSOE ni su secretaria general, cualquier líder territorial. Conoce como nadie el «esqueleto» socialista –porque no ha tenido más vida laboral que la orgánica desde los 16 años– y hará valer el peso de la federación más numerosa del PSOE ante cualquier decisión política y orgánica. Desde que en septiembre su mentor le traspasara el poder institucional de la Junta y en noviembre fuera coronada «baronesa», lo ha hecho al menos en tres ocasiones. La primera cuando a finales de octubre hizo temblar los cimientos de Ferraz antes de una votación contra el derecho a decidir y forzó al PSOE a cambiar de la abstención al «no». La segunda cuando, durante la Conferencia Política de noviembre, frenó la enésima rebelión de barones contra Rubalcaba y obligó de paso a éste a adquirir un compromiso sobre las primarias. Y la tercera, ante el reciente Comité Federal que puso fecha a la consulta para elegir candidato a las generales. De no haber dado su beneplácito al calendario propuesto por la dirección, el cónclave no hubiera sido tan plácido para un Rubalcaba, que volvía a salirse con la suya al fijar las primarias regionales antes que las nacionales siguiendo el orden cronológico de las convocatorias electorales.
Es tanto su poder y su predicamento que hay quien advierte del riesgo de los ascensos meteóricos. Pero hasta sus detractores le reconocen inteligencia y habilidad para ocupar espacio en un momento en el que el PSOE no acaba de consolidar su liderazgo. De ahí que haya pasado de ser la principal valedora de la candidatura de Chacón en el Congreso de Sevilla a dejarse querer por todos los barones que le rinden pleitesía y sobre todo por quienes aspiran a participar en las primarias.
Pacto por un candidato único
Si hace meses, se opuso, junto a Pepe Griñán, a que Patxi López explorara apoyos para su posible candidatura en las agrupaciones andaluzas, ahora no sólo le escucha, sino que le recibe en su despacho. De aquella reunión de hace dos semanas en San Telmo se cuenta que la «baronesa» trasladó a López su preocupación por la posible fractura a la que las primarias pueden llevar al PSOE y que incluso le apuntó como deseable la un acuerdo entre los tótem por un candidato único. Un escenario anhelado por el «Viejo Testamento» que inhibiría las primarias y mantendría el «statu quo», pero que levantaría en armas a la militancia.
Con Carme Chacón se ha visto las pasadas Navidades, pero nadie le ha escuchado un pronunciamiento a favor de la catalana en esta nueva carrera por el liderazgo pese a la relación personal que las une. Andalucía, se oye entre algunos socialistas, se equivocó y perdió en el congreso de Sevilla y no se puede permitir ahora volver a hacerlo con las primarias. Con Eduardo Madina no consta que se haya visto ni hablado, pero lo hará, seguro, auguran desde su entorno. Vaya que cualquier socialista que quiera o aspire a algo debe pasar por la «ventanilla» andaluza.
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