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Cataluña

Tercera convocatoria de elecciones en menos de cinco años

La Razón
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Si por algo se recordará a Artur Mas como presidente de la Generalitat, además de por sus anhelos independentistas, será por su facilidad por convocar elecciones. Mas llegó a la Generalitat en diciembre de 2010 y hoy convocará sus segundas elecciones en menos de cinco años. Es decir, a dos años y medio por legislatura. En 2012, con unas encuestas que le auguraban la mayoría absoluta, el batacazo de Mas fue sonoro y perdió doce diputados en el intento. En esta ocasión, tras sonoros desencuentros, CDC ha conseguido encerrar a ERC en el redil y añadirlos a una candidatura unitaria que, bajo la bandera de la independencia, conseguirá esconder una vez más las miserias de su gestión aunque eso supusiera poner fin a la federación de CiU.

Así, el president firmará hoy un nuevo decreto de convocatoria para unas elecciones «plebiscitarias» pese a que el redactado no incluirá ninguna alusión al proceso soberanista. No obstante a nadie se le escapa que Cataluña está ante uno de los comicios más importantes de su historia. En este contexto, a menos de dos meses para las elecciones, los catalanes podrán escoger entre siete formaciones, incluida Unió, que no concurría a unos comicios en solitario desde 2007. El resurgir de Unió contrasta con la desaparición de tres papeletas muy habituales en Cataluña: CiU, ERC e ICV. Mientras los dos primeros comparten cartel sin liderarlo, ICV se ha sumado a la candidatura de Catalunya Sí que es pot con Podemos y Equo. PP, PSC, C’s y la CUP concurren con sus siglas pero las cuatro formaciones han cambiado a sus cabezas de cartel.

Con la firma del decreto, Mas cumplirá el compromiso adquirido el 14 de enero con ERC y las entidades soberanistas de convocar elecciones el 27 de septiembre, justo un año después de que firmase en el Palau de la Generalitat el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre. Para más inri, el comienzo de la campaña electoral «coincidirá» con la Diada y la previsible manifestación independentista. Una «coincidencia» cuanto menos éticamente discutible.