Pedro Sánchez

The Economist sentencia: "Sánchez gobierna como un pato cojo, debe dimitir para salvar la democracia"

La prestigiosa publicación británica arremete contra el presidente español

Pedro Sánchez
Pese a este diagnóstico devastador, el semanario británico mantiene a España en el puesto 21 de su Índice de Calidad DemocráticaSinc

Dos días después de que Pedro Sánchez la citara como aval económico, The Economist publica un demoledor editorial exigiendo su dimisión "para restaurar la confianza en la democracia española".

El semanario, referencia global en análisis político-económico, describe un gobierno paralizado por los casos de corrupción que afectan a figuras clave del PSOE como José Luis Ábalos y Santos Cerdán. "Las encuestas muestran que los españoles están más desilusionados con sus políticos que cualquier otro europeo, salvo búlgaros, griegos y eslovenos", señala el texto, que califica a Sánchez de "presidente patético" que "gobierna como un pato cojo con los días contados".

Ante esta crisis de credibilidad, la publicación es contundente: "No hay ninguna razón válida para que siga en el cargo". Propone dos salidas: que Sánchez "convoque un congreso y entregue el liderazgo a un veterano del partido" o que convoque elecciones anticipadas, aunque probablemente las perdería. "Dos años más de maniobras ineficaces sólo empañarían su legado", advierte.

Desafíos políticos y democráticos

The Economist reconoce logros como la reforma laboral, pero subraya que el crecimiento económico responde más a "reformas de gobiernos anteriores" que a la gestión actual. La crítica se centra en tres flancos débiles: la dependencia de aliados "que chantajean al Gobierno", la amnistía catalana que Sánchez "consideraba inconstitucional hasta que necesitó los votos", y el incumplimiento del gasto en Defensa (2,1% frente al 3,5% de aliados OTAN).

El editorial también cuestiona iniciativas como la Ley de acceso a la carrera judicial o la reducción de jornada, y critica que Sánchez gobierne mediante decretos para evitar votaciones parlamentarias controvertidas. "Ni siquiera para el gasto militar se ha atrevido a solicitar aprobación parlamentaria", denuncia.

Pese a este diagnóstico devastador, el semanario británico mantiene a España en el puesto 21 de su Índice de Calidad Democrática, considerándola "democracia plena". Esta aparente contradicción refleja la complejidad del momento político español, donde los indicadores económicos positivos contrastan con el deterioro de la credibilidad institucional.

El llamamiento final de The Economist es directo: insta a Sánchez a "aprovechar sus vacaciones para reflexionar sobre los intereses de su partido y de su país". La revista que él usó como aval se convierte así en el termómetro de un malestar que trasciende fronteras y amenaza con definir el tramo final de su legislatura.