Torra planteó un debate sobre la Corona y retirar la vía judicial

El presidente del Gobierno replicará hoy en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Desde que aterrizara en el Palau de la Generalitat, Quim Torra ha abanderado como ningún otro president una ofensiva para desprestigiar y desgastar a la Monarquía, que se ha traducido en una serie de medidas –como la ruptura de relaciones con la Casa Real–, propuestas y «performances» inéditas. En este marco y para dar continuidad a esa línea estratégica, Torra incluyó, entre los 21 puntos que entregó a Pedro Sánchez, uno referente a un debate sobre la Monarquía, una idea que ya verbalizó parcialmente en su visita al País Vasco el 14 de noviembre, donde sugirió a los ciudadanos españoles impulsar un referéndum entre Monarquía y República.

Este punto, según adelantó ayer «La Vanguardia», aparece desgranado en el tercer bloque del documento, que aborda la «desfranquización» de la sociedad e instituciones españolas y alude a la «pervivencia» de «la sombra y la influencia de la cultura franquismo». Torra, también, reclama combatir a las formaciones de extrema derecha o «hacer efectiva una política de fosas comunes».

Todos ellos, por tanto, son puntos que el president ya ha reiterado en diversas ocasiones su voluntad de abordar. Sánchez, que ha mantenido silencio durante toda esta semana al respecto, se posicionará hoy en la comparecencia de prensa que llevará a cabo tras el Consejo de Ministros, aunque, voces de la Moncloa han afirmado a este diario que muchas de las 21 propuestas desglosadas en este documento son «innegociables». Por su parte, ERC, que se inclina por abrir una negociación fructífera con el Gobierno, ha exhibido su sorpresa porque considera que algunos de estos puntos no tienen recorrido ni contribuyen a la búsqueda de puntos de encuentro para avanzar, además de porque el documento ha sido elaborado e ideado por el estrecho entorno del president sin recabar el consenso del vicepresidente, Pere Aragonès, –que supo del documento pocas horas antes de la «minicumbre»–, ni del resto del Govern ni los partidos independentistas.

Más allá de este tercer bloque, en el primero, que trata sobre la búsqueda de una «respuesta democrática» para resolver la crisis catalana, el president exige aparcar la judicialización de la política; insiste en el ejercicio del derecho a la autodeterminación; pide una mediación internacional para resolver el conflicto; e, insta a desterrar las amenazas del 155. Finalmente, en el segundo bloque, sobre la «regeneración democrática», el president reclama «garantizar la separación de poderes»; pide «poner fin a la limitación de derechos fundamentales», así como «frenar el deterioro de la imagen de España en el exterior»; y, exige acabar «con la complicidad de los cuerpos policiales y aparato judicial con la ultraderecha».