Caso Nóos
Torres eludió el interrogatorio sobre el delito fiscal
La Fiscalía dejó esas preguntas para la Abogacía del Estado, pero el ex socio de Urdangarín comunicó después al juez que no contestaría al resto de las partes
El ex socio de Iñaki Urdangarín eludió en su declaración ante el juez responder a la Abogacía del Estado en relación al posible delito fiscal cometido a través del Instituto Nóos en el impuesto de sociedades de 2007.
El ex socio de Iñaki Urdangarín eludió en su declaración ante el juez responder a la Abogacía del Estado en relación al posible delito fiscal cometido a través del Instituto Nóos en el impuesto de sociedades de 2007. La encargada de interrogarle al respecto era la responsable de la Abogacía del Estado en Baleares, María Dolores Ripoll, que debutaba en el «caso Nóos» después de que los Servicios Jurídicos del Estado se personaran recientemente en la causa ante el posible perjuicio causado a la Agencia Tributaria, tanto por parte del Instituto Nóos como por el propio Iñaki Urdangarín (en su caso en las declaraciones de la Renta de 2007 y 2008).
El interrogatorio a Diego Torres comenzó sin que su letrado, Manuel González Peeters, comunicara al magistrado José Castro si su cliente iba a contestar únicamente al juez y a la Fiscalía o, también, al resto de las partes, que debían formular sus preguntas a continuación. Por este motivo, los fiscales de Anticorrupción Pedro Horrach y Miguel Ángel Subirán no le interrogaron en relación a ese delito fiscal con el que, según un informe de Hacienda, Nóos «habría eludido como mínimo una cuota de 230.979,29 euros» (superando el límite de 120.000 que convierte el fraude en delito) al haberse deducido la sociedad una serie de gastos «ficticios» por supuestos servicios prestados por cuatro empresas vinculadas a Nóos. Se pretendía así que fuese la propia Ripoll, personada en defensa de la Agencia Tributaria, la que le preguntase al respecto con un interrogatorio más «técnico».
Pero, según diversas fuentes consultadas, al terminar el turno de la Fiscalía, González Peeters pidió permiso para retirarse unos segundos junto a su cliente, pasados los cuales comunicó al juez instructor que Torres se acogía a su derecho a no declarar y no iba a contestar a las preguntas del resto de las partes. Las relativas al delito fiscal, por tanto, se quedaron en el aire. Minutos antes, el juez Castro le había comunicado esa nueva imputación por delito fiscal.
En el escrito en el que la Fiscalía Anticorrupción pidió el pasado enero a Castro que imputara a Torres y Urdangarín por tres delitos fiscales, la Fiscalía sostenía que Nóos se había deducido gastos de Nóos Consultoría Estratégica, De Goes Center, Lobby de Comunicación y Torres-Tejeiro Consultoría Estratégica con facturas «que no corresponden a servicio alguno».
«Vino bien preparado»
Torres sólo respondió a las preguntas del instructor relativas a los 900.000 euros bloqueados por orden judicial en una cuenta de Luxemburgo de la que son titulares el propio Torres y su esposa, Ana María Tejeiro, cuyo origen no supo precisar. «Vino muy bien preparado, salvo para las cuestiones fiscales», recordaban ayer fuentes jurídicas.
Tal y como informó ayer este periódico, Torres «se puso muy nervioso cuando se le preguntó por los paraísos fiscales» y el origen de esos 900.000 euros. Sólo acertó a explicar que 300.000 (transferidos desde una cuenta de un banco andorrano en el verano de 2011) provenían de sus ahorros y que los otros 600.000, depositados también en otra cuenta luxemburguesa y transferidos a la misma cuenta en esas fechas, respondían a «servicios prestados por De Goes al Instituto Nóos».
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