Melilla
Traficantes de dolor
Los rostros que muestra la fotografía llaman a la ayuda y a la compasión, pero no pueden ocultar que se trata de personas manejadas por las mafias que trafican con seres humanos. Forman parte de los 356 subsaharianos que ayer lograron entrar en Ceuta, por el mismo lugar y con los mismos métodos que los 498 que lo hicieron el viernes pasado. Perfectamente organizados, con cizallas y mazas para romper los cierres de las puertas del vallado y, lo que resulta grave y preocupante, con una tremenda agresividad hacia los guardias civiles que trataban de contener el asalto. Quince agentes, tres de los cuales permanecen de baja para el servicio, resultaron heridos en los dos ataques. Muchos de los subsaharianos van armados con palos y con piedras, que no dudan en utilizar. Actúan cuándo y cómo los cabecillas de las mafias les indican. Las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla afrontan problemas crecientes, entre los que la entrada ilegal y por la fuerza es uno de ellos. Esos territorios constituyen enclaves esenciales de la frontera sur de Europa. El Gobierno, a través del secretario de Estado de Seguridad, anunció el pasado viernes en Ceuta medidas que no se pueden retrasar.
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