Afganistán
Trece años de misión
Cuando el mundo aún se estaba recuperando del 'shock' de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, Estados Unidos lanzó un ataque fulminante en Afganistán ante la negativa del régimen talibán de entregar a Osama bin Laden, fundador de Al Qaeda.
La caída de los talibán llevó a la OTAN a lanzar su operación ISAF para apoyar al Gobierno de Kabul en el mantenimiento de la seguridad para que éste pudiera desarrollar sus actividades en un entorno seguro. Fue entonces cuando comenzó la intervención española.
Los primeros militares llegaron al país centroasiático a finales de enero de 2002: un contingente de 344 efectivos se unió a otros 3.500 militares de 18 países. Con un carácter básicamente logístico, desplegaron en Kabul, que fue su base de operaciones los siguientes dos años.
En julio de 2004 tuvo lugar el primer incremento de efectivos, hasta 540, para atender un hospital de campaña en la capital afgana, y unos meses después se desplegó un batallón de infantería (unos 500) para apoyar el proceso electoral en Afganistán y a los equipos de reconstrucción provincial de ISAF en Mazar e Sharif.
Como parte del proceso de expansión territorial de ISAF en apoyo a la reconstrucción del país, el Gobierno español modificó el despliegue en mayo de 2005 para liderar la base de apoyo avanzado de Herat y un equipo de reconstrucción en Qala i Naw, la capital de la provincia de Badghis, situada en el noroeste.
Desde 2005 hasta 2010 se sucedió un periodo de grave inestabilidad y violencia en Afganistán, con ataques de la insurgencia representada por los talibán y Al Qaeda. Esto también afectó a las tropas españolas, lo que provocó que el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) solicitara un aumento de efectivos: en 2006 el contingente español aumentó hasta casi 700.
El aumento de tropas continuó siendo progresivo en los años siguientes hasta alcanzar en 2009, año además de la celebración de elecciones generales en el país centroasiático, la cifra máxima de efectivos, con 1.521.
2010 fue un año muy importante para la misión española: además de asumir el liderazgo del aeropuerto internacional de Kabul, comenzó la construcción de la nueva base militar de Qala i Naw, llamada después 'Ruy González de Clavijo'. También se establecieron dos puestos avanzados de combate en Ludina y Moqur en la ruta entre Herat y Qala
i Naw.
Durante el periodo 2008-2010 tuvo lugar un gran aumento de las tareas de formación y mentorización de las fuerzas de seguridad afganas, ya fuera el Ejército o la Policía. Se implicaron tanto Fuerzas Armadas como Guardia Civil y se desarrolló en Herat y Qala i Naw, aunque el asesoramiento a los altos mandos en Kabul no han cesado en ningún momento.
Se podría decir que el repliegue progresivo de Afganistán comenzó a mediados de 2013, con la retirada de Badghis. Allí, la base 'Ruy González de Clavijo' estuvo en manos españolas hasta septiembre de 2013, cuando se transfirió su autoridad al Ejército afgano, al igual que se había hecho con los puestos de combate.
El proceso de repliegue de Badghis se terminó convirtiendo en la operación logística más importante que han realizado las Fuerzas Armadas hasta el momento. La retirada costó 22 millones de euros, ya que Defensa optó por repatriar de Badghis a España todo el material que resultara útil en territorio nacional.
A pesar de lo costoso del proceso, se trataba de material que hubiese sido más caro aún de adquirir nuevamente, así que en Qala i Naw quedó todo lo necesario para el funcionamiento sostenible de la base, pero en ningún caso armamento.
El repliegue de Herat no resultó ni mucho menos tan costoso ni tan complejo, ya que en este caso no había que desmantelar una base entera, sino que allí continuarán los contingentes italiano y estadounidense que han trabajado codo con codo con los españoles.
Por ello, el hospital de campaña 'Role 2' instalado en la base de Herat y que han gestionado hasta octubre las tropas españoles ha pasado también a manos italianas. Además de personal militar, el hospital ha atendido a 21.200 civiles afganos, a los que hay que sumar 19.500 en Qala i Naw.
A partir del pasado mes de noviembre, los únicos españoles que quedaron en Afganistán son 21 militares que, desde la capital del país, se encargan de labores de asesoramiento a los altos mandos del Ejército y del Gobierno afganos.
Y todo ello cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acaba de anunciar que los 9.800 efectivos norteamericanos que están desplegados en Afganistán permanecerán en el terreno "durante la mayor parte de 2016"después de los retrocesos que las fuerzas afganas han sufrido últimamente.
Ep
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