El saqueo sindical
UGT denuncia un borrado de 1.756 archivos pese a que los guarda en un «búnker»
UGT Andalucía ha denunciado hoy el borrado de 1.756 archivos y la copia de más de 22.400 desde ordenadores internos, lo que dificulta la investigación que lleva a cabo sobre las presuntas irregularidades en la gestión de los fondos de formación.
Toda la documentación contable de UGT-A se almacena en papel en dos salas con armarios ignífugos situadas en la sede regional del sindicato. Cuando tienen cinco años o estos almacenes están saturados, la documentación pasa al archivo central de la Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía (Fudepa) de Córdoba. Además, una vez que se introduce la información contable en el programa específico que tiene UGT-A, llamado Spyro, es imposible que se produzca un borrado. Contrasta esta doble circunstancia con la denuncia ayer del secretario de Organización de la UGT-A, Manuel Ferrer, ante los medios de comunicación. Ferrer ocupa provisionalmente el vacío de poder producido tras la dimisión el viernes de Francisco Fernández como secretario general. Alegó que el sindicato «ha sufrido la destrucción de 1.756 archivos» digitales relativos a los seis primeros meses de este año por parte de personal de administración, lo que dificulta la auditoría interna abierta tras la cascada de irregularidades contables aparecidas en medios de comunicación. Una vez que culmine en su totalidad esta investigación interna, encargada a la empresa Forest Digital Evidence, que se abrió hace dos meses, UGT-A tiene previsto interponer una denuncia en el juzgado.
El borrado de documentos de UGT-A es inverosímil. Los dos últimos programas contables que ha tenido el sindicato –Traza primero y ahora Spyro– impiden que una información se borre una vez que está contabilizada. Automáticamente pasa a ser almacenada en un servidor, se crea lo que se denomina la trazabilidad de los expedientes, con el conjunto de información utilizada sobre un asunto específico, y el historial de visitas, con cada modificación o cambio, queda registrado por lo que internamente llaman el «chivato» informático.
El programa Spyro no es una herramienta casera. Es un programa avanzado, con aplicaciones específicas, también por cierto para la gestión de los rápels y botes generados por la ingeniería contable del sindicato. Su coste fue de 300.000 euros.
Además, existe copia en papel de todos los documentos. En la sede regional de Sevilla hay una sala de unos 10 por 10 metros con armarios ingnífugos que contienen un ingente número de expedientes. Éste es el archivo de mayores dimensiones. Los trabajadores lo llaman el «búnker» o «el palomar». En otro edificio anejo también hay otra sala, más pequeña, de unos tres por tres metros, que sirve igualmente de archivo. La Secretaría de Organización es la encargada del cuidado del «palomar» y de ordenar el traslado de expedientes a la sede de la Fudepa.
UGT-A emprendió una caza de brujas interna después de que arreciaran las informaciones sobre el desmán contable que ahora investiga un juzgado. Extrajeron varios discos duros de ordenadores con la supervisión de un notario y encargaron la investigación a la empresa Forest Digital Evidence. A principios de noviembre, el sindicato abrió expediente disciplinario a tres trabajadores. Dos de la central de UGT-A y otro de la filial Soralpe.
El secretario de Organización dijo ayer que en el supuesto borrado se ha usado un programa «para no dejar huella». Manuel Ferrer se refería a «C Cleaner», una herramienta gratuita y de uso doméstico que en modo alguno puede eliminar la información almacenada en el programa Spyro. No habló de robo. «Robar es una palabra fea, me lo enseñaron en la mili».
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